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Monseñor García Cuerva: "Es necesario aprender a reencontramos y reconocer que somos una comunidad". (Foto: Arzobispado de Buenos Aires) Monseñor García Cuerva: "Es necesario aprender a reencontramos y reconocer que somos una comunidad". (Foto: Arzobispado de Buenos Aires)

Líderes religiosos encomiendan la nueva gestión presidencial en Argentina

El Arzobispo de Buenos Aires presidió la celebración interreligiosa en la Catedral Metropolitana junto con los referentes de los credos que se profesan en el país.

Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano

La fraternidad, la libertad y la memoria son los tres cimientos que permitieron a la Argentina mantener viva la esperanza en los momentos más acérrimos. Así lo consideró Monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires, durante la ceremonia interreligiosa ante la asunción del nuevo gobierno el domingo 10 de diciembre, encabezado por el Presidente Javier Milei y la Vicepresidente Victoria Villarruel.

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También participaron el arzobispo griego ortodoxo Iosif Bosch; el Obispo anglicano Brian Williams; el representante de ACEIRA, pastor Christian Hooft, el rabino Shimon Axel Wahnish; y el representante de la comunidad islámica Sheij Salim Delgado Dassum.

En su mensaje, García Cuerva insistió en la urgencia de trabajar la unidad entre los argentinos. “Una fraternidad que reconozca e inclusive valore las diferencias -añadió- y que estas no sean usadas para fragmentar, dividir, o enfrentarnos más, sino para encontrar nuevas respuestas a los problemas que hoy acucian”.

“Las heridas y urgencias de nuestro pueblo piden a todos, pero especialmente a la clase dirigente la capacidad de comprometerse con la fraternidad social. Una fraternidad que no es un slogan, sino que exige la radicalidad de no enfrentarnos unos contra otros”.

El Primado de la Argentina dijo que “esta tierra supo hospedar y generar oportunidades, no nos dejemos robar la fraternidad social porque la cultura del encuentro no tiene límites, nadie es prescindible, nadie es descartable”.

García Cuerva enfatizó la necesidad de “aprender a reencontramos y reconocer que somos una comunidad; dejar de lado personalismos y generar consensos y acuerdos que permitan, a la creatividad y audacia, abrir nuevos caminos”. “Hay muchos hermanos nuestros al borde del camino que quieren ser parte viva de esta construcción”, puntualizó.

Un Dios que nos hace libres

La libertad es el segundo cimiento a recuperar para que ese sueño llamado Patria siga inspirando a las nuevas generaciones. El prelado acotó que todos los presentes comparten la creencia en un Dios liberador y citó las palabras del Papa Francisco en la Audiencia General del 20 de octubre de 2021, cuando afirmó:

“La verdadera libertad se expresa plenamente en la caridad. No hay libertad sin amor. (…) Sabemos que una de las concepciones modernas más difundidas sobre la libertad es esta: “mi libertad termina donde empieza la tuya”. ¡Pero aquí falta la relación, el vínculo! Es una visión individualista. Sin embargo, quien ha recibido el don de la liberación obrada por Dios no puede pensar que la libertad consiste en el estar lejos de los otros, sintiéndoles como molestia, no puede ver el ser humano encerrado en sí mismo, sino siempre incluido en una comunidad. La dimensión social es fundamental y nos permite mirar al bien común y no solo al interés privado”.

No usemos los nombres de los próceres para desunir a los argentinos

La memoria es el tercer y último cimiento que desarrolló García Cuerva. Invitó a “recuperar nuestra historia y reconocer a los hombres y mujeres que forjaron la Patria desde sus inicios y que cimentaron las bases de la organización nacional: la soberanía popular, el sistema representativo, la forma republicana, el federalismo”.

El arzobispo mencionó otro concepto, el del testimonio de los próceres “y de tantos otros, su reflexión y su accionar, con sus luces y sus sombras” y llamó a no usar sus nombres para desunir a los argentinos.

Reconoció que habrá tormentas inesperadas como fue la pandemia de COVID-19 “que aún hoy nos duelen tanto sus consecuencias”. Pero también sostuvo que “tenemos que advertirnos de las tormentas que nosotros mismos podemos crear, y con las que hacemos tambalear la casa, nuestro querido país: las tormentas de la intolerancia, del sentirnos dueños de la verdad, los oportunismos políticos, los mensajes de desesperanza y pánico, el creer que cuanto peor, mejor”. “Un vendaval de conflictos y enfrentamientos que nos urgen a la reconciliación y a la paz”, subrayó.

“Hoy es revolucionario sostenernos en la esperanza y crear oportunidades”, aseveró. Por este motivo, animó a invocar “al Espíritu Santo, fuerza y amor de Dios, para que nos ayude a fraguar los cimientos de la Patria, y así, entre todos, construir nuestra casa, nuestra amada Argentina”.

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11 diciembre 2023, 09:54