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Cidse al G-20: Cancelar deuda de los países pobres ante la crisis de Covid-19

La red europea y norteamericana de las principales organizaciones católicas de desarrollo de la Iglesia dicen al G20 ampliar la moratoria de la deuda de los países pobres para garantizar una recuperación sostenible en la era post-Covid-19.

Lisa Zengarini - Ciudad del Vaticano

Cancelar la deuda de los países más pobres apoyándolos financieramente para ayudarlos a recuperarse de la crisis de Covid-19. Cidse, la red europea y norteamericana de las principales organizaciones católicas de desarrollo de la Iglesia, hace un llamamiento en este sentido con motivo de la reunión de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales del G20 que se celebra hoy de forma virtual bajo la Presidencia italiana.

"Además de la trágica pérdida de vidas humanas -recuerda el Cidse-, el Covid-19 ha provocado el colapso de los sistemas sanitarios de muchos países pobres, ha dejado a millones de personas sin trabajo y sin medios de subsistencia y ha aniquilado las economías". Además - denuncian las ONGs católicas - la pandemia ha exacerbado las desigualdades existentes "para que las naciones más poderosas puedan utilizar su posición dominante para asegurar el acceso a las vacunas y apoyar su recuperación económica". A esto hay que añadir el impacto del cambio climático en muchos países.

Recordando las palabras del Papa Francisco al inicio de la pandemia en 2020, Cidse reitera que "la prioridad inmediata para todos los países es salvar vidas y mantener los medios de subsistencia" y la cancelación de la deuda "es la forma más rápida de financiarlo". A largo plazo", dice, "se necesita una reestructuración permanente de la deuda y una nueva financiación para reconstruir sociedades y economías que den prioridad a las necesidades de los más pobres y vulnerables y cuiden de nuestra casa común abordando la crisis climática".

De ahí el llamamiento a los ministros de finanzas del G-20 para que respondan a la crisis "con la necesaria cooperación, solidaridad y liderazgo global". En concreto, se trata de apoyar una nueva e importante emisión de 3 billones de Derechos Especiales de Giro (DEG) por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que los países puedan afrontar una recuperación "justa y sostenible" tras la crisis y de ampliar la moratoria de la deuda a través de la Dssi (Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda) por un periodo más largo (al menos 4 años) y a más países, incluidos los más vulnerables al cambio climático.

Además, según Cidse, los acreedores privados, que actualmente siguen cobrando de los países que luchan por satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, deberían estar obligados a participar en todas las reestructuraciones y reducciones de deuda. Por último, deben apoyarse los mecanismos de recuperación de la deuda que permitan una reestructuración oportuna, completa y justa para todos los países con una carga de deuda insostenible, sin condicionalidad.

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27 febrero 2021, 10:00