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Cardenal Javier Lozano Barragán (26 de enero de 1933 – 20 de abril de 2022) Cardenal Javier Lozano Barragán (26 de enero de 1933 – 20 de abril de 2022)

El Papa llora a su amigo Barragán: una vida "al servicio de Dios y de la Iglesia"

El Cardenal mexicano, Javier Lozano Barragán, fue presidente del Consejo Pontifico para la Salud desde 1985 hasta 2009. Francisco lo recuerda como un "prelado devoto", que "me honró con su amistad desde 1980". Impresiones de quién compartió en vida con el purpurado

VATICAN NEWS

(actualizada 22 abril 2022 a las 14:45)

La mañana de este miércoles, 20 de abril, ha muerto en la ciudad de Roma, Italia, el cardenal Javier Lozano Barragán, Presidente emérito del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud del Vaticano, y Arzobispo emérito de Zacatecas, México.  

Misa de exequias 

El lunes 25 de abril de 2022 a las 14 en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro -informa la Oficina de Celebraciones Litúrgicas Pontificias- tendrán lugar las Exequias del Cardenal Javier Lozano Barragán, del título de Santa Dorotea, Presidente emérito del Pontificio Consejo para los Trabajadores Sanitarios (para la Pastoral de la Salud).

La Liturgia será celebrada por el Cardenal Giovanni Battista Re, Decano del Colegio Cardenalicio, junto con los Cardenales, Arzobispos y Obispos.

Al término de la Celebración Eucarística -concluye el comunicado- el Santo Padre Francisco presidirá el rito de la Ultima Commendatio y de la Valedictio.

Telegrama del Papa

El Papa Francisco expresó a través de un telegrama su “sentimiento de pesar” a los familiares de su fallecido amigo, a los miembros del clero y fieles de la Iglesia en México, de manera especial a "Zacatecas en las que sirvió como pastor". 

“Recordando a este abnegado prelado que me honró con su amistad desde 1980, y que durante años y con fidelidad entregó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia Universal, ofrezco sufragios por el eterno descanso de su alma, para que el Señor Jesús le otorgue la corona de gloria que no se marchita. Y, como signo de esperanza cristiana en el Señor Resucitado, imparto a todos los presentes la bendición apostólica”, escribió Francisco.

El cardenal Lozano Barragán nació el 26 de enero de 1933 en Toluca, México. En la Basílica de la Virgen de Guadalupe recibió por primera vez a Jesús Sacramentado, en la misma Basílica fue ordenado Obispo y aquí eligió celebrar su primera misa como Cardenal.

Con la muerte del Cardenal Barragán, el Colegio Cardenalicio está formado por 210 cardenales, de los cuales 117 son electores y 93 no electores.

Había cumplido en enero 89 años, según declaraciones del embajador de México ante la Santa Sede, Alberto Barranco Chavarría, el purpurado había sufrido múltiples intervenciones quirúrgicas y consecuentes estancias hospitalarias.

Su formación sacerdotal

En el seminario diocesano de Zamora, Michoacán, recibió su formación sacerdotal básica. Entre 1954 y 1958, obtuvo la licenciatura y el doctorado en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana.

Tras su ordenación sacerdotal, el 30 de octubre de 1955, enseñó Teología Dogmática, Historia de la Filosofía en el seminario diocesano, y Pedagogía en la Escuela Normal. De 1973 a 1975 fue presidente de la Sociedad Teológica Mexicana. De 1977 a 1979 fue llamado a servir a la Iglesia en América Latina como Director del Instituto Teológico Pastoral del CELAM. Participando en la Conferencia Episcopal de Puebla en 1979, se distinguió como teólogo.

El 5 de junio de 1979 fue elegido titular de la Iglesia de Tinisa de Numidia y nombrado auxiliar de México. Fue ordenado obispo el 15 de agosto siguiente. De 1979 a 1984 ejerció su episcopado en la Arquidiócesis de México, en la tercera vicaría episcopal.

Fue fundador de la Universidad Pontificia de México, funcionario académico de la Santa Sede y miembro del Consejo Superior de la misma Universidad de 1982 a 1985.

Su participación en numerosos Sínodos de Obispos le proporcionó una gran experiencia, que pudo aplicar primero en su servicio episcopal en su Iglesia particular, y luego en la de la Curia Romana. Durante el Sínodo sobre la Familia (1980) fue Secretario Especial.

