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Sri Lanka: Un viaje a la isla que anhela dignidad y futuro

Primera entrega de un itinerario entre los Centros coordinados por MAGIS (Movimiento Jesuita y Acción Conjunta para el Desarrollo) para apoyar a los sectores más pobres y explotados de la población. El presidente: "Juntos planificamos las actividades". El provincial: En un país en bancarrota, esperamos un nuevo liderazgo que ponga en práctica las aspiraciones del pueblo y abandone la corrupción. Partiendo de uno de los distritos de Colombo, visitando el Movimiento de Animación Comunitaria Shanti

Antonella Palermo - Colombo (Sri Lanka)

Ante todo, reforzar el sistema educativo para construir el bienestar integral de la persona y construir un nuevo liderazgo atento a las necesidades reales de un pueblo hambriento de dignidad, de oportunidades de empleo, de conciencia de sí mismo. Esto es lo que propone en Sri Lanka la Fundación MAGIS (Movimiento Jesuita y Acción Conjunta para el Desarrollo), una obra de la Provincia Euromediterránea de la Compañía de Jesús que coordina y promueve actividades misioneras y de cooperación internacional con 47 proyectos en 22 países a través del compromiso y la acción de jesuitas y laicos. 

Una isla herida

El primer destino del viaje es la capital comercial de la isla, Colombo, una ciudad con una arquitectura polifacética fruto de su largo pasado colonial británico, sede del único aeropuerto del Estado, situada a lo largo de la costa occidental, en el océano Índico. La base de los desplazamientos internos -que habrían conducido al extremo norte, a un paso de la India- habría sido Negombo, a unos cuarenta kilómetros, en la archidiócesis de Colombo, donde se encuentra la Curia Provincial de los jesuitas, en la misma zona que la iglesia de San Sebastián, trágicamente famosa por los atentados de Semana Santa que hace cinco años causaron la muerte de más de un centenar de personas.

La visita tendría lugar el último día de la semana, y toda su sobria y vigilada belleza quedaría plasmada tras la reconstrucción. Mientras tanto, las iluminaciones a lo largo de las estrechas calles de esta zona residencial de la ciudad, signo de la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo que acababa de celebrarse, eran como las primicias de una acogida que, a pesar de la absoluta sencillez de medios, resultaría cada día más brillante y cálida. La compañía, durante toda la estancia, es la del presidente del MAGIS, el profesor Ambrogio Bongiovanni, que lleva más de treinta años vinculado al subcontinente indio. 

Ambrogio Bongiovanni saluda a una madre con su bebé en las afueras de Colombo
Ambrogio Bongiovanni saluda a una madre con su bebé en las afueras de Colombo

Planificar juntos

"La especificidad de nuestro trabajo radica en que las actividades se planifican conjuntamente, trabajamos por una visión común sobre el terreno, no con acciones dejadas caer desde arriba", explica Bongiovanni, profesor de la Facultad de Misionología de la Pontificia Universidad Gregoriana y director, en la misma universidad, del Centro de Estudios Interreligiosos. Habla de la eficacia de este estilo que anima y orienta las iniciativas de ayuda humanitaria, sobre todo en el Sur del mundo, en los ámbitos de la cultura, los derechos fundamentales, la paz y la salud. "Una experiencia muy positiva porque uno se siente realmente implicado, hay una verdadera corresponsabilidad entre las personas", explica.

Es palpable la belleza de la relación que se consigue establecer con la pluralidad de culturas presentes en estas regiones, donde más que nunca resuena con fuerza la "necesidad de una acción transformadora de la propia misión". En los mismos días del viaje, llegó también la noticia de la aprobación, por parte de la Agencia Italiana de Cooperación Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano, de un proyecto que MAGIS pondrá en marcha y que compromete más de un millón de euros para promover en Sri Lanka no sólo la educación, sobre la que ha madurado una prueba más que válida, sino también la ecología integral, tan querida por el Papa Francisco, y la reconciliación.

De hecho, se trata de tres bisagras, emblemáticamente interconectadas en una realidad en la que las huellas de la guerra civil entre tamiles y cingaleses siguen siendo sensibles, y en la que uno de los retos prioritarios es precisamente el de calmar las heridas favoreciendo los intercambios, la colaboración, la superación de los prejuicios, entre las minorías religiosas y entre las diferentes etnias.

Formar generaciones para un nuevo liderazgo

"Es un nuevo paso de colaboración para ayudar a los más desfavorecidos. Tengo mucha esperanza", comenta el padre Angelo Sujeewa Pathirana SJ, el provincial jesuita que nos dirige en la zona: "La cooperación es muy importante, como lo fue en el momento del tsunami".Recordemos aquel maremoto del océano Índico, una de las catástrofes naturales más graves, que causó más de 230.000 muertos.

Una humanidad a rescatar, sí, pero sobre todo, hoy, a acompañar para que adquiera el empoderamiento que la libere de una pobreza abrumadora para muchos. Baste decir que la subida del 18% del IVA está poniendo de rodillas a las familias, que se quejan de que los costes se han vuelto "insostenibles e inasequibles". Sufre las consecuencias uno de los sectores en los que más se debería invertir: la educación.

Caen las importaciones de artículos de papelería, las librerías históricas despiden personal. El precio del papel ha subido un 300%, el transporte sufre la misma tendencia. "Se trata de transmitir herramientas básicas de conocimiento, sobre todo un buen inglés, de ofrecer también una forma de compartir los valores cristianos", dice el padre Angelo, pero también está en juego el desarrollo de una "visión política, de una postura atenta a los males de la sociedad".

