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Francesco y Valentina en la Playa, en Versilia Francesco y Valentina en la Playa, en Versilia  La historia

Ser, no tener, hace "El verano más bello"

En una de las playas más exclusivas de Italia, donde estar emperifollado es una obligación, llegan un día un grupo de niños discapacitados y sus familias para una aventura que cambiará sus vidas para siempre.

Debora Donnini - Ciudad del Vaticano

Está la historia de los grandes, de los reyes, los gobernantes del mundo, de los que deciden las guerras, las paces, firman tratados, se sientan en las mesas que importan. Y luego hay otra historia, la que a menudo permanece oculta y sin embargo realmente cambia la vida de la gente. Es la de algunos jóvenes que en el período del 68 entendieron que la verdadera revolución se hace con amor hacia los últimos, no con las armas, porque cambiar los corazones es la única manera de cambiar realmente el mundo.

Es una historia que comenzó hace 50 años, en Pistoia, con Luigi Bardelli, un joven de formación católica, entonces presidente de AIAS (Asociación Italiana de Asistencia Espástica), que decidió llevar a una de las playas más chic de la Versilia, en la "playa de los bellos", a un grupo de niños discapacitados con sus familias, para que incluso aquellos que se sentaban en una silla de ruedas, pudieran disfrutar de la belleza del mar y de la acogida y no fueran relegados a lugares tristes. Todo con la conciencia  de que lo que realmente cuida el alma y el cuerpo, no sólo de los discapacitados, sino de todos nosotros, es ser amado y amar, sintiéndose parte de un cuerpo, de una comunidad. En una palabra, no más solos. 

El film documentario

Lo que hay que hacer es una verdadera batalla para que sean acogidos: el rechazo a lo diferente siempre está a la puerta, pero al final la última palabra es la victoria sobre los prejuicios, y así comienza esa "historia" que desde hace 50 años se repite para muchos niños discapacitados, en silla de ruedas, con síndrome de Down, autistas o con otros problemas. Así cada año se realiza "El verano más bello", que es el título del film documentario de Beatrice Bernacchi y Gianni Vukaj, producido por Tv2000Factory, que tuvo el mérito de narrarlo, con poesía y sin ocultar la realidad, y hacerla desembarcar en los cines italianos con la primera proyección el 8 de enero en Roma, seguida de otras en diferentes ciudades. 

Sonia, mamá de Giulia y Elia
Sonia, mamá de Giulia y Elia

La lucha de la fe

Hay historias que no te dejan como antes, que te marcan y te enseñan. Y esta es una de ellas. Es la historia de las madres, ya ancianas, que recuerdan las miles dificultades y se preocupan por el futuro. Es la historia de Aldo y Sonia, los padres de Giulia, de 23 años, con discapacidades motoras, y su hermano Elia, de 13 años, que tiene problemas relacionados con el espectro autista. Una experiencia no fácil que también lleva a Sonia a una lucha de fe cuando se entera de las problemáticas de su segundo hijo. "Lloramos y nos enojamos con Dios y también con los que estaban cerca nuestro", cuenta en nuestra entrevista esta madre tenaz y valiente, pero sobre todo llena de amor. "Luego nos dejamos ayudar" y gracias a Don Diego, conocido mientras acompañaba a Giulia al mar, gracias a la oración y la misa, "lloré, me desahogué, saqué mi cólera" y "también recuperé la fe, que siempre tuve en realidad". Padre Diego Pancaldo es el asistente espiritual de la Fundación María Asunta en Cielo Onlus (MAiC Onlus), una organización sin ánimo de lucro de Pistoia, fundada por iniciativa de un grupo de voluntarios que desde hace años participan en asociaciones y actividades de inspiración católica a favor de las personas con discapacidades. El presidente es Luigi Bardelli, el joven que ya años antes había dado vida a estos hermosos veranos. En el recuerdo de quien vive estas experiencias, el padre Guido Pancaldo está presente a menudo y, a través de sus palabras, se percibe el olor del pastor con olor a oveja, de quienes se involucran en la vida de las personas. Y luego está también la acogida de los terapeutas y voluntarios que hacen que Sonia sienta el abrazo de una gran familia, que la deja descansar en verano a pesar de las frustraciones y dolores. 

