Buscar

Ur, testimonios en Encuentro Interreligioso: “nuestra sangre está mezclada"

La mañana del 6 de marzo, el Papa Francisco se ha reunido con los representantes de las tres religiones abahámicas en Ur de los Caldeos, en Iraq e instó a musulmanes, judíos y cristianos a recorrer un camino de paz. Algunos participantes ofrecieron sus testimonios de fraternidad, apoyo mutuo y esperanza.

Manuel Cubías – Ciudad del vaticano

Durante el Encuentro Interreligioso, cuatro personas compartieron emotivos testimonios de fraternidad, apoyo y esperanza.

“No queremos guerra, ni odio, ni violencia”

Dos jóvenes, Dawood, cristiano, nacido en Basora y Hasan Salim, musulmán, también de Basora relataron a los presentes que desde niños son amigos y han estudiado y jugado juntos. Para hacer frente a los gastos que ocasionan sus estudios secundarios, decidieron hacer un préstamo e instalar una tienda para vender ropa. “Nos animaron nuestras respectivas familias y amigos (…) Este pequeño proyecto nos hace felices y poco a poco vamos pagando nuestra deuda”. Ambos desean realizar estudios universitarios, afirma Dawood.

Por su parte, Hasan subraya que “Aunque Dawood y yo no pertenecemos a la misma religión, nuestras historias demuestran que es posible trabajar juntos, y también que podemos ser amigos”. Dawood subrayó: “Nos gustaría que muchos otros iraquíes tuvieran la misma experiencia que nosotros. No queremos guerra, ni violencia, ni odio: queremos que los habitantes de nuestro país trabajen juntos y sean amigos entre sí”.

Rafah Husein Baher: “Me quedaré en la tierra de mis antepasados”

La señora Rafah Husein, perteneciente a la comunidad religiosa sabea mandea, comenzó agradeciendo la presencia de Francisco y pidió la bendición para todos los iraquíes.

Declaró que ha visto como muchos familiares y amigos han huido. Ella también estuvo a punto de hacerlo, pero gracias a “la generosidad de nuestros vecinos (…) que como una familia nos ayudan” decidió permanecer en su tierra: “les digo aquí que

Me quedaré en la tierra de mis antepasados. Me enterrarán junto a mi padre: es mi decisión, por respeto a las grandes palabras: todos somos hermanos”.

Rafah insistió en el hecho de tener “familiaridad mutua e historias comunes, juntos sobrevivimos en las ruinas de la guerra en el mismo suelo. Nuestra sangre está mezclada, juntos hemos vivido la amarga experiencia del embargo, compartimos la misma identidad. La injusticia ha afectado a todos los iraquíes, Su Santidad, le confieso que no ha excluido a nadie: se ha derramado la sangre inocente de todos los iraquíes”.

“Su visita a Irak, Santidad, significa que Mesopotamia sigue siendo respetada y apreciada. Su visita significa un triunfo de la virtud, es un símbolo de estima para los iraquíes. Bendito sea el que erradica el miedo de las almas. Benditos sean los pacificadores. Su Santidad, ahora está plantando las semillas del amor y la felicidad”, declaró Rafah Husein Baher.

"No tengo palabras para expresar mis sentimientos. Sólo lágrimas"

El profesor Ali Zghair Thajeel, musulmán chiíta, profesor de la Universidad de Nassiriya, presentó su testimonio y afirmó: “Me siento muy honrado y verdaderamente feliz de estar en presencia del más grande entre los invitados de Iraq, Su Santidad, en esta Tierra Santa, la tierra de nuestro Padre Abraham, la tierra de nuestros ancestros caldeos”.

Ali Zghair Thajeel relata la iniciativa de hacer llegar peregrinaciones organizadas a Ur, actividad en la que ha estado involucrada la Iglesia Católica y que ha apoyado decididamente. De esta manera se da a conocer una ciudad con una historia milenaria, así como se permite a los peregrinos celebrar la misa y rezar.

El docente recordó “que la Iglesia iraquí ha tratado a todos los iraquíes por igual, independientemente de su filiación o etnia, especialmente durante las crisis a las que nos hemos enfrentado. En circunstancias tan difíciles, la Iglesia siempre ha sido la primera en ayudar a los necesitados y, en colaboración con Cáritas-Iraq, ha proporcionado alimentos y medicinas a las ciudades de Jebayesh, Fuhood, Shatrah y Gharraf, así como a Nassiriya”. Igualmente hizo presente el papel desempeñado por “los hermanos de la religión Sabea Mandea, que fueron los primeros en participar en esta iniciativa y en acoger a los peregrinos. Todo esto muestra cómo todo el espectro iraquí está presente y unido por la fe en este bendito país”.

Ali Zghair Thajeel finalizó su intervención expresando sus agradecimientos por haber hecho realidad mi sueño de poder dar testimonio de su visita a mi querida ciudad de Ur: no tengo palabras para expresar mis sentimientos, sólo lágrimas. Prometemos a Su Santidad que seguiremos trabajando y esforzándonos por la paz, la seguridad, la hermandad y la convivencia en esta ciudad del conocimiento”.

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

06 marzo 2021, 12:11