81 años del diario de Anne Frank

Hace ya más de ochenta años que la adolescente alemana encontró su vía de libertad dentro de su escondite: el lápiz y el papel.

Maria Camprodon - Vatican News

A día de hoy Anne Frank tendría 94 años, cuando cumplió los 13, en 1942, su madre le regaló un pequeño diario destinado a convertirse en un gran testimonio de la Shoah.

“Para todo el que tiene miedo, está solo o se siente desdichado, el mejor remedio es salir al aire libre, a algún sitio en donde poder estar totalmente solo, solo con el cielo, con la Naturaleza y con Dios. Porque sólo entonces, sólo así se siente que todo es como debe ser y que Dios quiere que los hombres sean felices en la humilde pero hermosa Naturaleza.”

Estas palabras las redactó Anne Frank el 23 de febrero de 1944. Al leerlas se siente un agregado agridulce de sentimientos: tranquilidad, esperanza, pero también tristeza al saber el destino de la escritora. Al fin y al cabo, llevaba más de un año y medio escondida en la Casa de Atrás.

Fe y humanidad

Hayan o no leído el impresionante relato de la joven judía, todo el mundo conoce su nombre, su diario y, con más o menos profundidad, su historia. Anne Frank nació en Alemania, en la ciudad de Fráncfort, el 12 de junio de 1942. Ayer hubiera cumplido 94 años. A los 13, cuando su familia y ella ya se habían mudado a Ámsterdam, le regalaron el diario donde dejaría por escrito lo que viviría los próximos dos años y medio.

Los que han leído el diario coincidirán que su fe es palpable a través del papel, que a través de la oración encuentra sentido y fuerza para seguir adelante y, de una forma u otra, entender lo que estaba viviendo. Lo que hace ochenta y uno años parecía solo el diario de una adolescente es a día de hoy un claro y bello ejemplo de resiliencia humana, de fe en Dios y en la bondad humana en uno de los momentos más oscuros de la historia contemporánea.

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