Migración: Formación para agentes pastorales de movilidad humana

El Observatorio Socio-pastoral de Movilidad Humana de Mesoamérica y el Caribe (OSMECA), con el patrocinio del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede organizaron una experiencia formativa para fortalecer la acción de los agentes de pastoral de movilidad humana en la promoción e integración de las personas en movilidad.

Patricia Ynestroza - Vatican News

Del 7 de agosto al 16 de noviembre se desarrolló la experiencia formativa “Gestión de conocimiento para el fortalecimiento de las prácticas pastorales con personas en movilidad”, (COPAMI), con el objetivo de crear una comunidad virtual de práctica, donde agentes de pastoral de movilidad humana de la región compartieron y gestionaron su conocimiento, para crear herramientas que potencien su trabajo pastoral, con el apoyo de las tecnologías digitales.

30 agentes de pastoral -laicos, religiosas, sacerdotes diocesanos y misioneros- de distintas organizaciones de la Iglesia Católica de México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Chile participaron en dos encuentros presenciales, separados por un trabajo a distancia de alrededor de 3 meses.

Los participantes tuvieron la oportunidad de profundizar su comprensión de la realidad migratoria de la región, el Magisterio Pontificio para las personas en movilidad y el aprovechamiento de las tecnologías digitales gratuitas, al servicio de las prácticas pastorales orientadas hacia la acogida, protección, promoción e integración de las personas en movilidad, desde una visión regional e integral del trabajo pastoral. El trabajo a distancia fue apoyado por las tecnologías digitales. Los encuentros presenciales se realizaron en Costa Rica.

Curso de formación para agentes de pastoral de movilidad humana
Curso de formación para agentes de pastoral de movilidad humana

Observatorio Socio-pastoral de Movilidad Humana Mesoamericana y el Caribe

El Observatorio Socio-pastoral de Movilidad Humana de Mesoamericana y el Caribe (OSMECA) es una iniciativa eclesial que, desde una perspectiva regional, científica y teológica, busca contribuir a la generación de conocimiento mediante la sistematización, profundización y actualización del conocimiento de la realidad de la movilidad humana en la región. Crear herramientas, para fortalecer el liderazgo de los agentes pastorales en la sensibilización y concientización de las comunidades, y la incidencia en la toma de decisiones en las políticas públicas, en favor de una gestión migratoria más humanizada y respetuosa de los derechos de las personas migrantes.


Los participantes lograron comprender la  relación entre los principios esenciales de la Doctrina Social de la Iglesia y el Magisterio del Papa Francisco. Aproximarse a una visión regional de la realidad migratoria y la gestión pastoral.  Aprovechar herramientas digitales en sus prácticas pastorales. Fortalecer las prácticas pastorales mediante la gestión de conocimiento y una visión integral y regional de la gestión pastoral de la migración.

A nivel regional se conformó una comunidad regional de práctica y aprendizaje de la Iglesia Católica, defensora de los derechos de las personas en movilidad, con capacidad de gestionar conocimiento a partir de sus prácticas pastorales y el aprovechamiento de las tecnologías digitales para el intercambio de experiencias, el monitoreo y la investigación constante de la realidad migratoria de la región.

El director del Observatorio Padre Gustavo Meneses, en entrevista a Vatican News, dijo que esta experiencia formativa, ha sido un esfuerzo para tener una lectura atenta del fenómeno migratorio y mediante la investigación y el análisis teológico pastoral, ir planteando soluciones de carácter de carácter pastoral a los desafíos que se vayan presentando. Con agentes de pastoral, se alcanzó una gestión de conocimientos que cada uno aportó, fortaleciendo las prácticas pastorales reflexionando sobre las mismas, profundizando sobre la experiencia que realizan.

Escuche entrevista completa al director de OSMECA

La migración en el continente

México, Centroamérica y el Caribe se han convertido en uno de los más grandes y peligrosos corredores globales de la migración. Del 2005 al 2015 salieron casi dos millones y medio de migrantes de diferentes países de esta región; la mayor parte hacia Estados Unidos. La mayor parte eran trabajadores y alrededor de la mitad eran mujeres.

