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Cardenal Celestino Aós, Arzobispo de Santiago - Chile. Cardenal Celestino Aós, Arzobispo de Santiago - Chile.

El Cardenal Aós al presidente Boric: unamos voluntades en proyectos y causas comunes

En una “Oración por Chile”, diversos representes religiosos elevaron sus plegarias junto al nuevo Presidente de esta nación, Gabriel Boric.

Luis Miguel Modino 

En el día en que el nuevo presidente chileno, Gabriel Boric ha asumido su cargo como presidente de la República, se ha llevado a cabo una oración interreligiosa, una Acción de Gracias, una “Oración por Chile”, en la que el propio presidente junto con todas las autoridades del país ha participado, una tradición siempre que se inicia un nuevo mandato presidencial.

Dios es un bien para nuestros pueblos

En la celebración, realizada este 12 de marzo en la Catedral Metropolitana de Santiago, el cardenal Celestino Aós se dirigió a los presentes a partir de la parábola de la Vid y los sarmientos, una figura que cobra mayor relevancia en un país lleno de viñedos. En sus palabras, el arzobispo de Santiago afirmó que “los creyentes de las distintas religiones sabemos que hacer presente a Dios es un bien para nuestros pueblos”. Un Dios que “nos ha dado unos derechos que el Estado debe reconocer y respetar”, haciendo una llamada a la convivencia entre hermanos.

Por eso insistió en que “queremos y buscamos un Chile donde todos convivamos, respetándonos, escuchándonos, dialogando, colaborando, cuidando especialmente a los más pobres y utilizando responsablemente la naturaleza”. Siguiendo la parábola de la Vid, llamó a preguntarse a cada uno si “he venido a compartir la vida, agradezco lo que me dan y ofrezco lo que yo tengo”, insistiendo en que “no necesito ni puedo maltratar, despojar a nadie para florecer yo. Que todos, todos, tengamos vida. La exclusión no es camino. Una familia, una sociedad donde uno o unos pocos disfrutan mientras otros sufren, caminan hacia el conflicto y la desintegración. Una sociedad es sana y buena cuando todos disfrutan de la vida, aunque a algunos se les exijan sacrificios”.

Cada uno es responsable del bien de todos

El purpurado llamó a entender que “no podemos esperarlo todo de los gobernantes, sino que cada uno de nosotros es responsable del bien de todos”, criticando a los chilenos que no respetan “las medidas sanitarias para combatir la pandemia” y a quien “recurre a la violencia para conseguir sus objetivos”. En ese sentido, hizo ver que “el hecho de creer en Dios y de adorarlo no garantiza el vivir como a Dios le agrada”, un Dios que nos debe llevar a “ver a los demás, pobres, enfermos, inmigrantes, etc. como hermanos”, al encuentro, a afirmar que “en Chile no sobra nadie», uniendo fidelidad y amor a los hermanos y hermanas.

Por eso pidió por el nuevo presidente y los gobernantes, “que Dios ilumine sus mentes para que conozcan lo que es bueno y lo que es malo, lo que es justo y lo injusto. Y para que puedan trabajar por lograrlo y aunar las voluntades en proyectos y causas comunes”.

No dejar que nadie quede a un costado de la vida

Desde ahí el arzobispo de Santiago llamó cuidar de los más débiles y pobres, a entender que “no es una opción posible vivir indiferentes ante el dolor, no podemos dejar que nadie quede a un costado de la vida”, a ser samaritanos, a vivir la corresponsabilidad que genera nuevos procesos y transformaciones. Necesarias teniendo en cuenta episodios vividos en los últimos años, que el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile definió como “la cara sucia de nuestra Patria”. Por ello, insistió en que sembrar violencia es retroceso, relatando situaciones que provocan sufrimiento, especialmente entre los más débiles y vulnerables.

También ha destacado “la cara hermosa de un Chile esforzado, noble, solidario, con ganas de renovación y crecimiento”. Afirmando las legítimas diferencias, el cardenal Aós dijo que necesitamos buenos gobernantes, definiendo al político como “un hacedor, un constructor con grandes objetivos, con mirada amplia, realista, pragmática, más allá de su propio partido y aún más allá de su propio país”, como “un servidor de la Nación”, llamado “a preocuparse de la fragilidad de los pueblos y de las personas”, evitando la «cultura del descarte».

Fomentar una mística de fraternidad

El purpurado llamó a “fomentar una mística de fraternidad, y al mismo tiempo una organización social más eficiente”, a la práctica de la caridad para superar la miseria, a que los políticos fomenten la generación de trabajo, a asumir “renuncias que hagan posible el encuentro”, a buscar la vida para todos y ocuparse principalmente de los más débiles. También a conquistar el amor, la justicia y la solidaridad, a construir la paz social, insistiendo en que “Chile nos necesita como artesanos de paz, como ejemplos de diálogo, dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia”, evitando venganzas.

Finalmente, le hizo ver al nuevo presidente que “siempre estaremos rezando por usted y por nuestras autoridades”, afirmando que “quien está en el gobierno tiene la responsabilidad de conducir al país, de procurar que haya vida en todos, que vayan creciendo los frutos de bondad. El gobernante es responsable de la vida del país”, algo que va más allá de la economía, que debe llevar a pensar como familia humana.

*Colaboración de Prensa CELAM

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15 marzo 2022, 10:29