Obispo de la diócesis de Zacatecas

Luego fue obispo de la diócesis de Zacatecas de 1985 a 1997 (nombrado el 28 de octubre de 1984). Aquí trabajó para dar un nuevo impulso y reorganizar la diócesis según las necesidades de los tiempos actuales. Mostró su afecto por esta Iglesia diocesana llevando una activa vida pastoral y, sobre todo, promoviendo la renovación del clero, las estructuras diocesanas y el diálogo con la cultura.

En 1988 se convirtió en miembro del Consejo Pontificio para el Diálogo con los No Creyentes, que posteriormente se convirtió en el Consejo Pontificio de la Cultura. En 1989 fue miembro de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. En 1997 fue nombrado Consejero de la Comisión Pontificia para América Latina. En el CELAM, de 1986 a 1991 fue Presidente del Departamento de Educación y, de 1995 a 1997, Presidente del Departamento de Economía. En enero de 2000 se convirtió en miembro de la Congregación para los Obispos.

Como obispo en su propio país, tuvo que vivir momentos de frialdad entre el gobierno civil y los líderes de la Iglesia. Apoyó firmemente el reconocimiento jurídico de la Iglesia en México, que poco antes parecía impensable.

Curia Romana

El 20 de agosto de 1996, Juan Pablo II le nombró Presidente del Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios (para la pastoral de la salud). Ocupa este cargo en la Curia Romana desde enero de 1997, cuando recibió el título personal de arzobispo.

Presidente emérito del Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios (para la Pastoral de la Salud), 18 de abril de 2009.

Participó en el Cónclave de abril de 2005 que eligió al Papa Benedicto XVI.

Creado y publicado Cardenal por San Juan Pablo II en el Consistorio del 21 de octubre de 2003, del Título de Santa Dorotea (hasta el 12 de junio de 2014, de la Diaconía de San Miguel Arcángel).

En un caso logró remontar el estado de coma. El humor nunca se extinguió. “Me vi cara a cara con san Pedro y me dijo: -‘¿qué haces aquí?’”

Impresiones y anécdotas de quien compartió con él

El embajador de México ante la Santa Sede, Alberto Barranco, recuerda que el cardenal, "asimilado a los signos de los tiempos", celebraba una misa dominical que se trasmitía desde su casa vía zoom a varios países.

El diplomático recuerda además que el nombre del purpurado esta impreso en la pastoral de la arquidiócesis de México, en la creación de la Universidad Pontificia de México; en la ruta de la Conferencia Episcopal Latinoamericana y, entre otras, en el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, a cuyo engranaje le dedicó varios libros, construyendo puentes entre teología y medicina y las bases para fundamentar la bioética; dictó conferencias sobre el tema en países de los cinco continentes, dada su condición de poliglota, lo que le valió participar activamente en la redacción de conclusiones de varios concilios. El embajador afirma además que su obra fue debatida en dos de esos concilios, colocando los cimientos para que las naciones pudieran hacer frente a pandemias y catástrofes derivadas de enfermedades inéditas. "Su trabajo fue decisivo para instaurar el día mundial del enfermo", señala el embajador.

Entre los libros que escribió se resaltan: Teología y medicina del 2000; hacia el tercer milenio, teología y cultura, escrito en 1988; Por qué soy católico: respuesta a las sectas escrito en el 2014.

Sobre su carisma el embajador Barranco recuerda que el Cardenal era un hombre de "conversación fluida y amena, mantuvo amistad fraterna con tres papas: san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, quien lo visitó en el preámbulo a su agonía el Viernes Santo".

Sus últimos 26 años los vivió en Roma, cuyo departamento estaba siempre abierto a peregrinos de México y América Latina, además de sacerdotes interesados en la pastoral sanitaria de todo el mundo. Entre ellos, el Padre Eduardo Fernández Vela, mexicano y colaborador en la Pontificia Comisión para América Latina, PCAL, recuerda un momento especial que vivió con el cardenal, un momento de reflexión interior.

Padre Eduardo Fernández de la Pontificia Comisión para América Latina, PCAL

Devoto de la Virgen de Guadalupe, su deseo póstumo fue reposar en la cripta familiar dedicada a la advocación de María de Zamora, donde nació su madre y donde se dedicó en apoyar la creación de empresas, hoy sostén de decenas de familias.

El tránsito del ataúd tendrá una estación en la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México para una misa de Réquiem, tras la celebrada en la Basílica de San Pedro. 

 

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20 abril 2022, 07:50