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El Papa: preservar la Tierra de las acciones perversas, la vida misma está amenazada

Francisco preside el Acto Académico de la Universidad Lateranense Letrán que da inicio al nuevo ciclo de estudios de ecología y medio ambiente. Presentes en el evento, Audrey Azoulay, directora de la UNESCO, y el Patriarca Bartolomé: "Compartimos el deber de proclamar el amor a la creación". La advertencia de cara a la Cop26: "Las expectativas para los objetivos de desarrollo sostenible de 2030 se están alejando".

Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano

El Papa Francisco denunció "acciones perversas" contra el planeta Tierra, hacia el que se está causando un "mal" que "ya no se limita a los daños al clima, al agua y al suelo, sino que ahora amenaza la vida misma en la Tierra". Palabras fuertes que el Pontífice pronuncia ante profesores y estudiantes de la Pontificia Universidad Lateranense que participan en el Acto Académico "Cuidado de la Casa Común y tutela de la Creación". Palabras con las que Francisco quiere estimular " responsabilidad, concreción y competencia", porque, afirma, ante una crisis ecológica tan compleja, "no basta con repetir afirmaciones de principio, que nos hacen sentirnos tranquilos porque, entre otras muchas cosas, también nos interesamos del medio ambiente", sino que sirven acciones rápidas.

“Proteger nuestra casa común, preservarla de acciones perversas, tal vez inspiradas en la política, la economía y la educación vinculadas a resultados inmediatos, en beneficio de unos pocos”

El Patriarca Bartolomé, una luz en el compromiso con la creación


El Papa habla en el Aula Magna del Ateneo, a donde llegó a las 9 horas, recibido con aplausos y el saludo del Gran Canciller, el cardenal vicario Angelo De Donatis. Junto a él, Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, y el Patriarca Bartolomé de Constantinopla, que se encuentra en Roma desde el pasado lunes para firmar con otros líderes religiosos un llamamiento conjunto destinado a curar una humanidad y una Tierra heridas.

Con Bartolomé "compartimos el deber de proclamar el amor a la creación y el compromiso de su cuidado", dice el Papa Francisco. Y revela que, mientras se redactaba la encíclica Laudato si', "fue fuerte la luz que vino de él y de la Iglesia de Constantinopla", la primera entre las Iglesias cristianas en comprometerse con los temas medioambientales y en establecer, en 1989, una Jornada para el Cuidado de la Creación. "Salvaguardar la creación -dijo el Papa citando al Patriarca- es una forma de amar, de pasar gradualmente de lo que yo quiero a lo que el mundo de Dios necesita. Es la liberación del miedo, la avidez y la dependencia".

En la Pontificia Universidad Lateranense, el Papa firma la Convención de la Unesco en presencia del Rector Buonomo y del Patriarca Bartolomé
En la Pontificia Universidad Lateranense, el Papa firma la Convención de la Unesco en presencia del Rector Buonomo y del Patriarca Bartolomé

Un diálogo abierto y estructurado


A continuación, el Obispo de Roma elogia el Acto Académico de la Universidad Lateranense dedicado a las cuestiones ecológicas, destinado a "sentar las bases de un diálogo abierto y estructurado, con todos, sobre cómo conocer y escuchar la voz de nuestra casa común". Una voz que ha roto el muro de la indiferencia y ha conseguido penetrar en muchos contextos "aunando intereses a menudo distantes" en organizaciones internacionales y conferencias multilaterales. En este contexto se sitúa el reciente Mensaje que el Papa ha firmado con Bartolomé y el Arzobispo Justin Welby, Primado de la Iglesia Anglicana, de cara a la próxima Cop26 de Glasgow.

La universidad como lugar de formación de la conciencia ecológica


En este compromiso, el Papa implica también a la Lateranense e idealmente, a todas las universidades, en virtud de su misión original de Universitas, "lugar privilegiado de formación y preparación, donde se encuentran los distintos saberes, donde estudiantes y profesores se reúnen para reflexionar y desarrollar creativamente nuevos caminos para recorrer". De hecho, es por la universidad que pasa "el esfuerzo de formar una conciencia ecológica y desarrollar la investigación para proteger la casa común".

La actividad académica está llamada a fomentar la conversión ecológica integral para preservar el esplendor de la naturaleza, ante todo reconstruyendo la necesaria unidad entre las ciencias naturales y sociales con lo que ofrece la reflexión teológica, filosófica y ética, para inspirar la norma jurídica y una visión económica sólida

Francisco: elijamos estilos de vida sobrios y respetuosos con la creación


El Papa Francisco agradece a la UNESCO su "atención activa" a esta iniciativa que da inicio al nuevo ciclo de estudios de Ecología y Ambiente en el Ateneo Pontificio. Un itinerario que obrará junto al Patriarcado de Constantinopla con "una perspectiva abierta" capaz de "acoger la atención de las Iglesias cristianas, de las diferentes comunidades religiosas, de quienes están en la investigación y de los que se declaran no creyentes". El ciclo de estudios, subraya el Papa, debe por tanto "recoger diferentes experiencias y pensamientos, combinándolos a través del método de la investigación científica". De este modo, la universidad volverá a ser Universitas, "depositaria de un imperativo que no tiene fronteras religiosas, ideológicas o culturales". 

"No hay ecología sin una adecuada antropología ", recuerda finalmente el Papa. Y advierte:

Se están alejando las expectativas vinculadas a los objetivos de desarrollo sostenible que deben alcanzarse de aquí a 2030, junto a objetivos más específicos vinculados a la protección del aire, del agua, del clima o a la lucha contra la desertificación. Quizás porque sólo hemos vinculado estos objetivos a una relación de causa y efecto, quizás en nombre de la eficiencia

Sin una verdadera ecología integral", señala el Pontífice, "tendremos un nuevo desequilibrio, que no sólo no resolverá los problemas, sino que añadirá otros". Incluso entre los creyentes, añade, es necesario "transformar" el mero interés por el medio ambiente en "una misión llevada a cabo por personas formadas, fruto de una experiencia educativa adecuada". Es la "mayor responsabilidad" frente a los que "a causa de la degradación del medio ambiente, son excluidos, abandonados y olvidados".

Las Iglesias y toda persona de buena voluntad, concluye Francisco, están por ello llamadas a convertirse en "la voz de los sin voz". Una voz "que se eleva por encima de los intereses partidistas y no se queda en la mera lamentación".

 

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07 octubre 2021, 09:30