Monseñor Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulán Bator, capital de Mongolia, con un budista Monseñor Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulán Bator, capital de Mongolia, con un budista  

Santa Sede y Mongolia: 30 años de relaciones diplomáticas

Comenzó este 27 de mayo la primera visita oficial al Vaticano de una representación de budistas procedentes de Mongolia, después de 30 años del inicio de la presencia de la Iglesia católica en este país y de las relaciones diplomáticas. El prefecto apostólico, Giorgio Marengo, habla de una comunidad similar a la de los Hechos de los Apóstoles. El Evangelio, afirma, está hecho para ser testimoniado y ofrecido con valor y humildad

Tiziana Campisi y Amedeo Lomonaco – Vatican News

Son dos días llenos de compromisos para la delegación budista de Mongolia, que comenzó este 27 de mayo y concluirá mañana. Se trata de su primera visita oficial al Vaticano, con motivo del 30º aniversario de la presencia de la Iglesia católica en el país asiático y del establecimiento de la relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Mongolia. Por la mañana, la delegación fue recibida por los miembros del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, mientras por la tarde tuvo lugar una visita a los Museos Vaticanos.

Un paso importante" para el diálogo interreligioso

Actualmente hay unos mil cuatrocientos católicos en Mongolia, diseminados en ocho parroquias. Monseñor Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulán Bator, capital del país, define la presencia de la representación budista en Roma como "un paso importante" para el diálogo interreligioso:

Los días 27 y 28 de mayo, la primera visita de una delegación budista de Mongolia al Vaticano, un paso más en el diálogo interreligioso...

Sí, exactamente, estamos muy contentos con este evento, en el que llevamos trabajando casi dos años con la gran colaboración y el gran apoyo del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. De hecho, otros importantes exponentes budistas de Mongolia ya han venido al Vaticano, pero no fueron visitas oficiales, mientras ésta es la primera vez que una delegación viene con el deseo expreso de reunirse con el Santo Padre. Se trata, pues, de un capítulo importante del diálogo interreligioso, al que la Iglesia presta mucha atención en Mongolia.

La visita al Vaticano tiene lugar en el 30º aniversario de la presencia de la Iglesia católica en el país asiático. ¿Cómo podemos entretejer, con palabras e imágenes, el hilo conductor de estas tres décadas?

Es una aventura muy bella e interesante, guiada por el Espíritu, como en los primeros siglos de la Iglesia. Nos gusta la imagen de una Iglesia que se parece a la de los Hechos de los Apóstoles. Hay pocos países en el mundo donde los miembros cristianos de nuestras comunidades son de primera o segunda generación.

Es una aventura del Espíritu y de gran entusiasmo misionero, que tuvo como protagonista, durante al menos dos de estas décadas, o incluso durante las tres, al difunto obispo Wenceslao Padilla, que fue el verdadero fundador de esta Iglesia, junto con sus hermanos, y luego con las demás obras y fuerzas misioneras que confluyeron

Por lo tanto, yo diría que la primera década se caracterizó por el pionerismo misionero de este gran misionero del primer grupo, que comenzó la evangelización tras el fin del régimen comunista, que había restringido gravemente la libertad religiosa en este país de Asia Central. La primera década estuvo marcada por estos pequeños pero muy significativos pasos, especialmente en el ámbito de la promoción humana.

 

La segunda década, tal vez, podría describirse como una de las primeras implantaciones y el nacimiento de las primeras comunidades cristianas y el inicio de algunos caminos de fe de la población local. La tercera década está simbolizada por la ordenación del primer sacerdote mongol en 2016, y llevamos esta imagen dentro de nosotros como un gran don del Espíritu a esta Iglesia que está naciendo. Junto a él, hoy tenemos un segundo sacerdote local, que fue ordenado en octubre del año pasado. Así que la visita de estos días tiene como protagonistas, ciertamente, a nuestros amigos budistas, pero también a los dos sacerdotes mongoles que vienen al Vaticano por primera vez.

También es el 30º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Mongolia. En la actualidad, ¿cuáles son los temas centrales de estas relaciones?

Se trata, sobre todo, de aumentar esta relación positiva de diálogo y de colaboración, que esperamos conduzca a pasos concretos que ayuden también al estatuto jurídico de la Iglesia en Mongolia y confirmen, y aumenten, la colaboración mutua que siempre ha sido muy positiva en estos años.

Mongolia es un país que se extiende entre imponentes cadenas montañosas en el norte y áridas extensiones en el sur. El 30% de la población es nómada. ¿Cuáles son los retos pastorales en un territorio en el que hay unos mil cuatrocientos bautizados de una población total de más de tres millones de personas?

Traté de resumir cuáles podrían ser las prioridades pastorales en la carta que compartí con los misioneros y los fieles mongoles. Un primer reto es el de la profundidad, precisamente, para ayudar a las personas que han dado este paso tan importante para profundizar en su fe y hacerla cada vez más cercana a la vida cotidiana. Esto implica un gran esfuerzo de atención y de acompañamiento de las personas que ya forman parte de nuestras comunidades.

Un segundo aspecto es el reto de la comunión y la fraternidad, tanto entre nosotros, los misioneros de las distintas congregaciones que trabajan en el territorio, como entre las propias comunidades cristianas, precisamente porque, aunque seamos pocos, sentimos cada vez más la necesidad de estar en armonía en los caminos del Evangelio. Y también porque la comunión es un signo de la presencia del Señor entre nosotros. Un tercer aspecto es el anuncio y el testimonio que debe caracterizar a esta Iglesia nuestra que es una realidad pequeña. De ahí que no debemos olvidar nunca que no podemos detenernos ni desanimarnos, porque el Evangelio está hecho para ser vivido y testimoniado, y ofrecido con valor y humildad.

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27 mayo 2022, 19:17