Sudán del Sur: 21 personas asesinadas en el sur del país

Michele Raviart - Vatican News 

La llegada del Papa Francisco a Sudán del Sur como peregrino de la paz junto con el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields, no ha frenado la violencia que sigue asolando el país. Ayer, al menos 21 personas murieron a manos de pastores armados en un ataque de abigeato en el condado de Kajo-Keji, en el estado meridional de Equatoria Central. Una lucha entre comunidades rivales que las autoridades condenaron "en los términos más enérgicos posibles", calificando el ataque de "acto bárbaro de venganza" y "masacre de civiles inocentes".

Continúan los enfrentamientos

Aunque la violencia entre los dos principales grupos étnicos, que se refieren respectivamente al presidente Salva Kiir y al vicepresidente Rich Machar, ha disminuido en los últimos años desde 2019 -debido también al histórico gesto del Papa, que ese mismo año se arrodilló ante ellos en el Vaticano para pedir la paz-, los enfrentamientos entre grupos menores están a la orden del día. A menudo, se producen disputas para reclamar el derecho a apacentar el ganado o hacerse con el control del agua u otros recursos.

Una situación humanitaria difícil

En los últimos meses, la Cruz Roja de Yuba ha visto una afluencia constante de heridos graves procedentes de todo el país, a menudo trasladados en avión a la capital. El año pasado, la Comisión de Derechos Humanos denunció la violencia sexual generalizada, utilizada como arma de guerra por las milicias. También según la ONU, casi 9,5 millones de sursudaneses de una población de 12,5 millones necesitan ayuda humanitaria para vivir. Esta cifra ha aumentado en medio millón desde el año pasado, agravada por las inundaciones y sequías y la falta de fondos de los donantes, que han dirigido su ayuda a Ucrania y otros focos de crisis.

Las etapas del conflicto

Independiente desde 2011 tras dos décadas de enfrentamientos con Sudán, Sudán del Sur volvió a la guerra en 2013 y las víctimas directas e indirectas del conflicto se estiman en unas 400.000 hasta 2018, con más de dos millones de desplazados internos y otros tantos refugiados en otros países. Un acuerdo inicial de 2015 entre Kiir y Machar fracasó y fue "revitalizado" en 2018, con la integración de los otros grupos combatientes en la Declaración de Roma de 2020, con la mediación de la Comunidad de Sant'Egidio. El acuerdo preveía, además de Kiir como presidente y Machar como vicepresidente, la integración de las milicias en un ejército nacional y elecciones presidenciales para 2022. Las elecciones se aplazaron dos años.