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Siete días con el Papa Francisco

“El discurso a la Curia Romana, el saludo a los empleados del Vaticano, la celebración de la Nochebuena, el Mensaje de Navidad y la Bendición Urbi et Orbi”, son las actividades del Pontífice que caracterizaron esta semana.

Renato Martinez - Ciudad del Vaticano

Pedir la gracia de la pequeñez, la gracia de la humildad, fue la invitación que el Papa Francisco realizó en los diferentes encuentros de Navidad que marcaron sus actividades durante los últimos siete días. Una primera ocasión le brindó el encuentro con los miembros de la Curia Romana, a quienes dirigió un discurso, la mañana de este jueves 23 de diciembre, con ocasión de las felicitaciones navideñas. A sus colaboradores más cercanos el Santo Padre les habló de la humildad del Hijo de Dios que nace en un pesebre, que se hace Niño, a partir de la figura de Naamán el Sirio, un valiente general del ejercito arameo que era leproso y su fuerte armadura que le daba prestigio, en realidad, cubría una humanidad herida.

“Todos, despojados de nuestros ropajes, de nuestras prerrogativas, cargos y títulos, somos leprosos, todos nosotros, necesitados de curación. La Navidad es la memoria viva de esta certeza y nos ayuda a comprenderla más profundamente”.

Saludos del Papa a los Empleados del Vaticano

Ese mismo jueves, el Papa Francisco saludó a los Empleados del Vaticano y sus familias, en el tradicional Encuentro de Navidad, en el Aula Pablo VI. Los rostros sonrientes de niños y abuelos, un ambiente familiar y festivo no hicieron olvidar al Pontífice las preocupaciones y dificultades que tantas personas y familias están atravesando. Por ello manifestó su deseo de que la Navidad les traiga serenidad y en el Año dedicado a San José los invitó a pedir su intercesión y a abandonarse a Dios que siempre quiere el bien mayor.

“Rezo para que los que más lo necesitan reciban el don de la serenidad, tanto personal como familiar. La pandemia ha causado muchos problemas a las familias, tanto económicos como psicológicos”.

Misa de Nochebuena: pidamos el don de la pequeñez

“Dios no cabalga en la grandeza, sino que desciende en la pequeñez”, fue la frase del Papa Francisco que está en el corazón de su mensaje para esta Navidad. En su homilía de la Misa de Nochebuena, celebrada este viernes, 24 de diciembre, en la Basílica de San Pedro, el Santo Padre también habló de la pequeñez como el camino elegido por Dios para llegar a nosotros. Y así nosotros debemos acoger y abrazar a Jesús en los pequeños, pobres y últimos. El Santo Padre además realizó un llamamiento para una dignidad del trabajo que no haga esclavos ni provoque muertes, un llamado a una Iglesia unida, en camino y sinodal.

“Esto es lo que podemos pedir a Jesús para Navidad: la gracia de la pequeñez. Señor, enséñanos a amar la pequeñez. Ayúdanos a comprender que es el camino para la verdadera grandeza”.

El Mensaje de Navidad del Papa y la bendición Urbi et Orbi

Y este 25 de diciembre, desde la Logia central de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco dirigió su Mensaje Navideño e impartió su bendición Urbi et Orbi, para desear a todos una ¡Feliz Navidad! Antes de la bendición el Santo Padre en su Mensaje recordó a los diferentes pueblos y países que sufren conflictos y violencias, a los niños victimas de abusos, a los ancianos solos, a los migrantes y refugiados, y todos aquellos que sufren a causa de la pandemia, especialmente en nuestro continente.

“Haz que en los corazones de los pueblos del continente americano prevalezcan los valores de la solidaridad, la reconciliación y la pacífica convivencia, a través del diálogo, el respeto recíproco y el reconocimiento de los derechos y los valores culturales de todos los seres humanos”.

Ángelus del Papa Francisco y Carta a los esposos

En el día en que la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el Domingo después de Navidad, el Papa Francisco dirigió la oración mariana del Ángelus. En su alocución el Santo Padre explicó que “Dios eligió a una familia humilde y sencilla para venir entre nosotros”. E invitó a “contemplar con asombro la belleza de este misterio”, destacando dos aspectos concretos para nuestras familias: El primero, la familia es la historia de la que provenimos y el segundo, aprendemos a ser una familia cada día.

“Cada día, en la familia, hay que aprender a escucharnos y comprendernos, a caminar juntos, a afrontar los conflictos y las dificultades. Es el reto diario, y se gana con la actitud adecuada, con pequeñas atenciones, con gestos sencillos, cuidando los detalles de nuestras relaciones”.

Al saludar a los fieles y peregrinos, el Papa Francisco recordó a los esposos de todo el mundo, que ha enviado una Carta con motivo del Año Familia Amoris Laetitia, para meditar sobre el don del matrimonio, y preparar el Encuentro Mundial de las Familias.

“Hoy, en la fiesta de la Sagrada Familia, se publica una Carta que escribí pensando en ustedes. Quiere ser mi regalo de Navidad para ustedes, los esposos: un estímulo, una señal de cercanía y también una oportunidad para meditar. Es importante reflexionar y experimentar la bondad y la ternura de Dios, que con mano paternal guía los pasos de los matrimonios por el camino del bien”.

Audiencia General sobre San José

En la Audiencia General de este miércoles, la última de este año, el Santo Padre retomó su ciclo de catequesis sobre la figura de San José, y habló de él como un migrante “perseguido y valiente” al referirse al episodio de la “huida a Egipto”, narrado en el Evangelio de Mateo. Además, dijo que, la Sagrada Familia, como tantas familias en la actualidad, experimentó también la injusticia y el sufrimiento de tener que dejar la propia patria debido a la prepotencia y violencia del poderoso de turno.

“En este escenario se contraponen dos personajes. Por una parte, Herodes, que sintiéndose amenazado por el nacimiento del “rey de los judíos” y, defender su propio poder, decide asesinar a todos los niños de Belén menores de dos años. Él es símbolo de muchos tiranos de ayer y de hoy que quieren vencer sus miedos ejerciendo el poder de manera despótica y violenta. Por otra parte, san José, hombre justo y valiente, que para salvar la vida del niño y de la Virgen, se fía de la indicación del ángel y afronta todas las dificultades y peligros del viaje”.

El Papa concluyó su catequesis haciendo una oración a San José, en la que pidió la intercesión del custodio de Jesús, para que proteja a todos los que huyen a causa de la guerra, el odio, y el hambre.

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31 diciembre 2021, 12:17