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Centro del Servicio Jesuita a Refugiados en la ciudad de Gdynia, Polonia. (Foto: Sergi Cámara) Centro del Servicio Jesuita a Refugiados en la ciudad de Gdynia, Polonia. (Foto: Sergi Cámara)

España: Jesuitas han acogido a más de 56.000 refugiados ucranianos

Las organizaciones jesuitas Entreculturas y Alboan junto al Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) brindan una asistencia articulada ante la emergencia humanitaria causada por la guerra en Ucrania. A un año del conflicto, conocemos los detalles de este programa con Pablo Funes, Coordinador Área de Cooperación Internacional de Entreculturas, y Jaime Pons, coordinador técnico del Servicio Jesuita a Migrantes España.

Sebastián Sansón Ferrari – Vatican News

Acoger: en este verbo, uno de los cuatro propuestos por el Papa Francisco para el trabajo con refugiados, se ha centrado la labor de la organización española “Entreculturas” durante este año del conflicto armado en Ucrania. La institución defiende el acceso a la educación como medio de cambio social, justicia y diálogo entre culturas. Pablo Funes, coordinador del Área de Cooperación Internacional, explica a Vatican News que han favorecido un lugar para que las refugiadas con sus hijos puedan dormir, aunque sea de manera temporal.

También facilitan la alimentación y bienes de primera necesidad, el transporte para muchas familias que desde Ucrania querían refugiarse en otros países europeos. Junto a Alboan, el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) y otras obras de la Compañía de Jesús en Europa, han acompañado a 56.042 personas que huían de la violencia. Han implementado alrededor de 82.111 actividades de asistencia a corto y medio plazo, en distintos puntos geográficos a través de la ayuda de emergencia, refugio, apoyo psicológico, educación e integración.

Funes acota que, en el caso de Rumanía, gracias a la experiencia del SJR y la buena relación con la Policía, desde el principio ofrecen asesoría legal a las personas que cruzan y organizan formaciones a las autoridades, para que aseguren los derechos de los refugiados que traviesan la frontera. Sobre todo, han intentado escuchar, siendo empáticos e intentando atender el trauma que muchas de estos individuos están viviendo.

Con las “aulas amigables”, buscan que la infancia refugiada ucraniana siga teniendo acceso a la educación. “Es esencial que los niños y las niñas refugiados tengan un espacio seguro donde puedan no solamente retomar sus estudios, sino también volver a relacionarse con otros niños y, en definitiva, ir dando algo más de normalidad a sus vidas”, dice Funes.

El Servicio Jesuita a Migrantes, por su parte, ha acogido a 440 personas mediante distintos sistemas que van desde familias a modelos comunitarios. Han impartido cursos de español a 250 personas, orientado a 199 en sus centros y formado a 321 en diferentes encuentros. Todo esto ha sido posible por la movilización de su base social, con 1088 voluntarios que han colaborado en distintas actividades.


"No nos olvidamos de Ucrania"

Funes es consciente de que les toca reforzar las otras líneas de trabajo. Por ejemplo, aunque ya lo están haciendo, ahora quieren potenciar el acompañamiento psicosocial, la educación de los niños que tienen muchas dificultades para acceder a los sistemas educativos de los países de destino.

También, desde Entreculturas quieren promocionar medios de vida que permita organizar sus vidas. Su experiencia de trabajo en emergencias similares en otros lugares del mundo les dice que probablemente muchas de estas personas refugiadas seguirán mucho tiempo fuera de sus hogares. Por tanto, saben que deben pensar también en escenarios de largo plazo e ir ayudando a su integración en las comunidades de acogida.

El coordinador reconoce que es “un trabajo complejo y enorme”, para el que aún necesitan mucho apoyo de sus donantes y amigos. Y, a un año del estallido de la invasión, quizá lo más importante de todo es que “no nos olvidamos de Ucrania”, afirma con convicción.

Centro del JRS Polonia en la ciudad de Gdynia. (Foto: Sergi Cámara)
Centro del JRS Polonia en la ciudad de Gdynia. (Foto: Sergi Cámara)

Los principales retos de la acogida a los ucranianos en España

Desde el Servicio Jesuita a Migrantes España, su coordinador técnico, Jaime Pons, plantea que deben pasar de una respuesta de emergencia a una estructural pensando en la integración a largo plazo de los refugiados.

Las reagrupaciones y la gestión del trauma constituyen otro desafío. Ante la primera ola de llegadas, principalmente de mujeres y niños, Pons subraya que se espera que llegue un goteo de personas nuevas o familiares con una carga mayor de la experiencia de guerra, duelos de pérdida de familiares y amigos o el duelo de algo que se preveía temporal se alargue en el tiempo.


También constatan el impacto de la inflación, que provoca incertidumbre en los precios de la energía y el coste de la vida en los programas de acogida y el impacto global, que genera nuevas olas de refugiados de las naciones golpeadas por la inseguridad alimentaria.

A nivel nacional, Pons considera que la respuesta de emergencia a Ucrania para la protección temporal ha sido rápida y bastante eficaz. No obstante, preocupa que el desvío de recursos de un lado ha incrementado el problema de bloqueo de citas para otros solicitantes y la expulsión temprana o no acceso al sistema de acogida.

Desde esta perspectiva, y en un contexto en que la llegada de refugiados cada vez responde más a situaciones de crisis y emergencias, el SJM está comprometido con responder a los vacíos del sistema para construir sociedades resilientes que desde la acogida comunitaria y la solidaridad ciudadana no dejen a nadie afuera.


En España, casi 170.000 refugiados

España es uno de los países europeos con más refugiados ucranianos. En estos doce meses ha otorgado protección temporal a casi 170.000 personas y 13.695 han encontrado un empleo.

Hasta el 16 de febrero de 2023, 167.596 ciudadanos y residentes de Ucrania (el 63% mujeres y el 37% hombres) han obtenido la protección temporal, según los últimos datos del Ministerio del Interior. Este estatus garantiza el permiso de residencia y trabajo a los desplazados, así como acceso a la sanidad, la educación y ayudas económicas.

Paso fronterizo de Medyka entre Ucrania y Polonia. (Foto: Sergi Cámara)
Paso fronterizo de Medyka entre Ucrania y Polonia. (Foto: Sergi Cámara)

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24 febrero 2023, 12:46