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El Papa a la Policía italiana: “La falta de legalidad y seguridad, perjudica a los últimos”

Discurso del Papa Francisco a los miembros de la Asociación Nacional de la Policía del Estado italiano, a quienes recibió la mañana de este sábado, 29 de septiembre, en el Aula Pablo VI del Vaticano.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Estén cerca de los últimos cuando intenten prevenir la delincuencia y trabajar contra el bulismo y el fraude; cuando pongan su tiempo y su energía al servicio de la formación de los jóvenes y de la supervisión de las escuelas, de la protección del territorio y del patrimonio artístico; en la organización de conferencias y en la formación de una ciudadanía más activa y consciente”, lo dijo el Papa Francisco a los a los miembros de la Asociación Nacional de la Policía del Estado italiano, a quienes recibió la mañana de este sábado, 29 de septiembre, en el Aula Pablo VI del Vaticano.

La transmisión de la tradición

En su discurso el Santo Padre saludó a todos los miembros que conforman esta Asociación de la Policía del Estado, miembros en actividad y personal en retiro. “De este modo – precisó el Pontífice – se valora la experiencia de los miembros ancianos y su patrimonio histórico-cultural, que no debe perderse, sino transmitirse y aumentarse, y contribuye a reforzar el vínculo entre las generaciones, a veces lamentablemente comprometido en el marco de las relaciones sociales”.

Una gran familia abierta a todos

En este sentido, el Papa Francisco resaltó que, pueden formar parte de esta Asociación ciudadanos comunes que no son miembros de la Policía y de este modo se constituye una gran familia abierta a todos aquellos que quieren comprometerse por el bien común con el fin de difundir una cultura de la legalidad, del respeto y de la seguridad. “Sin estos fundamentos – subrayó el Papa – ningún contexto social puede lograr el bien común, pero tarde o temprano se convertirá en una maraña de intereses personales, no relacionados entre sí, de hecho opuestos. El bien de una sociedad, de hecho, no viene dado por el bienestar de la mayoría, ni por el respeto de los derechos de ‘casi todos’. Este se da, en cambio, por el bien de la colectividad como un conjunto de personas, de modo que, mientras alguien sufre, todos los miembros sufren con él”.

La injusticia toca primero a los más débiles

“Cuando faltan la legalidad y la seguridad – señaló el Santo Padre – son los más débiles los primeros perjudicados, porque tienen menos medios para defenderse y mantenerse a sí mismos. De hecho, toda injusticia golpea en primer lugar a los más pobres, y a todos aquellos que de diversas maneras pueden ser llamados ‘los últimos’. Los últimos en nuestro mundo son los que abandonan sus tierras a causa de la guerra y la miseria, y deben empezar de cero en un contexto totalmente nuevo; los últimos son los que han perdido sus hogares y sus empleos y luchan por mantener a sus familias; los últimos son los que viven marginados y enfermos, o son víctimas de la injusticia y el abuso”.

Fermento de igualdad y fraternidad

Alentándolos a llevar adelante sus ideales y su mensaje de solidaridad, el Papa Francisco exhortó los miembros de esta Asociación a ser fermento en la sociedad de igualdad y fraternidad, así como lo fueron en los primeros siglos, los primeros testigos de Cristo. “Del mismo modo – precisó el Pontífice – el mensaje de un Dios que muere en la cruz sin acusar, sino perdonando, y aceptando el sufrimiento y la humillación por amor, ha derribado la jerarquía de valores y ha dado una nueva dignidad a los abandonados y excluidos. Es más, el actuar de Jesús en relación a las mujeres, los enfermos y los niños marcaron un profundo punto de inflexión cultural con respecto a todo lo que vino ‘antes de Cristo’, y tachado de injusto, para los siglos futuros, cualquier actitud de violencia o desinterés hacia estas categorías de personas”.

La caridad cambia el mundo y la historia

Recordando brevemente algunos de los frutos de la difusión del mensaje evangélico en la sociedad humana, el Papa Francisco señaló que, es necesario tener siempre presente cómo la introducción de los valores de la solidaridad y de la paz, que encuentran su culmen en la persona y en el mensaje de Jesús, han sido capaces, y siguen siéndolo hoy, de renovar las relaciones interpersonales y sociales. “Esto es precisamente lo que deseamos para nuestro tiempo, sabiendo que cuando ponemos en práctica la caridad, ésta cambia el mundo y la historia, aunque no nos demos cuenta inmediatamente de sus efectos. Este es nuestro objetivo, y esto es lo que ustedes ayuda a hacer como Asociación Nacional de la Policía Estatal cuando, siguiendo el ejemplo de su Patrón, San Miguel Arcángel, se opone a cualquier cosa que hiera o destruya al hombre”.

Discurso del Papa Francisco

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29 septiembre 2018, 12:00