A partir de 2015 cientos de miles de desplazados por el cambio climático o por la violencia social y política del norte de Centroamérica crearon un enorme flujo de solicitantes de refugio. A estos corredores migratorios se les han unido inmigrantes de países del Caribe (Cuba y Haití) y Venezuela, y más de cien mil nicaragüenses expulsados por la crisis política en ese país. La región pasó de ser lugar de origen de migración extra e intrarregional a ser también uno de los principales corredores de paso de migrantes y solicitantes de refugio.

En este fenómeno migratorio, la Iglesia Católica no ha dejado de lado su compromiso pastoral con los migrantes, que desde los años ochenta  ha organizado programas de socorro para las víctimas de la pobreza, de los conflictos armados y de los desastres ambientales a través de su misión pastoral; pese a los riesgos que ello entrañaba frente a la represión. Desde entonces la Pastoral con personas en movilidad se ha vuelto más amplia y diversa pues, además de la acogida y la asistencia humanitaria, se trabaja en la sensibilización social y política de comunidades, parroquias y de las autoridades, así como en la promoción humana integral.

Los obispos de Centro América en su reciente Asamblea anual del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC), denunciaron que el fenómeno de la migración va en aumento con “caravanas de jóvenes” que en sus países no encuentran las oportunidades de bienestar y desarrollo, por cuanto exponen su vida en su tránsito. Lo peor de todo es que son criminalizados en centros de detención y “en la incerteza de su futuro. Los obispos explicaron que estos jóvenes que emigran, una vez llegados a destino, son los “héroes de la economía de nuestros países con los envíos de las remesas ganadas en ambientes de subempleo privaciones”.


Sobre la migración en el continente, el padre dijo que el desafío en la región centroamericana es muy grande, a través de Red Clamor el observatorio recibe la información que viene de los países de América del Sur.  Es por ello que es urgente, fortalecer los agentes pastorales, ofrecerles la atención necesaria, no descuidarlos. Este curso intentó hacer que fueran ellos mismos los protagonistas de su propio fortalecimiento. Además señaló que la región está viviendo una presiónmuy fuerte por los grupos de crimen organizado, que se dedican al tráfico de personas, a la extorsión y que manejan prácticamente todo el corredor, o los corredores migratorios que se han establecido en la región, pero no sólo eso, advirtió el religioso, existen políticas de desprotección y de visibilización del flujo migratorio por parte de los países.

"No hay un solo país en nuestra región que tenga políticas que favorezcan desde una perspectiva de derechos humanos a los migrantes que vienen en tránsito, por el contrario,  si en algo han logrado ponerse de acuerdo los países de esta región con EEUU, muchos de ellos adversos, ideológica y políticamente, pero en migración se han logrado ponerse de acuerdo, es para desproteger, invisibilizar y para facilitar la externalización de fronteras que realizan los Estados Unidos".

Esta situación dramática se presenta sobre todo en las zonas fronterizas de la región como ocurre en El Darién, pero también hay situaciones complejas en Paso Canoas, entre  Panamá y Costa Rica, o en la frontera norte entre Guatemala con la frontera sur mexicana.

"Son realidades realmente dramáticas, de ahí la importancia de una experiencia como el COPAMI, en el que, tratamos o se busca de manera profesional mediante esta metodología, que estamos estableciendo de fortalecer a los agentes de pastoral, que son el bien más preciado que tiene la Iglesia en pastoral migratoria y gracias a la investigación de los informes de buenas prácticas pastorales, nos hemos dado cuenta de la dolorosa realidad de descuidado que si tiene hacia ellos, y de ahí la importancia de una experiencia formativa como COPAMI, para gestión de conocimiento pero también, para fortalecimiento psicosocial de los mismos agentes de pastoral. Se nos abre un gran desafío en el tema formativo y acompañamiento a nuestros agentes de pastoral, que tienen que desempeñarse realizando múltiples tareas en la atención migratoria, en esta realidad tan compleja que estamos teniendo".

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05 diciembre 2023, 12:20