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2021.07.03 Monseñor Adalberto Martínez Flores, Presidente CEP 2021.07.03 Monseñor Adalberto Martínez Flores, Presidente CEP 

Paraguay. Episcopado: nuestro país necesita de forma urgente solidaridad

El episcopado paraguayo, en la persona de su presidente, Monseñor Adalberto Martínez Flores, ante la dramática situación sanitaria, económica y social del país exhorta a las autoridades nacionales a priorizar la salud, destinando “la mayor cantidad de recursos del estado, tanto material como talento humano, para atender esta urgencia”. A la comunidad internacional los obispos dicen: nuestro país necesita de forma urgente la solidaridad de los países hermanos. Entrevista.

Con una población de poco más de 7 millones de habitantes - y con sólo un 1.8 por ciento de su población con el ciclo de vacunación completado, de un total del 6.8 por ciento vacunada), - Paraguay encabeza la lista de los países con mayor cantidad de muertes por millón de habitantes en la región. La falta de insumos, la incertidumbre con respecto a la campaña de vacunación, las especulaciones en torno a los precios de los medicamentos debido al aumento de la demanda, sumado a casos de corrupción, con la pobreza agudizada hasta el extremo, hace que el país sudamericano esté pasando “su peor momento”. Familias enteras fallecidas, niños huérfanos, una crisis económica que ha llevado, en algunos casos, hasta a la pérdida misma de la dignidad, hace que esta realidad pida a gritos ser puesta a la luz. Para ello, conversamos con el presidente del Episcopado paraguayo, Monseñor Adalberto Martínez Flores, que ofrece un pantallazo general de la situación sanitaria del país, y responde a nuestras preguntas: 

R.- En estos momentos el país está en su peor momento, la crisis sanitaria golpea fuertemente, sobre todo a los más humildes. Paraguay, de ser un ejemplo en el año 2020 por las medidas de aislamiento preventivas, pasó a encabezar la lista de países con mayor cantidad de muertes por habitantes.

Nos preocupa la ineficacia y la falta de respuesta a la gran cantidad de demanda que existe en los hospitales. Nos duele profundamente ver a nuestra gente correr angustiados a los hospitales y luego a los diversos centros de ayuda social, donde muchas veces y tristemente reciben como respuesta “no tenemos”.

 

Gracias a Dios, esta crisis también hace que nuestros sacerdotes, agentes pastorales y nuestros ciudadanos en general estén ocupándose de las ayudas solidarias a través de distintas iniciativas, una de ellas son las ollas populares que pudo contener a tanta gente y además eso motivó a otras personas y organizaciones a actuar y responder.

La Pastoral Social Nacional supo canalizar una idea que nos parece muy interesante que es la de habilitar farmacias populares en distintos lugares, un grupo de sacerdotes y laicos concretó una reunión con representantes del gobierno nacional para encaminar esa interesante propuesta. Felizmente ese proyecto ya está tomando forma en algunas diócesis.

Según los últimos informes, a través del mecanismo Covax han sido entregadas en el país 304,800 dosis (última entrega el pasado 3 de junio, ndr). ¿Han recibido más dosis? ¿De dónde provienen? 

La mayoría de las vacunas que ha recibido el Ministerio de Salud proviene de donaciones de países aliados, pero son muy pocas las que llegaron hasta ahora. En varias ocasiones hemos escuchado que próximamente arribarían a nuestro país más dosis, pero hasta el momento no pasa de ser una promesa con mucho ruido en los medios de comunicación.

Ahora estamos escuchando justamente a través de los distintos medios que para el mes de agosto ya tendríamos al 50% de nuestra población inmunizada. Sin embargo, las vacunas que tenemos hasta ahora son insuficientes.

EE.UU. *anunció el envío a través de Covax, de 14 millones de dosis destinadas a América Latina y el Caribe. ¿Tienen conocimiento de cuántas vacunas estarán destinadas a su país?

R.- Sabemos que la entrega se hará de manera directa a “prioridades regionales y otros beneficiarios”, también una información esperanzadora es que en este mes de julio llegarían a nuestro país aproximadamente un millón de vacunas Pfizer, de acuerdo a lo que hemos escuchado, luego de la reunión del Presidente de la República con Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de los Estados Unidos de América.

Nosotros entendemos que como país somos los más necesitados y nos urge tener inmunidad de rebaño para salvar vida, cada vida es importante, cada vida representa a un ser querido, representa lo más valioso para la Iglesia. Por eso creemos que se debe recurrir a un esfuerzo extraordinario entre todos los sectores para salvar la mayor cantidad de vida posible.

Esto también requiere, así como hemos manifestado en nuestro comunicado, el pasado 23 de enero que “nuestras autoridades, empresas farmacéuticas y organizaciones internacionales escuchen y respondan al imperativo moral de hacer accesible la vacuna y la atención de salud a los sectores sociales más desprotegidos y a la población más vulnerable”.

¿Cómo prosigue la situación ante la falta de oxígeno y medicación para pacientes UTI? ¿Han encontrado colaboración de países vecinos?

