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En el centro, Mons. Alfonso Miranda Guardiola, Secretario General de la CEM En el centro, Mons. Alfonso Miranda Guardiola, Secretario General de la CEM 

Migrantes. Mons. Guardiola: todos somos parte del problema y de la solución

"Somos hermanos y tenemos que buscar todos los modos y los puentes para poder, juntos, abordar este problema que no pertenece a un solo país, sino a la comunidad de los países en América": lo afirma el Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en relación al tema de la migración.

Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano

“La frontera entre México y Estados Unidos no es una zona de guerra”: es la afirmación de los Obispos de la frontera norte de México y del Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en la declaración dirigida a los mexicanos en territorio nacional y fuera de él, a los creyentes y no creyentes de México y EE.UU, y al presidente de Los Estados Unidos de América Donald Trump y su homónimo en México, Enrico Peña Nieto, tras el despliegue de tropas norteamericanas en la frontera, decisión del presidente Trump.

Los prelados ponen el acento en una solución pacífica y respetuosa de la dignidad de todos: la zona “está llamada a ser ejemplo de vinculación y corresponsabilidad”, escriben, y aseguran, asimismo, que el único futuro posible para la región es aquel edificado “con puentes de confianza y desarrollo compartido y no con muros de indignidad y de violencia”.

El tema de la migración será uno de los temas centrales a abordarse en la Asamblea Plenaria que se está llevando a cabo en la Sede de la CEM del 9 al 13 del corriente. 

Sobre la declaración firmada por 21 obispos y un cardenal mexicano, el Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Monseñor Alfonso Miranda Guardiola, precisa: 

La declaración surge por las declaraciones del presidente de Estados Unidos con la decisión de enviar tropas a la frontera y militarizarla. Se trata evidentemente de militarizar lo que hoy por hoy es un lugar de relación de pueblos, de familias, de amigos, con el peligro de generar mucha violencia hacia aquellos que intenten pasar, pero a nivel militar. Todos los obispos de la frontera mexicana con Estados Unidos con el Consejo de presidencia, sensibilizados y sintiendo este dolor y padecer de los migrantes, tanto mexicanos como latinoamericanos, alzamos la voz. No es la primera vez que lo hacemos, aunque esta vez nos hemos dirigido al presidente de los EE.UU y al de México debido a toda la vulnerabilidad y la dificultad que esto conlleva. (Los migrantes) No son criminales, son personas que buscan una vida digna, y mejor que la que tienen en su lugar de origen.

Tras reconocer que los gobiernos mexicanos han tenido sus falencias ustedes hacen una afirmación: las carencias de los gobiernos no son justificación para promover el antagonismo entre los pueblos que están llamados a ser amigos y hermanos. ¿Cuáles son algunos modos de promover la fraternidad entre los pueblos?

Ante todo necesitamos ser conscientes que todos somos parte del problema y de la solución, en cuanto que todos los ciudadanos en cualquier función que realicemos, tenemos que trabajar por nuestro pueblo, por los valores humanos, familiares, por la generación de empleos, por una vida más digna a nivel laboral, familiar y económico, particularmente en los pueblos que están siendo afectados por esta migración. En segundo lugar se trata de mantener firme y fuerte la vinculación, no sólo con los Estados Unidos y con la Iglesia en las diócesis norteamericanas, sino también la fraternidad con los pueblos centroamericanos y  latinoamericanos: somos hermanos y tenemos que buscar todos los modos y los puentes para poder, juntos, abordar este problema que no pertenece a un solo país, sino a la comunidad de los países en América. Es un problema mundial muy difícil, al cual tenemos que buscarle soluciones enfocadas en la promoción de los valores, pero también en la generación de empleos, en el abajamiento de la corrupción, de la impunidad, en el elevamiento de la transparencia, la honestidad, etcétera.

“Lo legal requiere de ser legítimo” es otra de las afirmaciones que ustedes realizan en la declaración...

Eso en relación a lo aprendido en el siglo XX: después de la Segunda Guerra Mundial hablamos de que lo legal tiene que ser llevarse a cabo con transparencia, con honestidad, sin corrupción, sin impunidad. Por allí va la afirmación. No basta que sea legal si está unido a la corrupción y a la falta de transparencia. Lo legal tiene que ver con la actuación honesta y correcta, con valores ciudadanos, con respeto de la dignidad humana y de allí con una función pública correcta y transparente.

En relación a la 105 Plenaria del Episcopado Mexicano ¿cuáles temas tratarán?

Principalmente la aprobación del proyecto global pastoral que tiene un encargo que nos hizo el Papa Francisco. Trataremos el tema de los migrantes junto al padre Michael Czerny de la Subsecretaría del Dicasterio para Desarrollo Humano Integral del Vaticano. Trataremos el tema de la situación en México a nivel pastoral social, a nivel post sismos de México, y trataremos el tema del año de la juventud: los obispos que van a ir al Sínodo escucharán a los jóvenes que han estado en marzo en el encuentro con el Papa. Y también el tema de las dimensiones pastorales de México.

Recibirán jueves y viernes en forma privada a los cuatro candidatos a la presidencia de la República. ¿Con qué intención?

Es un diálogo: para escucharlos a ellos primero y sus propuestas para el país en los años venideros, y para que escuchen también nuestros planteamientos y posiciones como Iglesia católica en bien del país que conformamos. Más adelante compartiremos los textos y posiciones que estamos preparando para presentarlos.

Escuche y descargue el Podcast de la entrevista a Monseñor Miranda Guardiola

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10 abril 2018, 11:44