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Un hombre en oración en la Catedral de Leópolis Un hombre en oración en la Catedral de Leópolis 

Fratelli tutti, una brújula para encontrar y custodiar la paz

En su encíclica sobre la fraternidad y la amistad social, el Papa Francisco subraya que "la paz real y duradera sólo es posible 'desde una ética global de solidaridad y cooperación al servicio de un futuro plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad entre toda la familia humana'". Palabras que se entrelazan especialmente con este tiempo, azotado por la guerra.

Amedeo Lomonaco - Ciudad del Vaticano

La paz es un recorrido. El Papa Francisco lo subraya en la encíclica Fratelli tutti, explicando que "en muchas partes del mundo hacen falta caminos de paz" capaces de "cicatrizar las heridas": “se necesitan artesanos de paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia”.

Los acuerdos de paz no son suficientes

La paz es un " es un compromiso constante en el tiempo". En la encíclica, el Pontífice recuerda, en particular, lo que dijeron los obispos del Congo sobre un conflicto que se repite: "los acuerdos de paz en los papeles nunca serán suficientes. Será necesario ir más lejos, integrando la exigencia de verdad sobre los orígenes de esta crisis recurrente. El pueblo tiene el derecho de saber qué pasó". Palabras que también enlazan con la historia de otras guerras, incluida la que está afectando y devastando a Ucrania en la actualidad.

Verdad, justicia y misericordia

Para construir la paz, escribe Francisco, son esenciales la verdad, la justicia y la misericordia. La paz "es un trabajo paciente que busca la verdad y la justicia, que honra la memoria de las víctimas y que se abre, paso a paso, a una esperanza común, más fuerte que la venganza". Y está vinculada a la misericordia. "Las tres juntas son esenciales para construir la paz”.

El arte de la paz

"Muchas veces -se lee en la encíclica- es muy necesario negociar y así desarrollar cauces concretos para la paz. Pero los procesos efectivos de una paz duradera son ante todo transformaciones artesanales obradas por los pueblos, donde cada ser humano puede ser un fermento eficaz con su estilo de vida cotidiana". " Hay una “arquitectura” de la paz, donde intervienen las diversas instituciones de la sociedad, cada una desde su competencia, pero hay también una “artesanía” de la paz que nos involucra a todos.". "Estos caminos de pacificación, de primacía de la razón sobre la venganza, de delicada armonía entre la política y el derecho, no pueden obviar los procesos de la gente".

La injusticia de la guerra

“La paz ‘no sólo es ausencia de guerra’”.  Y la guerra "no es un fantasma del pasado", sino "una amenaza constante". El Papa Francisco lo subraya en la encíclica Fratelli tutti, añadiendo que “se están creando nuevamente las condiciones para la proliferación de guerras”.  Es fácil optar “por la guerra detrás de todo tipo de excusas supuestamente humanitarias, defensivas o preventivas, acudiendo incluso a la manipulación de la información". Y, de hecho, "en las últimas décadas, todas las guerras han pretendido tener una justificación". “A partir del desarrollo de las armas nucleares, químicas y biológicas, y de las enormes y crecientes posibilidades que brindan las nuevas tecnologías, se dio a la guerra un poder destructivo fuera de control que afecta a muchos civiles inocentes”.

La guerra mundial a pedazos

“Entonces ya no podemos pensar – escribe Francisco - en la guerra como solución, debido a que los riesgos probablemente siempre serán superiores a la hipotética utilidad que se le atribuya. Ante esta realidad, hoy es muy difícil sostener los criterios racionales madurados en otros siglos para hablar de una posible “guerra justa”. ¡Nunca más la guerra!". En nuestro mundo – añade el Papa - ya no hay sólo “pedazos” de guerra en un país o en otro, sino que se vive una “guerra mundial a pedazos”, porque los destinos de los países están fuertemente conectados entre ellos en el escenario mundial.

Las razones para la paz son más fuertes que los cálculos e intereses

Francisco recuerda entonces algunos pasajes de la encíclica "Pacem in Terris". Como decía San Juan XXIII, "resulta un absurdo sostener que la guerra es un medio apto para resarcir el derecho violado".  "Lo afirmaba - señala Francisco - en un período de fuerte tensión internacional, y así expresó el gran anhelo de paz que se difundía en los tiempos de la guerra fría. Reforzó la convicción de que las razones de la paz son más fuertes que todo cálculo de intereses particulares y que toda confianza en el uso de las armas". Sin embargo “no se aprovecharon adecuadamente las ocasiones que ofrecía el final de la guerra fría”. “En cambio, se cedió a la búsqueda de intereses particulares sin hacerse cargo del bien común universal. Así volvió a abrirse camino el engañoso espanto de la guerra”. Un horrible espanto que hoy, no sólo en Ucrania, es una dramática realidad.

La guerra es un fracaso, una claudicación vergonzosa

Otra constatación que recuerda la encíclica Fratelli tutti es que "Toda guerra deja al mundo peor que como lo había encontrado. La guerra es un fracaso de la política y de la humanidad, una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal". El Papa exhorta especialmente a volver “a contemplar a tantos civiles masacrados como ‘daños colaterales’. “Preguntemos a las víctimas. Prestemos atención a los prófugos, a los que sufrieron la radiación atómica o los ataques químicos, a las mujeres que perdieron sus hijos, a los niños mutilados o privados de su infancia. Prestemos atención a la verdad de esas víctimas de la violencia, miremos la realidad desde sus ojos y escuchemos sus relatos con el corazón abierto. Así podremos reconocer el abismo del mal en el corazón de la guerra y no nos perturbará que nos traten de ingenuos por elegir la paz”.

La paz no es un equilibrio de poder

La paz y la estabilidad internacional - afirma además la encíclica Fratelli tutti - no pueden basarse en una falsa sensación de seguridad, en la amenaza de la destrucción mutua o de la aniquilación total, en el simple mantenimiento de un equilibrio de poder. “En este contexto, el objetivo último de la eliminación total de las armas nucleares se convierte tanto en un desafío como en un imperativo moral y humanitario”. “El aumento de la interdependencia y la globalización comportan que cualquier respuesta que demos a la amenaza de las armas nucleares, deba ser colectiva y concertada, basada en la confianza mutua. Esta última se puede construir sólo a través de un diálogo que esté sinceramente orientado hacia el bien común”,

La paz y la mirada de Dios

Finalmente, en la encíclica Fratelli tutti, el Papa Francisco recuerda que "Hay un derecho humano fundamental que no debe ser olvidado en el camino de la fraternidad y de la paz; el de la libertad religiosa para los creyentes de todas las religiones”. “Entre las religiones es posible un camino de paz – sostiene el Papa -. El punto de partida debe ser la mirada de Dios. Porque Dios no mira con los ojos, Dios mira con el corazón. Y el amor de Dios es el mismo para cada persona sea de la religión que sea. Y si es ateo es el mismo amor".  “Cada uno de nosotros está llamado a ser un artesano de la paz, uniendo y no dividiendo, extinguiendo el odio y no conservándolo, abriendo las sendas del diálogo y no levantando nuevos muros".

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17 marzo 2022, 14:34