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El Papa: nadie puede salvarse solo. Todos estamos sentados en el mismo barco

El Santo Padre envió un mensaje a participantes en el Festival de la Fe Católica en Alemania: “muchas personas… ponen su vida en último lugar para servir y ayudar a los demás, incluso en las crisis actuales"

Patricia Ynestroza - Ciudad del Vaticano

El Papa Francisco envió un mensaje a los católicos alemanes reunidos en Stuttgart con motivo del 102º Katholikentag. El encuentro se lleva a cabo del 25 al 29 de mayo y lleva por lema: "Compartir la vida". 

Hablando del lema, el Papa les dijo, que Dios es el Creador y Artífice de toda la vida. Ha insuflado su aliento de vida en el hombre, les afirmó, comparte su vida divina con el hombre.

Y en su "Hijo Jesucristo este compartir la vida de Dios alcanza su culmen insuperable: comparte nuestra vida terrenal para permitirnos participar en su vida divina".

Por eso, agregó el Papa, desciende a lo más profundo de nuestra humanidad. Los pobres y los que sufren reciben en forma directa su especial amor, y se identifica con ellos, de allí, el Pontífice recordó al pueblo de Ucrania, a quien dirigimos nuestros pensamientos, y “rezamos por todas las personas cuyas vidas están amenazadas y condicionadas, por todos aquellos que anhelan la plenitud de vida que sólo el Señor puede dar”. Imploramos su paz, exclamó Francisco.

No debemos vivir sólo para nosotros mismos

El Santo Padre recuerda en su mensaje, que Jesús entrega todo a los hombres, se da así mismo: “Él da su vida por nosotros. Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin" (Juan 13, 1). Del mismo modo, su mandato nos indica que no debemos vivir sólo para nosotros mismos, sino que dediquemos nuestra vida a Dios y al prójimo”. 

Y al dedicar nuestras vidas a Dios y al prójimo, el Papa explica que este regalo de la vida puede adoptar muchas formas:

“Pienso, por ejemplo, en las madres o padres que se dedican totalmente a sus hijos, en las muchas personas que en el servicio de la Iglesia o en profesiones sociales o caritativas ponen su vida en último lugar para servir y ayudar a los demás. Incluso en las crisis actuales, gracias a Dios, podemos ver cuán grande es la voluntad de tantos de hacer sacrificios por los demás. Nadie puede salvarse solo. Todos estamos sentados en el mismo barco”. 

Por ello, recuerda el Pontífice, es imprescindible que desarrollemos la conciencia de que todos “somos hijos del único Padre, hermanos y hermanas; que todos habitamos la misma casa, que nos ha sido confiada a todos juntos; que unos viven de otros y que no podemos dejar de compartir nuestras vidas. Sólo juntos podemos avanzar. Si cada uno da lo que tiene que ofrecer, aseveró, la vida de todos será más rica y hermosa".

Compartir nuestros medios y posibilidades con los necesitados

Tras mencionar el ejemplo de San Martín, patrón de la Diócesis de Rottenburg-Stuttgart, un santo que compartió su capa con un mendigo, el Papa recuerda que "lo que Dios nos da, también y siempre nos lo da porque lo compartimos con otros y lo hacemos fructificar para los demás"

"Todos los que llevan el nombre de Jesucristo están llamados a seguir el ejemplo del santo y a compartir nuestros medios y posibilidades con los necesitados. Estemos atentos a nuestro paso por la vida y muy pronto veremos dónde se nos necesita", dijo.

"Todos tenemos algo que dar a los demás y todos carecen de algo, por tanto -señaló- todos necesitamos dones de los demás. Y aceptar algo del otro es más difícil que dar algo". Según el Papa Francisco, esto implica "admitir la propia imperfección. Pedro tuvo que aprender por las malas a aceptar el servicio de su Maestro durante el lavado de los pies. Imploremos también la humildad de ser capaces de aceptar algo de los demás".

 

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25 mayo 2022, 18:07