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El cardenal Sako al lado del papa Francisco en Bagdad el 6 de marzo de 2021 El cardenal Sako al lado del papa Francisco en Bagdad el 6 de marzo de 2021 

Iraq. Patriarca Sako: el camino a seguir es el perdón y la reconciliación

Un mes después de la visita apostólica del Papa Francisco a Iraq, "L'Osservatore Romano" publica una entrevista con el cardenal Louis Raphaël Sako. El Patriarca de Babilonia de los Caldeos cuenta lo que ha cambiado en el país gracias a los gestos y palabras del Papa y describe el compromiso de la Iglesia Católica local con un futuro de paz.

Francesco Ricupero

"La fraternidad y la diversidad son la base humana y moral fundamental para la convivencia": el cardenal Louis Raphaël Sako, patriarca de Babilonia de los Caldeos, está convencido de ello, y en esta entrevista con "L'Osservatore Romano" recuerda con alegría y gratitud el viaje del Papa Francisco a Iraq.

Apenas ha pasado un mes desde la visita apostólica, realizada en un momento histórico particular marcado por la emergencia sanitaria. Un gesto casi inesperado. ¿Qué significó la presencia del Papa para usted y para los cristianos iraquíes?

Sabía que el Santo Padre quería visitar Iraq, pero sinceramente no lo esperaba en este momento concreto, dada la incierta situación provocada por la pandemia. Su determinación fue una sorpresa. El Santo Padre tiene el carisma de sorprender. Creo que sintió en su corazón de pastor la necesidad de venir a llevar consuelo y esperanza a los iraquíes que tanto han sufrido. Así que lo hizo bien. ¡Qué alegría su visita! El Papa impresionó a todos: cristianos y musulmanes. Iraq, durante su estancia, fue un pequeño paraíso, después de tanto infierno, ¡y esperamos que lo sea siempre!

En varias ocasiones ha insistido usted en la necesidad de un Estado laico que permita la libertad de culto. ¿Cree que esto es factible en Iraq? ¿Y cuánto tiempo más tendremos que esperar?

Creo que un régimen laico, basado únicamente en la ciudadanía y no en la religión, es la solución. Los países de Oriente Medio no tendrán futuro sin la separación de la religión y el Estado. Son dos cosas diferentes. En un Estado laico, puedes ser musulmán o cristiano, puedes ir a la mezquita o a la iglesia, ayunar y llevar tu vida según tus convicciones, y el Estado no tiene derecho a impedírtelo... ni puede obligarte a hacerlo. Al igual que no puede detenerte ni obligarte a ser religioso. No te cortarán la mano si robas, y no irás a la cárcel si rompes el ayuno durante el Ramadán. El Estado no te castigará si eliges esta o aquella religión. Iraq está dispuesto a ser laico y los jóvenes se manifiestan reclamando patria e igualdad. El sectarismo en Iraq se creó a propósito tras la caída del antiguo régimen.

¿Qué está haciendo la Iglesia caldea para convencer a los cristianos de que vuelvan a casa tras la persecución del llamado Estado Islámico?

El retorno de los cristianos es el deber del gobierno iraquí y esto será posible cuando las condiciones sean favorables y se garanticen la seguridad, la estabilidad y los servicios. Se animará a los cristianos y a otras minorías a regresar a su tierra natal. En mi opinión, se trata de un proyecto a largo plazo.

En un mensaje reciente invitó a los iraquíes a pasar página y a iniciar un nuevo camino. ¿Cree que la visita del Papa puede contribuir a un cambio en el país?

Una cierta mentalidad tribal impregnada de venganza y justicia debe cambiar. El que perdona es más fuerte que el que se venga. Debemos perdonar y reconciliarnos por el bien común, como hizo Nelson Mandela en Sudáfrica. Para progresar es necesaria una nueva cultura abierta, que respete la diversidad. El Papa habló de la fraternidad humana y también espiritual, es necesario respetar la diversidad y colaborar por un mundo mejor, con más paz y dignidad.

¿Qué se necesita para facilitar la coexistencia armoniosa entre los credos? ¿Está convencido de que los musulmanes y los cristianos pueden convivir a pesar de las heridas infligidas por los fundamentalistas?

Los cristianos tenemos una vocación: debemos ayudar a los demás a abrirse, debemos estar preparados, ser valientes y no tener miedo. Como pastor repito que la Iglesia tiene el deber de explicitar la fe de forma clara. El diálogo y el respeto son necesarios. La unidad no significa uniformidad. El Papa en Iraq habló varias veces de fraternidad y diversidad. Sus palabras que brotan de la fe y de su corazón con sencillez y espontaneidad han cambiado la mentalidad de la gente. Ahora hay un gran respeto, pero los líderes políticos también deberían cambiar.

¿Qué tan decisivo puede ser el apoyo de los católicos y de la comunidad internacional para establecer un clima de paz y serenidad?

El Papa Francisco ha trazado una carta magna durante sus encuentros y con sus palabras, y ahora nos toca a nosotros ponerla en práctica. El gobierno iraquí creó un comité inmediatamente después de la visita apostólica, al igual que la Iglesia caldea. Tenemos confianza y esperanza.

¿Cómo es posible reforzar la fraternidad en un país atormentado por los enfrentamientos armados y la violencia?

Los cristianos formados con el perdón tenemos un papel capital: perdonar, precisamente. La reconciliación y la creación de confianza son temas esenciales para la convivencia política. La gente sencilla está dispuesta a cambiar, pero repito que el gran obstáculo son los políticos que tratan de velar por sus propios intereses, como también reiteró el ayatolá Al-Sistani durante el encuentro con Francisco.

¿Qué hará concretamente la Iglesia en Iraq en un futuro próximo?

Trabajaremos en cuatro objetivos: construir programas educativos y didácticos para fortalecer la hermandad entre los iraquíes y su unidad nacional; organizar eventos para sensibilizar a los iraquíes sobre su diversidad a través de seminarios, conferencias y programas de televisión dedicados a las civilizaciones, las culturas y las religiones, con el fin de mostrar los puntos comunes, profundizando en ellos y respetando sus particularidades, porque lo que nos une es mucho más que lo que nos divide; crear un centro nacional que incluya aulas y una biblioteca especializada en los temas del diálogo interreligioso; por último, activar el Código Penal iraquí (no. 111 de 1969) y sus artículos que obligan a proteger los lugares sagrados y a prevenir las ofensas contra las religiones y sus símbolos castigando a los agresores.

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09 abril 2021, 11:02