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Obispo de Puno: La Candelaria ha guiado la evangelización en el Altiplano

En la fiesta litúrgica de la Presentación del Señor, en Vatican News dialogamos con Monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlich, Obispo de Puno, Perú, quien explica la devoción a la Virgen María en la advocación de Nuestra Señora de la Candelaria de Copacabana.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Considero que la devoción a la Virgen de la Candelaria, bajo el título de Copacabana es la que va a marcar la ruta de la evangelización en toda esta parte del continente Sudamericano, tanto es así que podríamos decir que es su equivalente a la Virgen de Guadalupe para esta región”, lo dijo Monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlich, Obispo de Puno, Perú, explicando el significado y la devoción a la Virgen María en la advocación de Nuestra Señora de la Candelaria, fiesta litúrgica que también se celebra este 2 de febrero en el Perú, España y Latino América.

Una devoción Mariana que atraviesa el continente

El Obispo de Puno explicó que, esta devoción a Nuestra Señora de la Candelaria data de los inicios de la colonia, es decir desde los inicios de la evangelización. “Su origen se encuentra en la devoción de la Virgen de la Candelaria de Copacabana, el 2 de febrero de 1583, y desde ahí se expandió en todo el sur del Perú, es parte también del norte de Chile, Argentina y la devoción llegó hasta Panamá en el siglo XVII, el Santo Obispo Toribio de Mogrovejo construyó un templo dedicado a la Candelaria de Copacabana en Lima y esta devoción también se extendió a España donde hay alrededor de 144 parroquias que llevan esta advocación, así como también llegó a Roma alrededor de 1860 con los Agustinos Recoletos que tenían algún altar dedicado a la Virgen de la Candelaria de Copacabana”.

Entrevista a Monseñor Jorge Pedro Carrion Pavlich

Una devoción que nace entre indígenas y campesinos

Asimismo, Monseñor Carrión Pavlich dijo que, estando Puno muy cerca de Copacabana, a unos 200 kilómetros de distancia, esta devoción llegó muy rápido a los pobladores de esta región del Perú. “Probablemente había una capillita en una de las poblaciones locales y posteriormente cuando se crea la ciudad de Puno se levantó un templo exclusivamente para indígenas y es muy posible que allí ya  se veneraba una imagen de la Candelaria”. Posteriormente, afirmó el Obispo de Puno, esta imagen de la Candelaria empezó a tener relevancia en la ciudad de Puno, pero sobre todo porque es una devoción de los “pueblos originarios”, a pesar que en algún momento de la historia surgió un conflicto entre los mestizos y los indígenas que trataron de prohibir la devoción a la Virgen. Sin embargo, esto no detuvo la devoción a la Candelaria y hoy en día es tan importante esta devoción en el sur de Perú, es una fiesta del mundo indígena.

Devoción popular
Devoción popular

La devoción a la Virgen crea unidad en el pueblo

Además, el Obispo de Puno dijo que es importante distinguir la celebración litúrgica del 2 de febrero, fecha en que la Iglesia celebra la Fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el templo, pero también en su diócesis, como en otros países, se celebra la Fiesta de la Candelaria. “En cuanto a la Candelaria – explicó Monseñor Carrión – se celebra la octava, que está conformado por muchos elementos culturales que provienen del mestizaje. Por eso nosotros estamos dando mayor importancia a la celebración de la Candelaria como un momento de encuentro con la Virgen, porque también es interesante ver que esta devoción a María congrega a multitudes y tiene efectos de carácter social porque se encuentran todas las clases sociales, y la devoción a la Virgen crea unidad en el altiplano, es la única fuerza que reúne y congrega al pueblo”.

Una devoción Mariana que atraviesa el continente
Una devoción Mariana que atraviesa el continente

María es la portadora de la luz, esa luz que es Jesús

Finalmente, Monseñor Carrión Pavlich dijo que, “María nos alcanza a su Hijo, es la portadora de la luz, una luz que nos ilumina en nuestra historia, en nuestro caminar, una luz que nos lleva al encuentro definitivo con Cristo, que nos porta la esperanza, esperanza para un mundo mejor, la esperanza de sentirnos amados por Dios a través de una Madre que quiere mucho a sus hijos, una Madre que nuca se olvida de sus hijos y creo que María es el reflejo de ese amor que Dios tiene con los hombres”.

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02 febrero 2020, 14:13