Infermiera, paura ammalarsi e non poter curare Infermiera, paura ammalarsi e non poter curare 

Ser enfermeras: servir al paciente. Darle calor humano y una palabra de aliento

Hoy se celebra el día internacional del enfermero. Se celebra el 12 de mayo en todo el mundo con ocasión del aniversario del nacimiento de Florence Nightingale. El Papa dedicó esta mañana en la misa diaria en Santa Marta, su intención por “los enfermeros y enfermeras, hombres, mujeres, muchachos y muchachas que tienen esta profesión, que es más que una profesión, es una vocación, una dedicación”. Entrevistas a enfermeras en este día.

Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

Esta mañana, en la misa, Francisco pide a Dios que bendiga a las enfermeras que en esta época de la pandemia han sido un ejemplo de heroísmo y en algunos casos han dado su vida:

“Hoy es el día de las enfermeras. Ayer envié un mensaje. Recemos hoy Que el Señor los bendiga. En esta época de la pandemia han dado ejemplo de heroísmo y algunos han dado su vida. Recemos por las enfermeras y los enfermeros”.

Y en este día, Vatican News ha entrevistado a algunas enfermeras, de Panamá, Honduras, Guatemala y El Salvador.

El Salvador. Antes de iniciar la jornada rezar todos juntos

Susana Patricia Hernández de Doradea, trabaja en el hospital General en San Salvador, como enfermera especializada en sala de operaciones. Desde que el país tuvo su primer contagio, en el hospital donde trabaja se ha preparado en el hospital,  un área específica llamada Gripal, donde se atiende a todo paciente con este tipo de enfermedad, donde el personal médico y enfermeras, tienen el equipo de protección, para evitar el contagio.

Cada uno de ellos, cuenta Susana Patricia a Vatican News, le da lo mejor de sí mismo al paciente, la mejor atención que necesita, sabiendo que es una enfermedad mortal, y sabiendo que sus vidas corren peligro, además temen llevar el virus a sus familias. Susana Patricia dijo que cad uno piensa, que por el riesgo que corren, cada día de trabajo podría ser el último día. Están en contacto diario, con enfermos contagiados por el coronavirus. Pero como dijo, “Dios nos cuida, y nosotros seguiremos haciendo lo mejor que se pueda”..

Hemos tenido colegas que se han enfermado, dijo Hernández, los han entubado. Muchas veces, afirmó la enfermera, piensa que lo que está ocurriendo día por día en el hospital, es nada para lo que puede venir en el futuro. Hay que luchar día a día, dijo. En tiempos normales, antes del Covid 19, a veces cada uno, cada enfermero, o médico, en forma personal oraba antes de entrar a su turno. Ahora, dijo Hernández, todos juntos, oramos a “nuestro Padre Celestial, “que escuche nuestras plegarias, nuestro temor que sentimos cada día, y le encomendamos al Padre cada uno de nosotros y todos los pacientes”. La enfermera Hernández, le mandó al Papa sus bendiciones, y rogó por Él: Que Dios, expresó, le siga dando sabiduría para seguir guiando al pueblo de Dios en el camino hacia Cristo.

Susana Patricia Hernández de Doradea, enfermera en San Salvador

 

Guatemala. Cuidarse para proteger al paciente

En Guatemala, existe la Empresa Homecare, que brinda atención integral a los pacientes en su propia casa, con un excelente equipo de enfermería, médicos, nutricionistas, terapistas respiratorios. Muchos de ellos son ancianos, y son personas con problemas físicos, que pueden fácilmente ser contagiados por el coronavirus. Vatican News habló con una de las enfermeras de esta empresa, Claudia Alquijay, quien dijo, que desde que se ha presentado en Guatemala la pandemia, ella se ha alejado de su familia, para evitar contagios, y así proteger a su paciente y ha tenido que estar más horas en su trabajo, debido a la cuarentena. La economía ha afectado al país, y muchos han especulado con los servicios. Cada día parte desde su casa en Antigua Guatemala, hasta Ciudad de Guatemala para atender a su paciente, una linda señora de 95 años, los pasajes del medio de transporte entre las dos ciudades, por ejemplo, ha aumentado. 

Claudia Alquijay, enfermera de HomeCare Guatemala

Para Claudia una anécdota positiva es cuidar en general a sus pacientes, y saber que ellos se sienten bien, que están felices. Y asimismo, una anécdota negativa es cuando su paciente, fallece. Se crea una relación de amistad, su servicio, su vocación se une al cariño que nace con el paciente. Después de cuidarlo por un largo tiempo, atenderlo, darle calor humano. 

