Abuso, Zollner: buenas noticias desde Varsovia, pero queda mucho por hacer
Fabio Colagrande - Ciudad del Vaticano
"Creo que estamos avanzando mucho, tanto desde el punto de vista del contenido que queríamos transmitir, como en cuanto al clima de intercambio y compromiso conjunto que queríamos crear. Siento un gran deseo de cooperación entre las personas aquí presentes y creo que hay un deseo de continuar e intensificar la labor de prevención". Así habló desde Varsovia el padre Hans Zollner, psicólogo jesuita y rector del Instituto de Antropología de la Pontificia Universidad Gregoriana, dedicado a los estudios interdisciplinarios sobre la dignidad humana y el cuidado de las personas. Zollner es miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores que, junto con la Conferencia Episcopal Polaca, ha organizado la Conferencia Internacional sobre la Protección de los Niños y los Adultos Vulnerables para las Iglesias de Europa Central y Oriental que se celebra en la capital polaca.
"La concienciación es cada vez mayor también en Polonia
Hasta hace unos años", explicó, "existía la opinión generalizada en las Iglesias de Europa Central y Oriental de que los abusos sexuales por parte de clérigos eran un fenómeno occidental, propio de sociedades secularizadas, mientras que en Europa Central no había casos porque los regímenes comunistas no los toleraban. En los últimos años, sin embargo, el viento ha cambiado en las Iglesias de esta parte del viejo continente y ahora hay mucha más sensibilidad sobre estos temas. "En Polonia, gracias al cine y a otros medios de comunicación, se ha tomado conciencia de que hubo casos de abusos durante el comunismo y esto también ha ocurrido en otros países de la región. Ahora hay movimientos creados por personas que han sufrido abusos que ayudan a sacar a la luz estos horrores y crímenes del pasado.
Algunos creen que la crisis ya está superada
Sin embargo, según Zollner, todavía es necesario mejorar el conocimiento de lo que la Santa Sede ha hecho en los últimos años precisamente en el ámbito de la lucha contra los abusos. "Como ocurre en todas partes, la recepción de las nuevas normas que la Iglesia ha introducido en los últimos años es muy variable, y no todas las Iglesias locales han alcanzado el mismo grado de aplicación. Este era uno de los objetivos que teníamos en mente cuando trajimos esta conferencia a Europa Central, donde -como en otras regiones- hay conferencias episcopales, obispos y congregaciones religiosas que están avanzando, dándose cuenta de la gravedad de la situación y haciendo esfuerzos considerables para cambiarla, y otras que están esperando a que pase esta crisis o creen que ya la han superado" Para el jesuita, "en esta misma región todavía hay Iglesias locales que tendrán que enfrentarse a estos escándalos, porque no lo han hecho antes".
Los frutos del trabajo del Centro Gregoriano de Protección de la Infancia
El padre Zollner señala que en Europa Central y del Este, sin embargo, ya existen buenas prácticas en materia de prevención de abusos. "Aquí en Varsovia", explica, "hemos reunido a algunas personas que en Polonia, Ucrania, Croacia, Eslovaquia, la República Checa y Hungría ya trabajan desde hace años para mejorar la situación de la lucha contra los abusos, especialmente a través de la formación académica y la educación continua de sacerdotes, profesores de escuelas católicas y otras profesiones. Esta, recuerda, era también la contribución específica que el Centro de Protección de Menores de la Gregoriana, ahora Instituto de Antropología, había querido hacer en los últimos años. "Estamos encantados - comenta - de que algunos antiguos alumnos de nuestros programas hayan podido presentar su trabajo aquí a todos los participantes".
No dejemos solos a los que luchan por evitar los abusos
Otro de los objetivos de la reunión de Varsovia era crear plataformas de colaboración e intercambio. En muchos países, de hecho", explicó Zollner, "la labor de prevención y de escucha de las víctimas se delega únicamente en expertos que muy a menudo se sienten solos, aislados, ya sea por las diócesis o las congregaciones religiosas. Por lo tanto, es necesario ayudarles a trabajar en red entre ellos, para que puedan animarse mutuamente e intercambiar buenas prácticas para mejorar el servicio y encontrar nuevas fuerzas, para que no se sientan abandonados. "La esperanza es que la situación mejore también en esta región".
Todavía queda mucho por hacer
"En los últimos diez o doce años, la cúpula de la Santa Sede ha comprendido que era necesario avanzar con más determinación para que la Iglesia diera cuenta de los abusos a menores cometidos por clérigos, ante los fieles, el Estado y los medios de comunicación", recuerda el padre Zollner. "La Iglesia se compromete a denunciar a los responsables y a los obispos que no colaboraron, violando las leyes canónicas y civiles. Incluso en Polonia, en los últimos años, algunos obispos que dimitieron, aunque el motivo no se hiciera público, fueron negligentes con las víctimas de abusos y con los procesos que debían establecer". "Ciertamente", concluye el director del Instituto Gregoriano de Antropología, "desde 2019 el Motu proprio Vos Estis lux mundi ha contribuido a cambiar la mentalidad y a crear una mayor corresponsabilidad, pero aún queda mucho por hacer.
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