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Rueda de prensa sobre las celebraciones a 200 años de la muerte del cardenal Consalvi Rueda de prensa sobre las celebraciones a 200 años de la muerte del cardenal Consalvi 

El Vaticano resalta la figura del cardenal Consalvi a 200 años de su muerte

Del 22 al 24 de enero en Roma, una agenda repleta de actos dedicados a la herencia del cardenal que vivió entre los siglos XVIII y XIX. Monseñor Gallagher: tuvo el coraje y la capacidad de comprender la visión de los Papas a los que sirvió

Maria Milvia Morciano - Ciudad del Vaticano

El 24 de enero de 1824 moría en Roma el cardenal Ercole Consalvi. Una figura clave en la historia de la Iglesia y del Estado Vaticano de su época, pero también de la venidera. Han pasado exactamente dos siglos y, para rendir homenaje a su figura, está prevista una serie de actos presentados hoy en la Sala de Prensa del Vaticano a partir del 22 de enero. Intervendrán monseñor Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales de la Secretaría de Estado; el padre jesuita Marek Andrzej Inglot, presidente del Pontificio Comité para las Ciencias Históricas; el profesor Maurice Whitehead, director de las Colecciones Patrimoniales e investigador del Venerable Colegio Inglés, y monseñor Marco Agostini, funcionario de la Secretaría de Estado.

Tres días llenos de acontecimientos

Por invitación de la Secretaría de Estado, el Venerable English College de Roma y la Embajada Británica ante la Santa Sede -dos instituciones unidas por una colaboración histórica- han promovido conjuntamente una serie de iniciativas: un simposio, que se celebrará en la Sala de Conferencias de los Museos Vaticanos, coordinado por uno de los mayores estudiosos del cardenal Consalvi, el profesor don Roberto Regoli, de la Pontificia Universidad Gregoriana, y representantes del Venerable Colegio Inglés, así como de las embajadas de Francia, Austria e Italia ante la Santa Sede, de los Museos Vaticanos y de la Secretaría de Estado, principal promotora de este encuentro de estudios internacionales.

En los Museos Vaticanos se expondrán algunos manuscritos de Consalvi procedentes del Archivo de la Secretaría de Estado, algunas reliquias y obras de Antonio Canova. También está prevista para la ocasión una emisión filatélica del Governatorato. En la iglesia donde Consalvi fue bautizado, que es también la iglesia parroquial del Colegio Inglés, San Lorenzo in Damaso, se celebrará un concierto de música de la época, en parte poco conocida, pero que pondrá de relieve la importancia y el trasfondo cultural de la época. Además, se llevará una ofrenda floral a la iglesia de San Marcello al Corso, donde está enterrado junto a su hermano.

Relaciones con los británicos 

Monseñor Gallagher reveló que la organización del simposio se lleva a cabo desde hace dos años, demostrando cuánto aprecia a esta importante figura, sobre la que se detiene para recordar sus relaciones con los ingleses, empezando por su relación con el cardenal Enrique Estuardo, duque de York y obispo de Frascati, lugar donde completó su formación cultural en el seminario-colegio. Fue una relación debida a la presencia anglófona que acudía a Roma al hilo del Grand Tour, el viaje de estudios "obligatorio" para los jóvenes europeos más destacados, hasta el punto de que -como señala el profesor Maurice Whitehead- Consalvi pudo forjar amistades en Italia, con futuros dirigentes con los que más tarde se reencontraría en el país del otro lado del Canal de la Mancha. El cardenal romano fue el primer cardenal desde Reginald Pole que viajó a Inglaterra, a Londres en junio de 1814. Y el profesor Whitehead señala también cómo prefería vestir de negro, sin la púrpura cardenalicia "para no herir la sensibilidad de los anglicanos". Y, de hecho, fue precisamente su discreción, su gentileza, lo que le granjeó su confianza.

Un cardenal diácono

Gallagher vuelve a insistir en el papel clave desempeñado por el cardenal Consalvi en la época postnapoleónica y, por tanto, durante el Congreso de Viena de 1814-1815, donde fue "una figura brillante y en su servicio a la Iglesia un hombre capaz de hacer muchos sacrificios para estar al servicio de los Papas", señala el Secretario para las Relaciones con los Estados, y añade que su éxito y el de la Santa Sede durante el Congreso destacaron en la restitución de los territorios pontificios y la recuperación de muchos bienes artísticos eclesiásticos expoliados por Napoleón. A continuación destaca su condición diaconal: Consalvi no fue ni sacerdote ni obispo, de hecho primero fue cardenal diácono y después secretario de Estado por deseo personal del Papa Pío VII.

Figura inspiradora como persona

A la pregunta de los periodistas sobre qué elementos de la diplomacia del cardenal Consalvi son útiles también hoy, monseñor Gallagher subraya la inspiración que puede provenir de su persona para la solución de los problemas actuales. Los tiempos y los retos de entonces son distintos de los de hoy, pero no hay que rendirse aunque las soluciones "parezcan escapársenos". Consalvi es una figura inspiradora, pero los tiempos han cambiado. Tuvo valor y la capacidad de comprender la visión de los Papas a los que sirvió. La diplomacia sigue teniendo un papel ante los retos actuales y la figura del cardenal Consalvi es un ejemplo de ello, como persona de fe que siguió trabajando al servicio del Papa a pesar de todo', a pesar del 'turbulento' periodo histórico.

Modelo icónico de Secretario de Estado

El padre Marek Inglot también destaca algunos de los puntos clave del cardenal, recorriendo las etapas más destacadas de lo que define como una "gran y polifacética 'aventura diplomática' en un momento histórico particular de "gran turbulencia institucional" y mucho más allá de los estrechos confines de una Italia dividida entre diferentes estados y sus influencias, llegando hasta Francia, Inglaterra, Austria y las Américas. "Un icono-modelo del Secretario de Estado, Secretario de Estado por excelencia, capaz de defender las razones de la doctrina y de adaptarse a las contingencias de los tiempos", le define de nuevo el director del Pontificio Comité para las Ciencias Históricas. Un hombre límpido que a pesar de su laboriosa existencia se decía a sí mismo "soy un hombre tranquilo" y éstas fueron sus últimas palabras antes de morir.

Mecenas de las artes y la cultura

Y como si rebobinara un hilo para ahondar en tan rica figura, el profesor Maurice Whitehead vuelve a repasar algunos aspectos de su vida, añadiendo retazos, como el periodo que pasó en Frascati, donde el cardenal gastó bienes personales en la biblioteca, obras de arte y música. Su labor de mediación entre la Santa Sede y diócesis de América como Filadelfia y Quebec.

Fe y dedicación hasta el final

Monseñor Marco Agostini, funcionario de la Secretaría de Estado, anunciador de una película sobre el cardenal en colaboración entre Rai Storia y la Embajada de Italia, y de una gran convención en Viena dedicada a Metternich, ministro austriaco de Asuntos Exteriores, y a Consalvi, habla del cardenal como de un "hombre piadoso y justo", cuya fe emerge de sus manuscritos, del cuidado con que escribía incansablemente las notas, hasta el punto de que la última nota la escribió sólo doce días antes de su muerte: Las huellas de Dios en la historia son palpables en sus escritos, y al registrar las fechas, recuerda Agostini, la memoria queda sellada, preservada.

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19 enero 2024, 12:20