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Obispos de Honduras: la Navidad es el signo de esperanza para cambiar la historia del país

Vivir la Navidad como un signo de esperanza capaz de cambiar la historia de Honduras. Es este el llamamiento que hacen los obispos del país a la población, a no desanimarse por los graves problemas se afrontan día a día: pobreza, narcotráfico, violencia y corrupción

Ciudad del Vaticano

En el mensaje navideño los obispos hondureños afirman que viven “tiempos difíciles a causa de la situación política, económica, de la inseguridad, y por la falta de empleo” y reconocen que no “sorprende que gran parte de la población afirme que ha perdido la fe y la esperanza”. En su mensaje afirman que la navidad debe servir para “tomar conciencia de lo que el Señor nos pide por hacer para transformar la sociedad en un lugar de respeto de los derechos humanos y para vivir en justicia, verdad, paz y solidaridad”.

En el mensaje recuerdan la carta apostólica del Papa “Admirabile Signum”, sobre el significado y el valor del pesebre. “El nacimiento de Jesús en Belén, afirman, es un evento único y extraordinario que ha cambiado la historia”. Y subrayan que es tiempo de “dejarse iluminar por los valores que Cristo nos enseña”, sólo así “también nosotros podremos cambiar la historia en Honduras”.

En el Evangelio del tercer domingo de Adviento, continúa el mensaje, Jesús nos invita a no escandalizarnos por Su compromiso hacia los pobres, para que tengan justicia, verdad, libertad y solidaridad. El verdadero motivo de escándalo, se afirma en el mensaje, son “las acciones cumplidas por los poderes del Estado: la corrupción, la impunidad y el ataque contra quien lo combate”. Y es la indignación de la sociedad civil hondureña por este escándalo otro signo de esperanza para el país: la esperanza que los actuales dirigentes entiendan que la opinión pública no confía más en ellos y piden que sean sustituidos por “nuevos líderes incontaminados por la corrupción y que no convivan con la criminalidad organizada y el narcotráfico”.

“Que la navidad nos ayude a convertir nuestros corazones y a liberarnos del consumismo al que el neoliberalismo ha querido someternos”, señalan por último, María y José que custodian al Niño Dios en el pesebre son en este sentido “un modelo para todas las familias hondureñas”, ellos encarnan “aquella esperanza que necesitan para afrontar la presión económica, los costos abusivos de los servicios públicos, la emigración con sus consecuencias y otras dificultades”.

Y buscando reavivar la devoción mariana y la fe, desde la basílica de Nuestra Señora de Suyapa, parte por segunda vez la iniciativa de llevar la virgen a las diócesis para tener momentos de oración, y devoción.

El año pasado llegó hasta el sur del país, a la diócesis de Choluteca, y este año llega en enero a la diócesis de La Ceiba. Del 7 al 11 de enero, la Patrona del País llega a las tierras de la ceiba. Comenzando en la isla de Roatán, luego el 8 regresa al continente y será llevada a Tela, para concluir en La Ceiba. En cada una de las etapas habrá unan vigilia, organizada por los movimientos pastorales, se rezará el ángelus y cada dos horas habrá una eucaristía. Participarán presidiendo celebraciones eucarísticas el presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Ángel Garachana y el arzobispo de Tegucigalpa cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga.

 

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23 diciembre 2019, 08:23