Vista de la playa
Vista de la playa

Ganar mucho sin cobrar un euro

Esta es también la historia, a contracorriente, de los jóvenes voluntarios que eligen pasar entre 10 y 14 días para ayudar a estos jóvenes a vivir su verano más bello, como narra el documental. Bailan con ellos por la noche, los apoyan, viven con ellos. "Van allí prácticamente por nada, son voluntarios, y al final son transformados" y se ve que han ganado mucho, no sólo desde el punto de vista humano, - dice Aldo, el marido de Sonia - sino que también se han dado cuenta de que tienen los recursos interiores para superar momentos de dificultad. Él también recuerda haber quedado emocionado por el ambiente de aceptación vivido en estos veranos. "Lo contrario de la palabra amor, no es odio", nos dice Aldo, cuya experiencia es tan fuerte como la de su esposa, " es egoísmo": "si no podemos entender que para vivir bien, tenemos que dar a todos, no llegaremos a ninguna parte". Todo el mundo habla con el verbo "tener" en cambio aquí, "hablan de ser".

Francesco y Valentina, voces y rostros del film documentario
Francesco y Valentina, voces y rostros del film documentario

La determinación y la espontaneidad

Pero los verdaderos protagonistas de esta "historia" son los chicos acogidos en la estructura como Valentina, de 24 años, que junto con su amigo Francesco, es central entre los rostros y las voces del film documentario. Vale se graduó en el Instituto de Turismo y asiste a la escuela de danza moderna desde hace diez años. También trabaja como asistente de conserje. Para ella, la experiencia de la película fue inolvidable, así como los extraordinarios veranos que ha pasado en la playa con el Maic durante los últimos 10 años. "En primer lugar -explica- porque todos somos amigos" y tras el verano, se mantienen en contacto entre sí y también con los voluntarios. Van a comer pizza, y siguen participando en las peregrinaciones y en las Jornadas Mundiales de la Juventud. "El encuentro con Dios está siempre en primer lugar", nos dice Valentina, que con su espontaneidad y su sonrisa ilumina el mundo.

La presentación en Roma del film documentario
La presentación en Roma del film documentario

Ser aceptado por como se es

Esos cinco días que pasé con estos chicos fueron "una lección de vida", porque "se comprende realmente el sentido de la vida", nos dice la productora, Concetta Malatesta, que junto con Beatrice Bernacchi y el director Gianni Vukaj, hablan de una historia que los cambió para siempre. La película en sí misma, en cierto modo, es de hecho una de esas historias que cambian la vida porque más allá del nudo en la garganta y las lágrimas que, dominantes y ardientes, necesariamente quieren salir, te hace gustar concretamente que la verdadera belleza de la vida está en el amar. En amar como los voluntarios, como estas familias, a menudo heroicas, como estos mismos chicos. La experiencia es la de ser aceptados por lo que uno es, no por cómo deberíamos ser o aparecer, subraya Beatrice Bernacchi, que recuerda cómo le quedó grabada la imagen de una niña discapacitada que tiene dos dedos uno al lado del otro y parece estar jugando con el viento. Es "la fuerza increíble de las familias" que viven estas situaciones las 24 horas del día, los 365 días del año, lo que impacta muy fuerte a Gianni, pero sobre todo la fuerza de la comunidad. "No una isla que no existe -remarca Beatrice- sino una isla que existe y en la que todos pueden entrar". Y entre otras cosas, en la que se invierte el concepto de normalidad, porque la verdadera normalidad es la de los chicos, la espontaneidad, la frescura, aunque sea con momentos de dificultad.

La entrevista a Luigi Bardelli por el film
La entrevista a Luigi Bardelli por el film

El amor, verdadera formula para la rehabilitación

"Aquí se ha descubierto una palabra que no se utiliza", el amor, que es "la verdadera fórmula de rehabilitación", narra en el documental Luigi Bardelli, que señala la relación como la clave para el cuidado, porque las personas discapacitadas sienten cuando tienen amor a su alrededor y así crece su satisfacción con la vida, mientras que muchas personas consideradas normales son infelices, con o sin dinero, no tiene nada que ver. Son barreras que Bardelli ha logrado derribar. No sólo pudo superar el rechazo inicial de acoger a los chicos en el lugar elegido, sino que se necesitó una sentencia de un juez, tras las protestas de los "comités antiespásticos". No sólo este verano tan bello se ha repetido a lo largo de los años, no sólo hoy existe una estructura ad hoc para los chicos asistidos, sino que también hay una integración con los vecinos de los establecimientos de al lado. Casi un pequeño milagro. Porque después de todo, no es la diversidad o las dificultades las que nos mantienen prisioneros, sino esos barrotes del corazón que, cuando caen, nos permiten ver la belleza del mar con otros ojos.

El verano más bello

 

 

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04 marzo 2020, 10:38