R.- Si bien éramos conscientes del estado crítico de nuestro sistema sanitario, con esta pandemia nos hemos percatado cuán importante es destinarle al área la atención prioritaria como estado. Nos dimos cuenta qué grave y catastrófica resulta la atención cuando se omite o simplemente no se prioriza la atención con buenos recursos, tecnología de primer nivel, personal médico capacitado y bien remunerado.

Tengo la percepción de que hay una respuesta perimida a las exigencias y demandas ideal de nuestra gente. En varias ocasiones hemos notado que, luego de que se generan controversias o críticas de varios sectores y sobre todo de los medios de comunicación social, se ensayan soluciones desde el gobierno que indican la posibilidad de la previsibilidad. Eso pasó con la falta de medicamentos y oxígeno. 

Tras las manifestaciones de febrero- marzo Paraguay entró en una serie de confinamientos. ¿Cuál es la situación económica y social que viven las personas?

En Paraguay como en la mayoría de los países del mundo se llegó hasta el tope, en el aspecto económico, social, sanitario y político, pero, sobre todo, se evidenció la angustia y desesperación de la gente por la falta de medicamentos en los hospitales y el excesivo costo en el mercado. La mayoría de nuestra gente humilde no tiene posibilidad de costear el alto volumen de gasto que representa la enfermedad estando o no internado, porque no todos tienen un trabajo estable, algunos trabajan por su cuenta, lo que implica que con el aislamiento eso se agravó y además la alta demanda generó que los precios de medicamentos se eleven exageradamente.

La gente entendió el mensaje de que en los primeros meses del año 2020 debíamos aislarnos y así colaborar con la preparación del sistema sanitario. Sin embargo, poco tiempo después, la gente ya necesitaba volver a trabajar para alimentar a su familia, asegurar el pan diario. Pasaron los días y las condiciones sanitarias mejoraron relativamente, pero no era suficiente ni eficaz. Sumado a todo eso, se evidenciaron varios hechos de corrupción y el retraso de las vacunas.

Entonces, cuando nuestras autoridades promovieron como estrategia un nuevo aislamiento, no resultó. Ahora la gente sale a trabajar, no hay otra alternativa, sale y corre el riesgo de contagiarse y contagiar a la familia. 

Lo que más nos preocupa como Iglesia es el sufrimiento de nuestra gente, la perdida de la dignidad de aquel hijo, aquella mamá, aquel papá que, en el mejor de los casos vende hasta lo último que tiene de valor material para luchar por su ser querido y verlo recuperado, pero hemos sido testigos de que muchos de ellos se nos fueron a pesar de todo. 

En esta mención también recordamos a muchos de nuestros sacerdotes, sentimos un profundo pesar porque hemos perdido a varios de ellos. Rezamos diariamente para que las condiciones mejoren, rezamos por el alma de aquellos fallecidos, rezamos por la recomposición, sobre todo espiritual de las personas que en esta pandemia han perdido a un miembro de su familia.

Ante la dramática situación que se vive: ¿desea hacer la Iglesia un llamamiento?

Para la Iglesia es demasiado importante la persona, es la esencia de nuestra misión. La Iglesia de Jesucristo quiere la salvación de su pueblo en todo sentido. Nosotros los pastores, a través de nuestras acciones espirituales y solidarias abogamos por todos sin condición.

Sin embargo, en estas condiciones, la mayor responsabilidad de la situación recae en nuestras autoridades y sus instituciones del estado que deben velar por la salud de nuestra población. La emergencia sanitaria no nos permite pasos en falso: cada error, cada minuto que se pierde, cada falencia y carencia representa el riesgo de una vida.

En ese sentido, exhortamos, como lo hemos hecho en varias ocasiones, a nuestras autoridades nacionales a no perder más vidas humanas, pedimos encarecidamente priorizar la salud y eso implica necesariamente destinar la mayor cantidad de recursos del estado, tanto material como talento humano, para atender esta urgencia. 

Esta crítica situación que vivimos debe ser un llamado de atención de la comunidad internacional, nuestro país necesita de forma urgente sentir el acompañamiento, la cercanía y solidaridad de los países hermanos.

“Nuestra población necesita ser inmunizada de manera inmediata, ya hemos perdido a muchos compatriotas, hay familias enteras que se nos fueron, hay niños huérfanos que van a crecer sin el amparo de su mamá y papá, hay muchos quienes han quedado con secuelas físicas y psicológicas, la condición económica de muchos es paupérrima y esta condición deber ser un sonido de alarma para las autoridades nacionales y los organismos internacionales.”

Que el Señor nos ampare y nos ayude a ver la luz que todos los seres humanos necesitamos tener en este momento, que nuestro Señor Jesucristo, con su soplo espiritual nos dé fortaleza y nos ayude a superar este momento de pandemia y consecuencias que estamos viviendo.

* Según el comunicado del 21 de junio de la Casa Blanca, aproximadamente 14 millones dosis para América Latina y el Caribe serán enviadas a los siguientes países: Brasil, Argentina, Colombia, Perú, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Uruguay, Guatemala, El Salvador, Honduras, Haití y otros países de la Comunidad del Caribe (CARICOM), República Dominicana, Panamá y Costa Rica.

 

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03 julio 2021, 19:00