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El cardenal Pietro Parolin preside la Misa conclusiva del Simposio de los Sacerdotes El cardenal Pietro Parolin preside la Misa conclusiva del Simposio de los Sacerdotes 

Parolin a los sacerdotes: vivir siempre en medio de la gente

El cardenal Secretario de Estado celebró una Misa en la basílica vaticana con los participantes en el Simposio "Por una teología fundamental del sacerdocio", en su última jornada

Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano

Vivir con los hermanos y no al margen, en la perspectiva de un "sacerdocio común de los fieles que se realiza en la sinodalidad de la Iglesia", estando atentos al lenguaje utilizado y a la tentación de las  "habladurías", ampliando "el horizonte del ministerio a las dimensiones del mundo". El cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, ofrece indicaciones claras a los sacerdotes que desde el pasado jueves, participan en el Simposio "Por una teología fundamental del sacerdocio".

Organizado por el Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, y el Centro de Investigación y Antropología de las Vocaciones, el evento -inaugurado por el Papa Francisco- llegó a su última jornada este sábado 19 de febrero. Sacerdotes, religiosos y laicos asistieron a la misa del Secretario de Estado a las 7.30 de esta mañana y luego se reunieron en el Aula Pablo VI para continuar los trabajos en dos sesiones centradas en el tema "Celibato, carisma, espiritualidad". Entre los oradores presentes se encontraban el cardenal Luis Antonio Tagle, el padre Gianfranco Ghirlanda, monseñor Paolo Martinelli, Chiara Amirante.

La identidad del sacerdote

En su homilía, el cardenal Parolin se inspiró en la Palabra de Dios para reflexionar sobre la figura y el papel del sacerdote, pero también recordó la exhortación postsinodal Querida Amazonia, para remarcar que todo sacerdote "es un signo" de Cristo que "derrama la gracia, sobre todo cuando celebra la Eucaristía, fuente y cumbre de toda la vida cristiana". "Esta es su gran potestad, que sólo se puede recibir en el sacramento del orden sacerdotal", dijo. En la Eucaristía y en la Confesión "está el corazón de su identidad exclusiva".

El cardenal también habló de "identidad" para destacar "otro elemento que podría formar parte de la teología fundamental del sacerdocio": "El sacerdote -dijo- no vive una especie de alternativa entre estar con Jesús, al margen, y estar con sus hermanos. El sacerdote está siempre con Jesús, aún mientras realiza una dimensión fundamental de su propia identidad: la convivencia con los hermanos, una característica, peculiar sobre todo del sacerdote diocesano, que el Concilio Vaticano II llamó ‘caridad pastoral’".

Un momento de la misa del cardenal Parolin con los participantes en el Simposio sobre el sacerdocio
Un momento de la misa del cardenal Parolin con los participantes en el Simposio sobre el sacerdocio

En medio de los hermanos

"El Señor nos ha llevado con él. El Señor, sin embargo, propone un camino ascendente, detrás de Él, para ser sus amigos, y luego encontrar con Él a los hermanos, en una vida ofrecida y entregada a imitación de Cristo", subrayó Parolin. Sin embargo, a este camino de subida le corresponde uno de bajada, como el de los discípulos que estaban "en la montaña" con Cristo y luego bajaron "para encontrarse con la gente, especialmente con los pobres". Los apóstoles, "no se quedan solos, sino que Jesús está con ellos, baja con ellos, los acompaña y obra con ellos", dijo el cardenal. A continuación, citó las "palabras proféticas" del Papa "que tienen el sabor de la sinodalidad", a saber, que "el sacerdote es un contemplativo de la Palabra y es también un contemplativo del pueblo". Como decía también San Pablo VI, el sacerdote "aprende junto con todos los hermanos a saber leer el mensaje de Dios en los acontecimientos".

El peligro de las habladurías

Teniendo esto en cuenta, el Secretario de Estado también instó a prestar atención al tipo de lenguaje utilizado. De hecho, hay una "gran responsabilidad que recae sobre el lenguaje del sacerdote: ¡cuántas veces el Papa Francisco ha advertido sobre el peligro de lo que llama "habladurías"!", dijo el cardenal. "Por el contrario, en la medida en que están llamados a escuchar al Hijo amado del Padre, los presbíteros se sienten dirigidos a sí mismos en primera persona la exhortación del apóstol Pablo: 'Que no salga de vuestra boca palabra dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que los escuchen'".

 

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21 febrero 2022, 10:00