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Palabra del día

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Fecha24/08/2021

Lectura del Día

Apocalipsis 21:9-14

Uno de los ángeles me habló y me dijo: “Ven, que te voy a enseñar a la novia, a la esposa del Cordero”. Entonces me transportó en espíritu a una montaña elevada y me mostró a Jerusalén, la ciudad santa, que descendía del cielo, resplandeciente con la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra preciosa, como el de un diamante cristalino.

Tenía una muralla ancha y elevada, con doce puertas monumentales, y sobre ellas, doce ángeles y doce nombres escritos, los nombres de las doce tribus de Israel. Tres de estas puertas daban al oriente, tres al norte, tres al sur y tres al poniente. La muralla descansaba sobre doce cimientos, en los que estaban escritos los doce nombres de los apóstoles del Cordero.

Evangelio del Día

Evangelio según Juan 1, 45-51

En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Natanael replicó: “¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?” Felipe le contestó: “Ven y lo verás”.

Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Éste es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.

Palabras del Santo Padre

Dios nos amó primero; nos dio la vida por amor, dio su vida y a su Hijo por amor. Cuando encontramos a Dios, siempre hay una sorpresa: es él quien nos espera primero; es él quien nos encuentra. En la historia de Natanael, aunque era un poco escéptico; de todos modos fue a encontrar al que le habían dicho que era el Mesías. Por su parte, Jesús le dijo: "Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas bajo la higuera". Esta escena nos muestra cómo siempre Dios toma la iniciativa para amarnos. Del mismo modo, cuando tenemos algo en el corazón y queremos pedir perdón al Señor, es él quien se anticipa para darnos el perdón. Este Año de la Misericordia es también un tiempo para esto: para que sepamos que el Señor nos espera, a cada uno de nosotros. ¿Para qué? Para abrazarnos. Nada más. Para decirnos: 'Hijo, hija, te quiero. Dejé que crucificaran a mi Hijo por ustedes; éste es el precio de mi amor. Este es el regalo del amor’. (Santa Marta 8 de enero de 2016)