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2019.02.04  inaugurazione centro Matteo Ricci servizio dei gesuiti per i rifugiati migranti - Sergio Mattarella 2019.02.04 inaugurazione centro Matteo Ricci servizio dei gesuiti per i rifugiati migranti - Sergio Mattarella 

La Pasión de Jesús. Algo más que una muerte en la cruz

Facundo Fernández, sacerdote argentino, comparte su reflexión sobre el significado de la Pasión de Jesús. Invita a tener una mirada más amplia sobre los argumentos con los que se justifica la muerte del Mesías.

Ciudad del Vaticano

Sería reductivo limitar la Pasión de Jesús sólo a su muerte en la cruz. La experiencia que vive Jesús no se puede reducir solo a eso. En este día, estamos invitados a contemplar todo el sufrimiento, el odio y la violencia que padece, simplemente por el solo hecho de ser condenado, por ser un reo.

Es despreciado por los líderes religiosos y por el poder político.

Es maltratado y torturado por las fuerzas de seguridad.

Es sentenciado injustamente por tribunales corruptos.

Es abandonado por sus amigos, experimentando una profunda soledad.

Es llevado de aquí para allá, sin poder decidir su propia suerte.

La sociedad le da la espalda

Hoy, dos mil años después, en un mundo que se jacta de sus avances técnicos y de ser custodio de los derechos humanos, muchos hombres y mujeres privados de su libertad, experimentan la misma violencia y el mismo odio que Jesús durante su Pasión. Por estar en la cárcel son despreciados, estigmatizados, maltratados, abandonados.

La sociedad también a ellos les da la espalda

Sin embargo, también hay personas que hoy miran de frente y a los ojos a aquellos que están privados de su libertad. Como María, muchas veces son sus madres las únicas que siguen acompañando en la vía dolorosa a un preso. Son mujeres que se hacen fuertes por el amor, y quieren estar cerca del dolor de sus hijos e hijas. También encontramos algún Nicodemo o José de Arimatea que con pequeños gestos intentan humanizar la vida de los que son descartados o estigmatizados. Estar privados de su libertad no significa estar privados de su humanidad.

Este año Papa Francisco ha querido que sean ellos mismos quien lo ayuden a meditar el Vía Crucis en Plaza San Pedro. Sus vidas, sus testimonios, serán un grito al mundo de hoy, recordando que ellos también son hijos muy amados de Dios.

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10 abril 2020, 09:47