Claudia Alquijay, enfermera de HomeCare Guatemala

Panamá. Las enfermeras siempre en primera línea

Desde Panamá, Maribel Burbua, secretaria ejecutiva de la Pastoral de la Salud es enfermera, y está viviendo la experiencia en primera línea de pacientes con COVID 19.  Es enfermera intensivista profesionista del hospital Santo Tomás.

Maribel dijo a Vatican News, que se sienten heroínas, por su lucha diaria contra el Covid19. Para cuidar en cuidados intensivos a los pacientes contagiados, se han alejado de sus familias, de todo lo que podría distraerlas. Se han sacrificado, para poder así dedicarles todo su tiempo a los pacientes y tratar de salvar el mayor número posible. Están con ellos 24 horas al día siete días de la semana.

Maribel Burbua, enfermera del hospital Santo Tomás, Panamá

En cuidados intensivos, las enfermeras se dedican plenamente a sus pacientes, son y serán, dijo Maribel, sus cinco sentidos. Les dan calor humano, y siguen momento a momento todos sus cambios.  

Siempre al lado del paciente, ¿temerosas? Sí, porque es una enfermedad que no discrimina, señaló, hemos visto evolucionar pacientes satisfactoriamente, así como pacientes que lastimosamente los perdemos. Su mensaje: las enfermeras, siempre unidas para dar alivio al enfermo, dando lo mejor de ellas para los pacientes y familiares. La salud es lo primero, palabras claves, sobre todo, cuando en muchos países, la asistencia sanitaria no recibe la importancia debida…. Pero después de esta pandemia, tenemos que reinventarnos dijo Maribel. La salud es primero.

Su dedicación no tiene precio. Maribel nos cuenta como anécdota, la alegría desbordante cuando ven salir de terapia intensiva un paciente. Y claro lo negativo es que no tienen vida propia. Está día a día sacrificándose por los contagiados del coronavirus. Este hospital gracias a Dios, ninguno, ni médicos, enfermeras, o personal que desinfecta el área ha sido contaminado.

Maribel Burbua, enfermera del hospital Santo Tomás, Panamá

Honduras. Ser enfermera es estar siempre dispuesta a servir

Desde Honduras, la enfermera Rudy Camila Valle Urbina, trabaja en el hospital General Atlántida de la Ceiba, cuenta que antes del Covid 19 su trabajo se interactuaba de manera más amena con los pacientes y se estrechaban lazos de amistad con sus familiares. Pero debido a las estrictas medidas de seguridad, en que se mantiene el distanciamiento social, pues ya no se permite un mayor acercamiento entre enfermera, paciente y familiar.

“Mi mayor satisfacción es regresar a casa sabiendo que cumplí con mi jornada y agradecida con Dios por la oportunidad que me da de ser enfermera. Sólo le pido a Dios que me dé la valentía para poder enfrentarme con su ayuda a esta pandemia que amenaza cada día la salud de las personas y siempre tomando medidas de protección”, es su oración diaria.

Rudy cuenta una anécdota positiva de su profesión, fue en el área de Pediatría. Cuenta sobre un paciente, un niño llamado “Juan”, quien estuvo grave y fue su paciente por muchos días, y le gustaba que ella lo atendiera, después de su satisfactoria recuperación fue dado de alta. Y al paso del tiempo pidió a su madre lo llevara al hospital para verla: “fue una grata sorpresa la que me dio esa tarde, ya que me esperaba con una enorme sonrisa y me regaló un fuerte abrazo y una rica manzana”, manifestó.

En cambio, desde que comenzó esta pandemia, y al conocer la noticia, y saber de los primeros casos positivos de Covid19, siendo uno de ellos en la Ceiba, le causó gran impresión y tanto miedo por lo letal y la fácil propagación de este virus. Comenzó a usar su uniforme, su gabacha más todo el equipo de protección. Poco a poco se fue acostumbrando, pues todo el equipo le hace sentir mucha fatiga y mucho calor. "Ha costado un poco acostumbrarme, pero siempre que me protejo, siento que salvaguardo la vida de mis pacientes y mi familia", dijo.

Mensaje de Rudy en su día:  Ser enfermera más que una profesión, es una vocación, ya que estamos siempre dispuestas a atender, servir y ayudar a nuestros pacientes en su pronta recuperación, colaborando en su bienestar emocional, espiritual y social, somos seres humanos sensibilizados que tratamos día con día, procurar el mejoramiento de nuestros pacientes y que ellos puedan gozar de una relación basada en la confianza y seguridad, al igual que con sus familiares.

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12 mayo 2020, 11:48