Austria: Tradicional peregrinación mariana de los gitanos

Vatican News

Varios momentos marcaron este 14 de agosto, la peregrinación de gitanos – romaníes y sinti – al santuario de Mariazell en Austria. A las 10, el párroco Helmut Schüller celebró la Misa con los peregrinos. Por la tarde está prevista la oración de clausura en la estatua de María en el lado norte de la basílica. Los rom y los sinti de Austria, Alemania, Hungría y otros países europeos llevan varios siglos acudiendo al santuario mariano de la Alta Estiria. La peregrinación anual, que tiene lugar el segundo domingo de agosto, está organizada por la pastoral gitana de la diócesis de Eisenstadt, en colaboración con la asociación cultural gitana de Austria.

La peregrinación a Mariazell de los gitanos – recuerda la agencia Sir – se remonta a una tradición centenaria, interrumpida en 1938 por la política racial nazi. Más de 500.000 romaníes y sinti fueron asesinados durante el Holocausto. Tras la Segunda Guerra Mundial, pasaron casi seis décadas antes de que los romaníes y los sinti volvieran a peregrinar a Mariazell. Desde 1996, la peregrinación se repite cada año.

Un pueblo sin tierra en el corazón de la Iglesia

En el mundo son unos 36 millones. En Europa casi 12 millones y en Italia al menos 170 mil. Los gitanos son un pueblo sin tierra, con una historia marcada por los prejuicios, la discriminación y las terribles páginas de persecución durante la Segunda Guerra Mundial. Pero también es una historia llena de retos relacionados con la integración y la evangelización.

El Papa Francisco recordó repetidamente las luchas y esperanzas de este pueblo. Durante el Regina Caeli del 8 de abril de 2018, el Papa expresó un deseo especial para "los miembros de estos antiguos pueblos": "La paz y la fraternidad".

El primer Pontífice que se reunió con el pueblo gitano fue, el 26 de septiembre de 1965, San Pablo VI. "Están en el corazón de la Iglesia –dijo el Papa Montini en aquella ocasión – porque están solos: nadie está solo en la Iglesia; están en el corazón de la Iglesia porque son pobres y tienen necesidad de asistencia, de instrucción y de ayuda”.

Ceferino, gitano beato

El patrón del pueblo gitano es el beato Ceferino Giménez Malla, terciario franciscano que fue fusilado en 1936 durante la Guerra Civil española y arrojado a una fosa común por haber defendido a un sacerdote y su Rosario. Durante la ceremonia de beatificación del 4 de mayo de 1997, San Juan Pablo II señaló a Ceferino como un "modelo a seguir": “Su vida – dijo el Papa Wojtyła – muestra que Cristo está presente en los diferentes pueblos y razas y que todos están llamados a la santidad".