Buscar

Migrantes y refugiados tras ser asistidos y acogidos. Migrantes y refugiados tras ser asistidos y acogidos.

40 años del Centro Astalli: "Acompañar, servir y defender a los migrantes"

En el marco de la inauguración de la muestra fotográfica para celebrar los 40 años de fundación del Centro Astalli, servicio jesuita que ayuda a los migrantes en Italia, el cardenal Czerny, Subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral manifestó que el futuro de la humanidad, pasa por lograr la inclusión social de los migrantes, y para ello es fundamental "caminar juntos" en la paz y el diálogo.

Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano

La mañana del martes 16 de noviembre, el Cardenal Michael Czerny, sacerdote jesuita y Subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, asistió a la inauguración de la exposición fotográfica "Rostros hacia el futuro", organizada por el Centro Astalli (la rama italiana del Servicio Jesuita a Refugiados en Italia) con motivo del 40º aniversario del nacimiento de este servicio fundado por el Padre Pedro Arrupe.

La exposición, que podrá verse hasta el 28 de noviembre en la iglesia de San Andrés del Quirinal, en Roma; presenta 20 retratos de refugiados acogidos en el Centro Astalli y realizados por Francesco Malavolta.  

La pandemia vista como una oportunidad de conversión

En su discurso, el cardenal recordó que este 40º aniversario del Centro Astalli, coincide con un importante aniversario para la Compañía de Jesús: el 500º aniversario de la conversión de Ignacio de Loyola quien, herido en batalla en Pamplona por una bala de cañón, inició su nuevo camino como peregrino guiado por el Espíritu.

 

"Esta bala de cañón también significó que Ignacio fracasó en los sueños que tenía para su propia vida. Pero Dios tenía un sueño aún mayor para él", explicó Czerny haciendo hincapié en que este acontecimiento también puede decirnos algo hoy en día, especialmente en este momento de pandemia: "Como le ocurrió a Ignacio, la pandemia puede ser una oportunidad para una conversión del corazón de esta humanidad, del corazón de cada uno de nosotros".

Garantizar la universalidad de los derechos humanos

En este sentido, el purpurado subrayó que para que esta toma de conciencia produzca un cambio en el estilo de vida, "es necesaria una clara y decidida asunción de responsabilidades", trabajando conjuntamente para garantizar la universalidad de los derechos humanos, a menudo suprimidos en tantas partes del mundo, al igual que nos recuerda el Papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti:

"Mirando de cerca nuestras sociedades contemporáneas, encontramos numerosas contradicciones que nos llevan a cuestionar si la igual dignidad de todos los seres humanos, proclamada solemnemente hace 70 años, es realmente reconocida, respetada, protegida y promovida en todas las circunstancias".  

Por ello, el Subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral manifestó que los migrantes y refugiados han experimentado a menudo la transformación de los derechos de todos en privilegios para algunos:

“Hay muchos ejemplos: desde los migrantes rechazados en la frontera mexicana hasta los viajes de la esperanza en el mar Mediterráneo, desde los éxodos de desplazados internos en África hasta la persecución de minorías étnicas en Asia y América Latina”

No permanecer indiferentes

Ante tanto dolor, tantas heridas -continuó Czerny en su discurso- y ante la conciencia que la pandemia ha creado respecto a este mundo enfermo, no podemos permanecer indiferentes ya que este tiempo "es un tiempo de discernimiento" y esta herida puede llevar a una conversión, a un cambio en nuestro estilo de vida, "pero no debemos permanecer sordos, debemos dejarnos interpelar por el Espíritu".

 

Asimismo, el cardenal jesuita invitó a todos a dejarse guiar en la vida por el Espíritu de Dios, tal y como hizo en su momento San Ignacio, cuyos pasos después de Pamplona fueron guiados por el Espíritu porque "el peregrino se confía a través de un discernimiento que poco a poco aprende a poner en práctica, un camino que le lleva a salir de sí mismo y a poner a Cristo en el centro".

Migrantes: hombres y mujeres heridos en su dignidad

En estos 40 años del Centro Astalli, -añadió el purpurado- el Espíritu ha seguido hablando, "o más bien gritando", a través de la vida de mujeres y hombres heridos en su dignidad, que huyen de los conflictos, del cambio climático y de la pobreza:

“Ante este contexto, acompañar, servir y defender fue la respuesta sugerida desde un principio por el Padre Arrupe y que con el tiempo ha encontrado una expresión concreta en la buena voluntad de tantas mujeres y hombres que, también en el Centro Astalli, han estado al lado de personas en las periferias existenciales de la historia”

El cardenal Czerny concluyó su discurso indicando que el futuro de la humanidad "pasa por la inclusión social de los migrantes", junto con la construcción de la paz y el diálogo social; y precisamente, la condición fundamental para lograr construir la inclusión, la justicia y la paz, es "caminar juntos". 

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

16 noviembre 2021, 13:25