Francisco en Kazajistán: Vengo para amplificar el grito de tantos que imploran la paz

El Santo Padre pronunció un amplio discurso durante su encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático en el marco de su 38º Viaje Apostólico. Es una "peregrinación de paz", como él mismo la definió después del Ángelus del domingo 11 de septiembre.

Sebastián Sansón Ferrari – Vatican News

El dombra, un instrumento musical de Kazajistán, un emblema cultural y uno de los símbolos más importantes del país, es el elemento que Francisco eligió para articular su mensaje a las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático, su primera alocución pública durante su “peregrinación de paz” a la nación asiática. El encuentro se realizó este martes 13 de septiembre en el Qazaq Concert Hall, un centro para las artes escénicas.

Francisco expresó su agradecimiento al Presidente de la República, Kasim-Yomart Tokaev, por las palabras que le dirigió. 

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“Estoy honrado de estar aquí con ustedes, en esta tierra tan extensa como antigua, a la que vengo como peregrino de paz, en busca de diálogo y unidad”, afirmó el Santo Padre. “Nuestro mundo lo necesita con urgencia, necesita volver a encontrar la armonía”, insistió, como ya lo había exteriorizado después de rezar el Ángelus del domingo 11 de septiembre en la Plaza de San Pedro. Según Bergoglio, la armonía en el país puede estar bien representada por el dombra.

El dombra, símbolo de continuidad

Francisco confesó que, preparándose para el viaje, descubrió que algunos modelos del dombra ya se utilizaban en la época medieval y que este, a lo largo de los siglos, acompañó con música los relatos de sagas y obras poéticas, uniendo el pasado y el presente. Este instrumento “acompasa por tanto la memoria del país, y evoca así la importancia, frente a los rápidos cambios económicos y sociales en curso, de no descuidar los vínculos con la vida de quienes nos han precedido, también por medio de esas tradiciones que permiten atesorar el pasado y valorar cuanto se ha recibido como herencia”. En este sentido, el Papa destacó la “hermosa costumbre” extendida de hornear, el viernes por la mañana, siete panes en honor de los antepasados.

Tras las huellas de Juan Pablo II

Para el Sucesor de Pedro, la memoria de Kazajistán, que el Papa Wojtyla al viajar definió como “tierra de mártires y creyentes, tierra de deportados y héroes, tierra de pensadores y artistas” en su discurso durante la ceremonia de bienvenida, “lleva impresa una gloriosa historia de cultura, humanidad y sufrimiento”, declaró Francisco.

“¿Cómo no recordar, en particular, los campos de prisioneros y las deportaciones en masa que han visto a tantas poblaciones oprimidas en las ciudades y en las vastas estepas de estas regiones? Pero los kazajos no se dejaron cautivar por esos atropellos; y de la memoria de la reclusión floreció la atención por la inclusión.”

Bergoglio auguró “que, en esta tierra, transitada desde la antigüedad por grandes movimientos de pueblos, el recuerdo del sufrimiento y de las pruebas experimentadas sea un bagaje indispensable para encaminarse hacia el futuro poniendo en primer lugar la dignidad del hombre, de todo hombre, y de todo grupo étnico, social y religioso”.

Un puente entre Europa y Asia 

Una vez más, citando a su predecesor, Juan Pablo II, Francisco reconoció que "sobre todo, resuenan en el país las notas de dos almas, la asiática y la europea, que tienen una permanente «misión de conexión entre dos continentes", como había dicho el Papa Wotjyla en su discurso a los jóvenes el 23 de septiembre de 2001. "Las cuerdas del dombra, subrayó el Sucesor de Pedro, resuenan habitualmente junto a otros instrumentos de arco típicos de estos lugares".

“La armonía madura y crece en el conjunto, en la coralidad que hace armoniosa la vida social. «La fuente del éxito es la unidad», recita un hermoso proverbio local. Si eso vale en todas partes, aquí de modo particular. Alrededor de ciento cincuenta grupos étnicos y más de ochenta lenguas presentes en el país, con historias, tradiciones culturales y religiosas variadas, componen una sinfonía extraordinaria y hacen de Kazajistán un taller multiétnico, multicultural y multirreligioso único, revelando su vocación peculiar, la de ser país del encuentro.”

El rol de las religiones en la construcción de paz 

El Papa está en Kazajistán para subrayar la importancia y la urgencia de este aspecto, al que las religiones están llamadas a contribuir de modo particular, enfatizó el Sumo Pontífice, y, por ello, tiene el honor de participar en el séptimo Congreso de Líderes de las Religiones Mundiales y Tradicionales. "Oportunamente, evocó Bergoglio, la Constitución de Kazajistán, al definirlo laico, prevé la libertad de religión y de credo".

“Una laicidad sana, que reconozca el rol valioso e insustituible de la religión y se contraponga el extremismo que la corroe, representa una condición esencial para el trato equitativo de cada ciudadano, además de favorecer el sentido de pertenencia al país por parte de todos sus elementos étnicos, lingüísticos, culturales y religiosos. Las religiones, en efecto, mientras desarrollan el rol insustituible de buscar y dar testimonio del Absoluto, necesitan la libertad de expresión. Y, por tanto, la libertad religiosa constituye el mejor cauce para la convivencia civil.”

