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El padre Jacques Mourad en Roma en julio de 2019 para la presentación de su libro" Un monje secuestrado" El padre Jacques Mourad en Roma en julio de 2019 para la presentación de su libro" Un monje secuestrado" 

Siria. El monje secuestrado por el Isis Jacques Mourad nuevo arzobispo de Homs

El Papa ha dado su consentimiento a la elección por el Sínodo de los Obispos de la Iglesia Patriarcal de Antioquía de los Sirios. Antiguo prior de Mar Elian en Siria, Mourad había sido secuestrado por el Isis y escapó tras unos cinco meses de cautiverio.

Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano

El padre Jacques Mourad, monje y sacerdote sirio católico, ha sido elegido por el Sínodo de Obispos de la Iglesia Patriarcal de Antioquía de los Sirios Arzobispo de Homs de los Sirios. La elección del padre Mourad, secuestrado el 21 de mayo de 2015 por los yihadistas en el monasterio de Mar Elian, en Qaryatayn (Siria), donde era párroco, y mantenido cautivo durante cinco meses, ya había sido aprobada por el Papa Francisco.

Nacido en Alepo hace más de 53 años, tras ingresar en el Seminario de Charfet, Líbano, formarse en Teología y licenciarse en Liturgia, ingresó en la Comunidad Monástica Siria de Deir Mar Musa Al-Abashi, de la que es cofundador. Allí hizo sus votos el 20 de julio de 1993, luego fue ordenado sacerdote el 28 de agosto e incardinado en la Archieparquía de los Sirios de Homs. De 2000 a 2015, fue responsable del convento de Mar Elian y de la parroquia de Qaryatayn. Tras el secuestro, permaneció en los monasterios filiales de Cori (Italia) y Sulaymanyah (Irak). De regreso a Siria en 2020, era hasta ahora superior adjunto y ecónomo de la Comunidad Mar Elian.

Cinco meses en manos de yihadistas

El padre Mourad relató la historia de su secuestro en el libro "Un monje secuestrado. El combate por la paz de un prisionero de los yihaidistas", escrito junto con el periodista Amaury Guillem, publicado en España por Ediciones Palabra S.A, en 2019. Considera que el tiempo que pasó como rehén de los terroristas yihadistas en Siria fue una experiencia espiritual.

El rezo del Rosario y las enseñanzas de Paolo Dall'Oglio le dieron fuerza y serenidad. De aquellos días de violencia, acoso, privaciones y torturas psicológicas y físicas, el padre Jacques recuerda que, tras los tres primeros meses de cautiverio en Raqqa, lo trasladaron a una prisión cerca de Palmira y se reunió con 250 cristianos de su comunidad. Le dijeron que los llevarían de vuelta a Quaryatein, que serían sometidos a una serie de duras prohibiciones, pero que podrían volver a celebrar misa porque no habían llevado armas contra los musulmanes.

"Comprendí sobre todo que quienes deciden no practicar la violencia pueden, con su elección, cambiar la actitud de quienes están acostumbrados a llevar armas", declaró a Vatican News. "Nos salvamos por nuestra vocación de cristianos, testigos de la paz.

La confianza en el diálogo interreligioso y el poder de la oración

Para el Padre Mourad, "la confianza en el diálogo en principio, no está ligada a la actitud de los demás". "Detrás del terrorismo actual", explicó, "hay en cambio una red política que utiliza todo para hacer el mal. No es una red directamente inspirada en el Islam, sino precisamente en un proyecto político".

El clérigo también dijo que los cristianos deben "cancelar esta forma de pensar, inspirada por cierta propaganda, según la cual todo musulmán es un terrorista", y añadió que hay "necesidad de más humildad y claridad en nuestras vidas y en nuestra relación con los demás". Hay que leer profundamente el Evangelio para vivirlo bien".

Los yihadistas le pidieron que se convirtiera al Islam clavándole un cuchillo bajo la garganta, pero de las páginas del diario de su encarcelamiento emerge la paz interior, la energía y la serenidad que le proporcionaba la oración.

"Puedo decir que recibí dones de Dios en el mismo momento en que vivía mi encarcelamiento -relató-. No puedo olvidar la fuerza, el coraje, que me permitieron mirar a la cara a esos yihadistas y transmitirles el amor de Jesús. En esas situaciones Dios me dio sobre todo el don de la sonrisa, y eso era algo que inquietaba a mis carceleros. Se preguntaban cómo era posible que un prisionero sonriera, y ni siquiera yo podía explicar de dónde sacaba las fuerzas. En cuanto empecé a rezar el Rosario desapareció todo el dolor, todo el miedo".

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07 enero 2023, 13:14