Palabra del día

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Fecha14/02/2021

Lectura del Día

Primera lectura

Del Libro del Levítico 13, 1-2. 44-46

El Señor dijo a Moisés y a Aarón: “Cuando alguno tenga en su carne una o varias manchas escamosas o una mancha blanca y brillante, síntomas de la lepra, será llevado ante el sacerdote Aarón o ante cualquiera de sus hijos sacerdotes. Se trata de un leproso, y el sacerdote lo declarará impuro. El que haya sido declarado enfermo de lepra, traerá la ropa descosida, la cabeza descubierta, se cubrirá la boca e irá gritando: ‘¡Estoy contaminado! ¡Soy impuro!’ Mientras le dure la lepra, seguirá impuro y vivirá solo, fuera del campamento”.

Segunda lectura

De la Primera Carta de Pablo a los Corintios 10, 31–11, 1

Hermanos: Todo lo que hagan ustedes, sea comer, o beber, o cualquier otra cosa, háganlo todo para gloria de Dios. No den motivo de escándalo ni a los judíos, ni a los paganos, ni a la comunidad cristiana. Por mi parte, yo procuro dar gusto a todos en todo, sin buscar mi propio interés, sino el de los demás, para que se salven. Sean, pues, imitadores míos, como yo lo soy de Cristo.

Evangelio del Día

Evangelio según Marcos 1, 40-45

En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: “Si tú quieres, puedes curarme”. Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: “¡Sí quiero: Sana!” Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio.

Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: “No se lo cuentes a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés”.

Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares solitarios, a donde acudían a él de todas partes.

Palabras del Santo Padre

"Muchas veces pienso que es, no diré imposible, pero sí muy difícil hacer el bien sin ensuciarse las manos. Y Jesús se ensució. Proximidad. Y luego fue más allá. Le dijo: 'Ve a los sacerdotes y cumple con los preceptos que hay que observar cuando un leproso se cura'. Aquella persona que estaba excluida de la vida social, Jesús la incluye: la incluye en la Iglesia, la incluye en la sociedad... 'Ve, para que se cumpla todo aquello que debe ser cumplido'. Jesús nunca margina a nadie, nunca. Mas bien se margina a sí mismo, para incluir a los marginados, para incluirnos a nosotros, pecadores, marginados, con su vida". (Santa Marta - 26 de junio de 2015)