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Francisco pide a los reclusos no ceder a la desesperación: Siempre vale la pena vivir

En su visita a la cárcel de Montorio, cuarta etapa de su visita pastoral a Verona, el Papa no se detiene solo en las culpas, juicios, incomprensiones que pueden oscurecer la cotidianidad de los reclusos, sino también en la amenaza de la superpoblación carcelaria, la frecuencia de los suicidios y la necesidad de hacer posible el cambio de la propia vida: Con Dios a nuestro lado, podemos superar la desesperación y volver a empezar

Vatican News

“Todos tenemos derecho a la esperanza, más allá de cada historia y de cada error o fracaso”, porque en la cárcel, lugar de “humanidad probada, atravesada por dificultades, culpas, juicios y sufrimientos, el deseo de redención y de perdón tiene el rostro de Cristo y del Dios de la misericordia. Estas palabras de afecto y cercanía del Papa Francisco a los reclusos del Centro Penitenciario de Montorio, en Verona, fueron recibidas con emoción, alegría y cantos por quienes viven su cotidianidad - presos, funcionarios, voluntarios, religiosos - entre muros, a veces apretados, desesperados, desamparados, otras confiados en una oportunidad para dejar el lastre del pasado, para levantarse y tomar las riendas de una nueva vida.

A las 11:45 de la mañana, y ante la perspectiva de un almuerzo compartido con el Papa, el saludo de la directora del penitenciario de Montorio, Francesca Gioieni, del director de la Policía Penitenciaria, Mario Piramide, de los funcionarios de prisiones, reclusos y voluntarios, abre la cuarta cita de Francisco en Verona.

La alegría del Papa en su cita con los reclusos, funcionarios, voluntarios y religiosos del penitenciario de Montorio en Verona
La alegría del Papa en su cita con los reclusos, funcionarios, voluntarios y religiosos del penitenciario de Montorio en Verona

Por el resto de nuestras vidas

Le tocó a uno de los más jóvenes de entre los 592 reclusos provenientes, de diversas regiones del mundo y de diversas religiones, tomar la palabra en nombre de todos: “Le aseguro Santo Padre que ninguno olvidará su visita “por el resto de su vida”. Agradecidos por un Papa que les dedica “el tiempo más largo” de su visita a Verona, “porque así nos dices que a tus ojos nuestras vidas son preciosas”. El joven reconoció que los presos, que a menudo “se sienten “juzgados y excluidos de la sociedad civil”, esperan que la presencia de Francisco “abra los corazones y las mentes del mundo exterior”, para ser acogidos “como ciudadanos libres después de haber reparado los errores que hemos cometido”. Esperan ser familia fraterna, esperan ser vistos como personas y no solo como delincuentes, esperan que tantos reclusos como ellos en el mundo y que no han tenido la “gracia” de su visita, puedan “alegrarse y regocijarse con nosotros”.

El Papa saluda al joven recluso que le dirigió una saludo en nombre de todos los prisioneros.
El Papa saluda al joven recluso que le dirigió una saludo en nombre de todos los prisioneros.

Un lugar de humanidad probada

“Para mí, entrar en una cárcel es siempre un momento importante, porque la cárcel es un lugar de gran humanidad. De humanidad probada, a veces fatigada por dificultades, culpas, juicios, incomprensiones y sufrimientos, pero al mismo tiempo llena de fuerza, de deseo de perdón, de deseo de redención".

Esta es la primera afirmación del Papa en su discurso, en el que recordó que con Dios a nuestro lado, podemos superar la desesperación, y vivir cada momento como el momento oportuno para volver a empezar. 

Las cárceles super pobladas y los suicidios

Sin muchos rodeos, el Papa fue al grano, al tratar uno de los problemas principales en las cárceles: la superpoblación. De allí su llamamiento a las autoridades para mejorar la vida en las cárceles. Una ocasión también para uno de sus relatos:

"Una vez, una señora que trabajaba en una càrcel de mujeres y tenía una buena relación con las reclusas, una señora muy humana, me dijo que era devota de un santo. '¿Pero de qué santo?' - 'La Puerta Santa' - '¿Por qué?' - "Es la puerta de la esperanza. Y todos ustedes deben mirar hacia esta puerta de la esperanza. No hay vida humana sin horizontes. Por favor, no pierdan los horizontes que verán a través de esa puerta de la esperanza".

Pero también, con dolor, Francisco recordó el flagelo del suicidio, que ha tocado recientemente, al penitenciario de Montorio.

“Se trata de un acto terrible, al que sólo pueden conducir la desesperación y el dolor insoportables. Así que, mientras me uno a las familias y a todos ustedes en la oración, quiero instarles a no ceder a la desesperación. Siempre merece la pena vivir, y siempre hay esperanza para el futuro, incluso cuando todo parece desvanecerse".

Francisco ante la poblada explanada de la cárcel de Montorio en Verona
Francisco ante la poblada explanada de la cárcel de Montorio en Verona

El mismo Padre para todos nosotros

Al reiterar que la existencia de cada uno de nosotros es importante, “especialmente para Dios, que nunca nos abandona”, Francisco recordó que junto a Él se puede superar la desesperación y volver a empezar. 

"Nuestras culturas nos han enseñado a llamarle por un nombre, por otro, y a encontrarle de diferentes maneras, pero es el mismo Padre para todos nosotros. Él es uno. Y todas las religiones, todas las culturas, ven al único Dios de diferentes maneras. Él nunca nos abandona. Con Él a nuestro lado, podemos superar la desesperación" 

Luego un sabio consejo:

“Por eso, en los peores momentos, no nos encerremos en nosotros mismos: hablemos con Dios de nuestro dolor y ayudémonos mutuamente a sobrellevarlo, entre compañeros de viaje y con la gente buena a nuestro lado. No es debilidad pedir ayuda: hagámoslo con humildad y confianza. Todos nos necesitamos y todos tenemos derecho a la esperanza, más allá de cada historia y de cada error o fracaso”.

Dejar el lastre del pasado y pensar el futuro

En proximidad del Año Santo de 2025, Francisco hace su invitación a la conversión, renovación y liberación para toda la Iglesia. “Un año de misericordia – concluyó el Papa- en el que dejar el lastre del pasado y renovar el impulso hacia el futuro”, y para seguir caminando juntos porque “el amor nos une más allá de toda distancia”

“Que ésta sea también una señal que nos ayude a levantarnos de nuevo y a tomar las riendas, con confianza, de nuestras vidas cada día”.

El Santo Padre dona al penitenciario de Verona la imagen de la Virgen de la Ternura
El Santo Padre dona al penitenciario de Verona la imagen de la Virgen de la Ternura

María, la Madre que nos une

Como conclusión del encuentro y antes me la bendición apostólica,  se realizó un intercambio de regalos. Tras la gran caja que recibió el Santo Padre por parte de los reclusos y trabajadores de la cárcel, el Papa anunció que su regalo tenía que ver con una de las virtudes de Dios que son la cercanía, la compasión y la ternura

"Pensé en la ternura, de la que no se habla tanto. Pensé en este regalo: la Virgen con el niño, que es precisamente un gesto de ternura. Y pensé también que la figura de María es una figura común al cristianismo y a los musulmanes.  Es una figura común. Nos une a todos".

Revive los momentos más destacados del encuentro del Papa con los reclusos y trabajadores de la cárcel de Montorio en Verona

 

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18 mayo 2024, 12:43