Jubileo, un viaje entre las Iglesias europeas en la Ciudad Eterna
Giordano Contu - Ciudad del Vaticano
Un viaje jubilar que permite a los peregrinos redescubrir sus raíces comunes. La ruta se llama «Europa en Roma». Consta de 28 iglesias y basílicas que, por razones históricas y culturales, están asociadas cada una a un Estado miembro de la Unión Europea. Su promoción es el propósito del Dicasterio para la Evangelización, que ha incluido el Iter Europaeum, con algunas modificaciones, entre los itinerarios para el Año Santo 2025 en la ciudad de Roma. Un viaje no sólo hacia, sino también dentro de la Patria communis, en sentido espacial y existencial, como recordó monseñor Rino Fisichella, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización. La presentación del itinerario tuvo lugar ayer, martes 28 de enero de 2025, en la Embajada de Italia ante la Santa Sede.
«La peregrinación por las iglesias europeas presentes en Roma quiere recordar que en la historia esta ciudad ha acogido a todos» y por eso «muchos países han sentido la necesidad de tener aquí un punto de referencia religioso», dijo monseñor Fisichella a los medios vaticanos. Un punto de referencia que -más aún en un contexto de crisis agravado hoy por diversos conflictos que tocan las fronteras del Viejo Continente- «es capaz de provocar y recordar a los peregrinos cuáles son los orígenes de nuestros países: Europa nació cristiana y no podemos olvidarlo».
El recorrido jubilar «Europa en Roma» incluye paradas en 28 iglesias y basílicas. Todas ellas están vinculadas históricamente a países concretos por razones artísticas o por la tradición de acoger a peregrinos de un determinado país de la UE. El itinerario se compone de 27 lugares sagrados vinculados a una comunidad concreta y uno 28 que, en cambio, expresa una relación con toda la Unión Europea, a saber, la Basílica de Santa María in Aracoeli, en la colina Capitolina.
A pocos pasos de aquí, de hecho, el 25 de marzo de 1957, en la Sala degli Orazi e Curiazi de la Colina Capitolina, se firmaron los Tratados de Roma, considerados el nacimiento de la Europa unida. En cuanto a Italia, encontramos Santa Maria degli Angeli e dei Martiri en la Piazza della Repubblica, lugar dedicado a las celebraciones oficiales de la República Italiana. Muchas otras iglesias, como San Luigi dei Francesi, dan testimonio del compromiso de las cofradías creadas en la Edad Media para acoger a los peregrinos en Roma en función de sus países de origen, que a veces fueron sustituidos más tarde por la supervisión directa de las embajadas.
Delante de cada iglesia y basílica, los peregrinos encontrarán tótems que explican la historia de la iglesia y la relación entre cada Estado y la Santa Sede. Los tótems permanecerán expuestos durante todo el año jubilar y también permitirán su uso a personas con discapacidad, gracias a un código QR que permitirá acceder a una audioguía. «El tótem se ha diseñado como la curva del bastón del peregrino y es una guía para comprender el valor eclesial y teológico que cada iglesia tiene para ese Estado», explicó monseñor Fisichella. «En el contexto de los tiempos actuales -añadió el pro-prefecto-, a pesar del fuerte laicismo, me parece que quien viene a Roma tiene siempre el placer de encontrar un lugar sagrado que pertenece a su identidad, a su país. Creo que no es sólo un servicio que Roma hace a la fe, sino que pienso que es también un momento que permite a los peregrinos redescubrir su propia historia, dándoles la posibilidad de contarla cuando vuelvan a casa. Porque toda peregrinación no termina en Roma, que es el destino, sino que termina cuando se vuelve a casa, momento en el que se cuentan las experiencias vividas en la Patria communis».
La conferencia «El Iter Europaeum: el camino de las Iglesias europeas» se inauguró con el saludo del Embajador de Italia ante la Santa Sede, Francesco Di Nitto. Siguió el discurso del Comisario para el Jubileo 2025, monseñor Fisichella. A continuación, tomaron la palabra el profesor Roberto Regoli, del Departamento de Bienes Culturales Eclesiásticos de la Pontificia Universidad Gregoriana, y el periodista de la RAI Piero Damosso. Moderó el acto la presentadora Grazia Serra, de Tv 2000. El discurso de clausura corrió a cargo de Martin Selmayr, Embajador de la Unión Europea ante la Santa Sede, quien elogió el proyecto «Europa en Roma» con tres palabras: trabajo en equipo, cooperación y narración (de una historia plural) son los fundamentos tanto del camino jubilar como de una Unión Europea que aspira a vivir con justicia y en paz.
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