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Palabra del día

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Fecha31/08/2023
Jueves de la XXI semana del Tiempo ordinario

Lectura del Día

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses

1 Tes 3, 7-13

Hermanos: En medio de todas nuestras dificultades y tribulaciones, la fe de ustedes nos ha dado un gran consuelo. El saber que permanecen fieles al Señor, nos llena ahora de vida.

¿Cómo podremos agradecerle debidamente a Dios el gozo tan grande con que, a causa de ustedes, nos alegramos en el Señor, a quien noche y día le rogamos con toda el alma que nos conceda verlos personalmente para completar lo que todavía falta a su fe?

Que el mismo Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, nuestro Señor, nos conduzcan hacia ustedes. Que el Señor los llene y los haga rebosar de un amor mutuo y hacia todos los demás, como el que yo les tengo a ustedes, para que él conserve sus corazones irreprochables en la santidad ante Dios, nuestro Padre, hasta el día en que venga nuestro Señor Jesús, en compañía de todos sus santos.

Evangelio del Día

Lectura del santo evangelio según san Mateo

Mt 24, 42-51

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Velen y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre.

Fíjense en un servidor fiel y prudente, a quien su amo nombró encargado de toda la servidumbre para que le proporcionara oportunamente el alimento. Dichoso ese servidor, si al regresar su amo, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que le encargará la administración de todos sus bienes.

Pero si el servidor es un malvado, y pensando que su amo tardará, se pone a golpear a sus compañeros, a comer y emborracharse, vendrá su amo el día menos pensado, a una hora imprevista, lo castigará severamente y lo hará correr la misma suerte de los hipócritas. Entonces todo será llanto y desesperación''.

Palabras del Santo Padre

El Señor viene: esta es la raíz de nuestra esperanza, la certeza de que entre las tribulaciones del mundo viene a nosotros el consuelo de Dios, un consuelo que no está hecho de palabras, sino de presencia, de su presencia que viene entre nosotros. (…) Pero a la luz del Señor, se pueden preferir las tinieblas del mundo. Al Señor que viene y a su invitación a ir a Él se le puede responder “no, no voy”. (…) El Señor viene, pero tú sigues los apetitos que te vienen; el hermano llama a tu puerta, pero te molesta porque trastoca tus planes ―y esta es la actitud egoísta del consumismo. (…) El tiempo se desperdicia con pasatiempos, pero no hay tiempo para Dios ni para los demás. Y cuando se vive para las cosas, las cosas nunca son suficientes, la codicia crece y los demás se vuelven obstáculos en la carrera y así se termina por sentirse amenazado y, siempre insatisfechos y enfadados, sube el nivel de odio. (…) Jesús quiere despertarnos de todo esto. Lo hace con un verbo: «Velad» (Mt 24,42). “Estad preparados, velad”. Velar era tarea del centinela, que vigilaba despierto mientras todos dormían. Velar es no ceder al sueño que envuelve a todos. Para poder velar necesitamos tener una esperanza cierta: que la noche no durará siempre, que amanecerá pronto. Es lo mismo para nosotros: Dios viene y su luz iluminará hasta las tinieblas más espesas. (Homilía en la Santa Misa para la comunidad católica congoleña de Roma e Italia, 1 diciembre 2019)