Odessa, el Obispo greco-católico sobre los ataques: fue una noche infernal

Svitlana Dukhovych - Ciudad del Vaticano

"Para describir mi experiencia del ataque de la noche del 23 de julio, sólo puedo decir una frase: fue una noche de infierno, el Armagedón de la ciudad de Odessa", comparte el Obispo greco-católico Mykhaylo Bubniy, Exarca de Odessa, en una entrevista con Vatican News, comentando el ataque con misiles rusos que causó en Odessa y en la región, la muerte de una persona, otras 22 resultaron heridas, entre ellas cuatro niños. La devastación causada por el ataque provocó reacciones en todo el mundo. El Papa Francisco también se refirió a ello tras el rezo del "Ángelus", renovando la invitación a rezar por la paz, "de modo especial por la querida Ucrania, que sigue sufriendo muerte y destrucción, como desgraciadamente ha sucedido también esta noche en Odessa".

"Fue horrible – continuó el Exarca – las explosiones duraron cuatro horas, de una a cinco de la madrugada. Odessa no durmió en toda la noche. Fueron unas explosiones terribles porque el agresor ruso utilizó todos los misiles posibles - Onyx, Iskander y otros similares - con los que atacó continuamente la ciudad de Odesa. Gracias a Dios, ninguno de nuestros fieles resultó herido y los bienes de nuestro Exarcado de Odesa no sufrieron daños".

La gente está preocupada

Es difícil permanecer imperturbable ante tanto horror, aunque el fuerte espíritu de resistencia, como se ve en las imágenes de la ciudad siniestrada, empuja a la gente a ponerse manos a la obra: retirar los escombros, limpiar las calles y pensar en la reconstrucción. El domingo por la mañana, el joven Obispo estaba en su catedral celebrando la Divina Liturgia para sus fieles. "Vi que la gente estaba conmocionada y asustada. Desde el punto de vista moral, es muy deprimente", dice, reflexionando también sobre lo que impulsó a los rusos a atacar Odessa: "En mi opinión, este ataque fue una venganza por lo ocurrido en el puente de Crimea. Pero no puede ser sólo eso, porque llevamos más de un año y medio sufriendo esta terrible agresión por parte del Estado ruso, y el bombardeo de Odessa comenzó en realidad inmediatamente después de que Rusia se retirara del acuerdo sobre los cereales. De hecho, tan pronto como Rusia se retiró de este acuerdo, firmado con la ONU y Turquía, comenzaron inmediatamente a bombardear los puertos de Odessa y Chornomorsk y también atacaron todas las infraestructuras portuarias que se utilizaban para exportar este grano a los países pobres".

Dañada la joya espiritual de la ciudad

En el ataque con cohetes del domingo por la noche también fue alcanzada la catedral ortodoxa de la Transfiguración, que tiene un significado especial para los ciudadanos. Como cuenta el Obispo greco-católico, se quedaron estupefactos al verla destruida. "Lo percibieron como una auténtica crueldad. Fue un sentimiento tan negativo que es difícil expresarlo con palabras. Esta catedral – afirmó – ya había sido completamente destruida en 1936 por el régimen ateo de Stalin, y en los años 90 fue reconstruida por fieles de toda Odessa, por todos los residentes y empresarios. Para los habitantes de Odessa es una joya espiritual, pero no sólo eso: esta catedral estaba bajo la protección de la Unesco". En su página web, la agencia condenó enérgicamente el "descarado ataque de las fuerzas rusas, que golpeó varios sitios culturales en el centro de la ciudad de Odessa, Patrimonio de la Humanidad".

"Vemos que a las autoridades rusas no les importa", prosiguió el Obispo. "Como resultado del ataque del 23 de julio – recordó – 61 edificios y 146 pisos sufrieron daños. Por cierto, esta catedral pertenece a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú. Una prueba más de que no les importa su patrimonio cultural ni siquiera sus fieles, ya que esta catedral fue consagrada en 2010 por el propio Patriarca Kirill. Ante esto" no caben palabras.

Oración y llamamiento a la comunidad internacional

"El horror que vivimos la noche del 23 de julio demuestra que el agresor no tiene valores morales, humanos ni de ningún tipo”, observa con firmeza el Obispo Mykhaylo Bubniy. "Por lo tanto – continua – sólo podemos rezar para que el Señor Dios nos salve de alguna manera, salve al mundo entero y salve a Ucrania de la agresiva invasión rusa y de la infundada invasión a gran escala del territorio ucraniano y de la destrucción de Ucrania como Estado independiente y libre, reconocido en sus fronteras por la comunidad internacional. Por lo tanto, hago un llamamiento a la comunidad internacional, a todos los que tienen alguna influencia a nivel del diálogo mundial y a la comunidad mundial para que reaccionen ante los ataques que Rusia está llevando a cabo contra Odessa y Ucrania".