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Esperando al Papa en Mongolia, esperanzas en la "Casa de la Misericordia"

El 4 de septiembre, en el último día del viaje apostólico, Francisco inaugurará la instalación nacida de la intuición de los responsables de la Iglesia local y apoyada también por la ayuda de la dirección nacional de las Obras Misionales Pontificias australianas. El proyecto, puesto en marcha en 2019, tiene como objetivo ofrecer un lugar de acogida a las personas marcadas por problemas y heridas que buscan atención y consuelo

Vatican News

La cita está fijada para el lunes 4 de septiembre: a las 9.30 horas, en el último compromiso público de su viaje apostólico a Mongolia antes de la ceremonia de despedida, el Papa Francisco se reunirá con los trabajadores de la caridad, y en ese contexto -como indica el programa de la visita papal- inaugurará la "Casa de la Misericordia". Un final de viaje sugestivo y elocuente: la estructura que inaugurará el Papa puede considerarse prenda y emblema de la caridad que mueve y anima la presencia y la vida de la pequeña comunidad católica en tierra mongola. Al servicio y por el bien de todos, empezando por los más frágiles. Mientras se trabaja para completar la estructura con vistas a la inauguración, el proyecto ayuda también a captar la fecundidad de la cooperación misionera en beneficio del anuncio del Evangelio y del apoyo a las obras de caridad.

La intuición de la Iglesia local 

Según informa la Agencia Fides, la Casa de la Misericordia que inaugurará el Papa Francisco tomó forma gracias a la intuición de los líderes de la Iglesia local, apoyada también por la ayuda concreta de la dirección nacional de las Obras Misionales Pontificias australianas, conocida como Catholic Mission. El proyecto comenzó en 2019. Fue entonces cuando el prefecto apostólico de Ulán Bataar (y ahora cardenal) Giorgio Marengo, también en consulta con los misioneros, tuvo la intuición de abrir un centro social para atender y asistir a mujeres y menores víctimas de violencia doméstica. La intuición se ha desarrollado desde entonces, y la "Casa de la Misericordia" se ha convertido, en las intenciones de todos los implicados en el proyecto, en un lugar acogedor donde las personas con problemas y vidas heridas pueden encontrar atención, consuelo y paz.

La estructura

El emplazamiento de la naciente Casa de Misericordia se encuentra en un complejo escolar en desuso, perteneciente antiguamente a las Hermanas de San Pablo de Chartres, en el distrito urbano de Bayangol. Las instalaciones se distribuyen en tres plantas, más un sótano, y se convertirán no sólo en un refugio temporal para mujeres y niños obligados a huir de sus hogares por los malos tratos sufridos, sino también en un puesto de primeros auxilios para medicar a las personas sin hogar que hayan sufrido heridas o lesiones en circunstancias relacionadas con su vida en la calle.La mayoría de las personas sin hogar no están registradas en el sistema nacional de salud y, por tanto, no tienen acceso a tratamiento en los centros sanitarios públicos.Los asesores y voluntarios también pretenden fomentar el restablecimiento de contactos entre las personas sin hogar y sus familias de origen, con el fin de iniciar procesos de reconciliación familiar.Además, la Casa de Misericordia también funcionará como albergue temporal para los inmigrantes que lleguen a la ciudad sin puntos de referencia (parientes amigos) que puedan prestarles un apoyo inicial. Los operadores de la Casa de Misericordia trabajarán en coordinación con la policía local, los trabajadores sociales y los centros sanitarios del distrito.

El informe de las Obras Misionales Pontificias

En los últimos días, una delegación de las Obras Misionales Pontificias de Australia ha visitado Ulaanbataar y ha elaborado un informe lleno de datos que ayudan a comprender cómo los servicios ofrecidos por la Casa de Misericordia responderán concretamente y fuera de toda abstracción a las emergencias y problemas que acosan la vida cotidiana de la población local.El distrito de Bayangol", se lee en el informe elaborado por Catholic Mission, y recibido en la Agencia Fides, "uno de los nueve distritos de Ulán Bator, está situado en la parte central de la ciudad y tiene una población de más de 150.000 personas.El distrito se caracteriza por un contexto social y económico variado, en el que coexisten y se mezclan modos y condiciones de vida más tradicionales con rasgos más relacionados con la modernización urbana.Bayangol es también un punto tradicional de desembarco de inmigrantes de la Mongolia rural, atraídos por las oportunidades y servicios de la ciudad.

También en términos de vivienda, en el distrito de Bayangol se levantan condominios y casas unifamiliares junto a complejos residenciales de lujo y campamentos formados por gers (yurtas), las tradicionales tiendas mongolas.

Enorme brecha

En el distrito de Bayangol, como en el resto de Mongolia, la brecha socioeconómica entre ricos y pobres ha aumentado en los últimos años.Una brecha que se refleja en los enormes desequilibrios en el acceso a la educación, la sanidad y otros servicios básicos. El sistema sanitario, según el informe, ha mejorado en los últimos años. El gobierno proporciona servicios sanitarios gratuitos a los ciudadanos. Sigue habiendo problemas, relacionados con la escasez de personal y la limitación de recursos.Estos problemas se ven agravados por los miles de personas sin hogar (al menos 7.000) que se concentran en los distritos centrales. Según datos publicados por organismos internacionales, en 2021 la tasa de pobreza en Ulán Bator era del 27,4% y la de desempleo del 9,6%. La concentración media de partículas (PM2,5) era tres veces superior al límite indicado como perjudicial para la salud por la Organización Mundial de la Salud.

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13 julio 2023, 12:55