Buscar

El Policlínico Agostino Gemelli El Policlínico Agostino Gemelli   (ANSA) Editorial

El Papa en el Gemelli: invitación de amor hacia los que sufren

Continúa la convalecencia de Francisco en el hospital tras la laparotomía. Son muchos los mensajes de cercanía y los deseos de una pronta recuperación. La presencia del Pontífice, paciente entre los pacientes, llama la atención de todos hacia los que sufren.

Massimiliano Menichetti

El Papa se encuentra en el Policlínico Gemelli rodeado del afecto y apoyado por las oraciones de tantas personas en todo el mundo. Su recuperación tras la operación, nos confortan los médicos, está prosiguiendo muy bien. "La enfermedad forma parte de nuestra experiencia humana", ha escrito Francisco en su mensaje para la XXXI Jornada Mundial del Enfermo, el 11 de febrero pasado en pleno camino sinodal. En esas líneas ha invitado a reflexionar sobre el hecho de que precisamente "a través de la experiencia de la fragilidad y de la enfermedad, como podemos aprender a caminar juntos según el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura". Y ahora esas palabras parecen aún más verdaderas.

El Papa, que el miércoles pasado estaba en la plaza entre los fieles y pocas horas después en el quirófano, testimonia una vez más la esperanza, incluso en la fragilidad que es la condición del hombre, e indica direcciones: no las que conducen a sí mismo, sino al corazón de Jesús, en el que todo encuentra forma y respuesta. Ayer, el abrazo de la columnata de Bernini que rodea la plaza de San Pedro se extendió hasta el Policlínico Agostino Gemelli, allí de hecho el Santo Padre rezó el Ángelus en privado, pero en comunión con él a las 12 en punto, como de costumbre, eran muchos, de todo el mundo, incluso bajo su ventana en el hospital, donde muchos se reunieron espontáneamente para recitar la oración mariana.

Viendo los dibujos de los niños para Francisco o leyendo los muchos mensajes de cercanía que llegaron desde todos los rincones del planeta, por correo o a través de internet, uno podría detenerse en el amor del pueblo de Dios al Vicario de Cristo y eso no sería erróneo, pero hay más porque toda relación es dinámica.

Leyendo lo que sucede desde otra perspectiva, es clarísima y desbordante la exhortación que viene del Papa, desde su condición actual, que una vez más no apunta hacia el hombre, sino que está toda extendida hacia los demás y afirma el cuidado de quien es más débil, más frágil y muchas veces está solo. La condición de paciente que ahora vive Francisco hace pensar en quienes afrontan el sufrimiento, el miedo, a menudo en la soledad y en la pobreza, y llama a todos a la fraternidad.

"Las personas enfermas están en el centro del pueblo de Dios, que avanza con ellos como profecía de una humanidad en la que todos son valiosos y nadie debe ser descartado". El espejo que el Papa ofrece en el silencio de la hospitalización es, por tanto, una gran oportunidad de cambio para cada uno de nosotros, para consolidar o iniciar el camino hacia el otro, para mirar el rostro, para agarrar la mano de quien tiene necesidad, de quien sufre, y así simplemente amar.

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

12 junio 2023, 16:00