Palabra del día

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Fecha04/09/2020

Lectura del Día

De la Primera Carta de Pablo a los Corintios 4, 1-5

Hermanos: Procuren que todos nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.

Ahora bien, lo que se busca en un administrador es que sea fiel. Por eso, lo que menos me preocupa es que me juzguen ustedes o un tribunal humano; pues ni siquiera yo me juzgo a mí mismo. Es cierto que mi conciencia no me reprocha nada, pero no por eso he sido declarado inocente. El Señor es quien habrá de juzgarme. Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen a que venga el Señor. Entonces él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas, pondrá al descubierto las intenciones del corazón y dará a cada uno la alabanza que merezca.

Evangelio del Día

Evangelio según Lucas 5, 33-39

En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: “¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?”

Jesús les contestó: “¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”.

Les dijo también una parábola: “Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’”.

Palabras del Santo Padre

"Siempre estaremos tentados de desperdiciar esta novedad del Evangelio, buscando meter este vino nuevo en las actitudes viejas... Cierto, nos empuja la tendencia del pecado pues todos somos pecadores. En cambio, se trata de reconcer humildemente: "Esto es un pecado" en vez de buscar hacer componendas. ¡No! Los odres viejos no pueden contener el vino nuevo. Esta es la novedad del Evangelio. Y si aún nos quedara alguna cosa que no fuera evangélica, arrepentirnos, pedir perdón y seguir adelante. Que el Señor nos dé a todos la gracia de tener siempre esta alegría del vino nuevo, como si nos casáramos. Y también la gracia de mantener nuestra fidelidad a Jesús, el único esposo que es nuestro Señor". (S. Marta 6 de septiembre de 2013)