La tutela de la libertad, aspiración inscripta en el corazón de todo hombre 

El Santo Padre expresó su aprecio por la afirmación del valor de la vida humana mediante la abolición de la pena de muerte, "en nombre del derecho de todo ser humano a la esperanza". "Junto a eso, es importante garantizar la libertad de pensamiento, de conciencia y de expresión, para dar espacio al rol único y equitativo que cada uno ocupa en el conjunto".

Recapitulando el símbolo del dombra, Francisco reflexionó que en este punto el instrumento puede ser de estímulo, porque es principalmente un instrumento musical popular y, en cuanto tal, comunica la belleza de conservar el genio y la vivacidad de un pueblo. Como acotó el Sucesor de Pedro, "eso es lo que se confía en primer lugar a las autoridades civiles, primeras responsables en la promoción del bien común, y se realiza de modo especial en el apoyo a la democracia, que constituye la forma más adecuada para que el poder se traduzca en servicio a favor de todo el pueblo y no sólo de unos pocos". En esa línea, el Papa admitió su conocimiento del proceso de democratización, dirigido a reforzar las competencias del Parlamento y de las Autoridades locales y, en términos más generales, una mayor distribución del poder. Bergoglio lo calificó como "un camino meritorio y exigente que, ciertamente, no es breve y que requiere proseguir hacia la meta sin volverse atrás". "En efecto, la confianza en quien gobierna aumenta cuando las promesas no terminan siendo instrumentales, sino que se cumplen efectivamente", indicó. 

El papel de la democracia

Hablando sobre la democracia, el Papa resaltó la importancia de que la democracia y la modernización confluyan en un servicio concreto al pueblo, con una buena política de escucha a la gente y respuesta a su necesidades, de respuestas a sus necesidades legítimas, de una constante implicación de la sociedad civil y de las organizaciones no gubernamentales y humanitarias, con una atención particular respecto a los trabajadores, los jóvenes y los sectores más débiles. También bregó por la urgencia de implementar medidas para luchar contra la corrupción, puntualizando que esto es algo que todos los países del mundo necesitan.

Kazajistán, encrucijada de importantes intersecciones geopolíticas

El Sucesor de Pedro remarcó el "rol fundamental" del país en la atenuación de conflictos y recordó que Juan Pablo II viajó a Kazajistán después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, mientras que Francisco se encuentra en el país mientras está en curso "la insensata y trágica guerra originada por la invasión de Ucrania, mientras otros enfrentamientos y amenazas de conflictos ponen en peligro nuestra época". 

Francisco aludió a "la cada vez más apremiante la necesidad de extender el compromiso diplomático en favor del diálogo y del encuentro, porque el problema de algunos es hoy problema de todos, y quien ostenta más poder en el mundo tiene más responsabilidad respecto a los demás, especialmente a los países más expuestos a las crisis causadas por la lógica del conflicto".

Es la hora de evitar la intensificación de las rivalidades

Según el Pontífice, se necesitan líderes que, a nivel internacional, "permitan a los pueblos entenderse y dialogar, y generen un nuevo “espíritu de Helsinki”, la voluntad de reforzar el multilateralismo, de construir un mundo más estable y pacífico pensando en las nuevas generaciones. Y para hacer esto es necesario la comprensión, la paciencia y el diálogo con todos. Repito, con todos".

“Pensando precisamente en el compromiso global por la paz, expreso mi gran estima por la renuncia a los armamentos nucleares que este país ha emprendido con decisión; así como por el desarrollo de políticas energéticas y ambientales centradas en la descarbonización y la inversión en fuentes renovables, que la Exposición internacional de cinco años atrás puso de relieve.”

La Santa Sede está cerca de ustedes en este itinerario

Hacia el final de su extenso mensaje, el Obispo de Roma se detuvo en la cercanía de la Santa Sede con la República de Kazajistán:  el Santo Padre dijo que "inmediatamente después de la independencia del país, hace treinta años, se establecieron las relaciones diplomáticas, y estoy contento de visitar el país en la proximidad de este aniversario. Aseguro que los católicos, presentes en Asia central desde tiempos antiguos, desean seguir testimoniando el espíritu de apertura y diálogo respetuoso que distingue esta tierra".

Gratitud por la acogida

El Pontífice agradeció el recibimiento dispensado, "que revela su bien conocido sentido de hospitalidad, además de tener la oportunidad de vivir estos días de diálogo fraterno junto a los líderes de muchas religiones".

“Que el Altísimo bendiga la vocación de paz y unidad de Kazajistán, país del encuentro.”

"A ustedes, que tienen la responsabilidad prioritaria del bien común, y a cada uno de los habitantes de este país, les expreso mi alegría por estar aquí y la voluntad de acompañar con la oración y la cercanía todo esfuerzo por un futuro próspero y armonioso de este gran país. Raqmét! [¡Gracias!] ¡Que Dios bendiga Kazajistán!", concluyó.

Las palabras del Presidente de la República

Antes del discurso del Papa Francisco, el mandatario se dirigió al Pontífice en un saludo en kazajo e inglés, en el que le compartió su sincera gratitud por la presencia en el país y por haber aceptado la invitación, agregando que hoy es un día histórico para Kazajistán. 

También le confió que prestan especial atención a este viaje, con la convicción de que la reunión de hoy elevará la cooperación en diversos campos a un nuevo nivel.

El Presidente también admitió el interés de escuchar el discurso pastoral del Papa.

 

Nursultán, Encuentro con las Autoridades, 13 de septiembre de 2022

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13 septiembre 2022, 16:00