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Solidaridad del CMI en Nigeria ante las crisis de violencia, corrupción y de Covid-19

Actualmente son muchas las crisis que amenazan la paz y la estabilidad de Nigeria. El Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias reafirma su solidaridad para enfrentar las diferentes crisis. Por su parte, el Arzobispo de Abuja denuncia el flagelo de la corrupción en el medio político y religioso.

Lisa Zengarini - Ciudad del Vaticano

La amenaza yihadista de Boko Haram y las tensiones étnicas e interreligiosas en el norte del país, el bandidaje, la corrupción endémica y ahora la nueva emergencia del Covid-19 que, además de causar una grave crisis económica y una creciente inseguridad alimentaria en varias zonas, ha sido testigo de una dramática escalada de la violencia contra las mujeres. Hoy en día, hay muchas crisis que amenazan la paz y la estabilidad de Nigeria, el Estado más poblado del continente africano.

En este contexto, el Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), que se reunió en los últimos días por videoconferencia para fijar la fecha de su 11ª Asamblea General (aplazada hasta el verano de 2022 debido a la pandemia), quiso reafirmar la solidaridad de la organización ecuménica con el pueblo nigeriano y las comunidades cristianas del país. Nigeria es, de hecho, uno de los países en el centro de las prioridades del CMI en el marco de la “Peregrinación de la Justicia y la Paz”, iniciada en 2013 en la 10ª Asamblea General en Busan, Corea del Sur, con el fin de curar las heridas de un mundo atravesado por conflictos, injusticias y sufrimientos.

Crisis que se agravan

En la declaración publicada al final de la reunión, el Comité Ejecutivo recuerda las diferentes zonas de crisis de Nigeria, insistiendo también en las dramáticas consecuencias del Covid-19 en la sociedad nigeriana: desempleo, crisis alimentaria que afecta en particular a los 16 estados del norte que fueron escenario de los ataques de la guerrilla islamista, pero también un aumento de la violencia sexual y doméstica contra las mujeres (fenómeno que se ha registrado en todo el mundo) y que ha llevado a las Iglesias a pedir reformas sustanciales.

Iniciativas, signos de esperanza

Frente a estos desafíos -se señala en la declaración- no faltan los “signos de esperanza” que surgen de las iniciativas de las iglesias de Nigeria, promovidas en colaboración con organizaciones ecuménicas, interreligiosas e internacionales. El CMI recuerda en particular las iniciativas de consolidación de la paz promovidas por el Consejo de Iglesias Cristianas de Nigeria (CIN), la creciente colaboración entre las comunidades religiosas nigerianas en pro de la paz, en particular a través del Consejo Interreligioso de Nigeria (Nirec), que ha permitido, entre otras cosas, el establecimiento del Centro Internacional para la Paz y la Armonía Interconfesionales (Iciph), en el estado de Kaduna, con el apoyo del CMI y el Instituto Real Aal al-Bayt para el Pensamiento Islámico (Rabiit).

El Comité Ejecutivo del CMI informa también sobre las campañas de prevención del SIDA, promovidas en colaboración con Unaids, que han permitido reducir la incidencia del virus del VIH entre los jóvenes de 15 a 49 años de edad del 2,8% al 1,4% y los esfuerzos realizados por las iglesias para combatir la violencia de género y contra los menores. No menos importante es la labor realizada en los últimos meses, de nuevo con el apoyo del CMI, contra la actual pandemia de Covid-19, en particular para prevenir el contagio. La declaración concluye reiterando la “profunda solidaridad” del Consejo con las iglesias de Nigeria, cuyo compromiso es un “signo de esperanza” para su futuro.

Corrupción, el flagelo de Nigeria

El domingo, Monseñor Ignatius Kaigama, Arzobispo de Abuja, Presidente de la Conferencia Episcopal Regional de África Occidental (Recowa-Cerao), volvió a hablar sobre el flagelo de la corrupción en Nigeria, que en los últimos años ha hecho de la lucha contra este fenómeno su caballo de batalla. Comentando durante la misa algunos nuevos casos que han aparecido en los titulares en las últimas semanas, el prelado habló de hechos “tristes y preocupantes”.

En una declaración publicada en el sitio web de Recowa-Cerao, el prelado también señaló que “el costo de la gobernanza en el país y los gastos dedicados a estrategias políticas partidistas” para obtener el poder son “escandalosos frente a la pandemia de la pobreza”. En África, “la sed de poder de los políticos e incluso de algunos líderes religiosos y las manipulaciones para conseguirlo son desconcertantes”, añadió.

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29 julio 2020, 10:25