Se trata de preparar a las nuevas generaciones para afrontar los problemas con un espíritu nuevo: "Intentamos también referirnos al método del YWL, que pretende en particular ofrecer a las chicas de instituto experiencias para capacitarlas también como líderes, en la toma de conciencia de sus derechos", señala el clérigo.

Banderas de Sri Lanka en las calles de Colombo, en el aniversario de la independencia del país (4 de febrero)
Banderas de Sri Lanka en las calles de Colombo, en el aniversario de la independencia del país (4 de febrero)

El país tiene hambre

Estamos bastante disgustados por la falta de cambios políticos", añade. Piensa en las elecciones presidenciales previstas para este año, aunque en los últimos días ha circulado una nota de la oficina del Presidente Ranil Wickremesinghe según la cual deberían celebrarse en 2025. "Estamos interesados en ver cómo será el nuevo liderazgo, cuál será su agenda, si pondrá en práctica las aspiraciones de la gente que vive una grave crisis económica, si promoverá la superación de la corrupción y la mala gestión del Estado. Esperamos un cambio para que los políticos no miren por sus propios intereses, sino por los del país", reprocha el jesuita.

Son palabras que se hacen eco de las pronunciadas por el cardenal arzobispo Malcolm Ranjith el 4 de febrero, aniversario de la República, mientras las arterias de la ciudad, festivamente aparcadas, se dirigían hacia uno de los suburbios más desolados de Colombo. En la iglesia suburbana de Todos los Santos, el cardenal se preguntó cuál era la esencia de celebrar la libertad cuando la nación se ha visto asolada por las turbulencias económicas y el estancamiento político. "La gente tiene hambre", tronó.

De hecho, Sri Lanka se declaró en bancarrota en abril de 2022, acumulando deudas por valor de más de 83.000 millones de dólares. La dimisión de Rajapakse como presidente llevó al actual gobierno interino a pedir un préstamo de 2.900 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional que ahora parece, después de que la inflación haya alcanzado el 95%, mostrar atisbos de recuperación para el país. Sri Lanka tiene actualmente el récord de pagos más bajos de toda la región de Asia-Pacífico y Oceanía, y desde 2022 el país ha experimentado un éxodo masivo de trabajadores cualificados y no cualificados como consecuencia del desplome de la moneda.

El Centro Shanti, en las afueras de Colombo

Dehiwala es uno de los barrios más pobres de la capital. Aquí opera la asociación sin ánimo de lucro Movimiento de Animación Comunitaria Shanti, fundada en 1977 por el padre misionero jesuita Michael Catalano, de Nápoles. El anfitrión es el padre Ranjiit Yawu SJ, director, y Sujeewa, su ayudante, profesora y consejera. Amplias sonrisas, ambiente fraternal, ella budista, trabaja allí desde 1999. "Atendemos a 56 niños.

Con el programa extraescolar atendemos a unos 400. Están muy a gusto aquí. Aquí están muy a gusto, el ambiente es muy acogedor. Los pequeños son muy felices", dice. "La gente de aquí es muy, muy pobre. Ganan entre 10 y 15 mil rupias (ni siquiera 50 euros al mes) y viven en casas muy pequeñas. Rara vez se encuentran hombres: están en la cárcel, muertos, desaparecidos, consumen alcohol, se descarrían. A veces incluso falta la figura materna, que puede haberse marchado al extranjero en busca de nuevas oportunidades laborales. En ese caso, sólo quedan hijos solos, el mayor cuidando del menor".

La imagen que Sujeewa tiene de Colombo es la de un entorno "degradado y peligroso". Explica que el centro ofrece programas de capacitación, formación profesional y educación para niños y adultos, con especial atención a las mujeres, las víctimas de la guerra y las catástrofes naturales.  Jugar y aprender" es el lema con el que intentan estimular las capacidades artísticas de los niños inscritos.

También existe un programa de protección para las madres, señala. Tanto ella como el jesuita denuncian casos de abusos sufridos por menores que, en su mayoría, se ven obligados a vivir en espacios domésticos demasiado reducidos donde el ya frágil equilibrio familiar corre el riesgo de saltar por los aires por una nimiedad. El aula es pequeña pero triunfan los colores de los dibujos de los niños, contrapunto del color fangoso a lo largo del canal con cubos destartalados de viviendas donde la gente bebe y se lava en un único grifo en la calle, la basura se quema en la orilla, una madre cuida de sus cuatro hijos cada uno nacido de un padre diferente. 

Interior de las oficinas del centro Shanti, con una foto del fundador
Interior de las oficinas del centro Shanti, con una foto del fundador

Hacia las plantaciones de té

Aquel atisbo en las afueras de la capital era sólo la antesala de una degradación que emergería con mayor relieve al adentrarnos en las zonas rurales del centro de la isla, donde la ayuda de las ONG rara vez llega, donde el turismo en zonas montañosas de gran e insospechado encanto revela su lado oscuro, deprimente, sin salida. Si no fuera por la acción misionera de la que MAGIS es portavoz. Hasta el próximo episodio, desde las plantaciones de té, el oro verde de Ceilán.

La Curia General de los Jesuítas en Negombo
La Curia General de los Jesuítas en Negombo

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21 febrero 2024, 16:12