Rumania. Mons. Robu: esperamos al Papa con los brazos abiertos
Debora Donnini - Ciudad del Vaticano
El próximo viernes, en Rumania, inicia el trigésimo viaje apostólico del Papa Francisco. Francisco es segundo Papa que visita esa tierra después de Juan Pablo II en 1999. Un país con alrededor de 20 millones de habitantes: el 86% son ortodoxos y el 7,3% católicos. El primer día el Papa estará en la capital, Bucarest: una etapa ecuménica y también un encuentro, al final de la tarde, con la comunidad católica en la Misa en la Catedral de San José.
Por la mañana, tendrá lugar la ceremonia de bienvenida del Presidente de la República, Klaus Werner Iohannis, la reunión con el Primer Ministro y luego con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático. Por la tarde, la etapa ecuménica en el Patriarcado Ortodoxo Rumano, donde una placa conmemora el encuentro entre el Patriarca Teoctist y San Juan Pablo II en 1999. Aquí Francisco tendrá un encuentro privado con el Patriarca Ortodoxo Rumano, Daniel, y luego con el Sínodo permanente de la Iglesia Ortodoxa Rumana.
A continuación, el traslado a la nueva catedral ortodoxa, la Catedral de la Salvación del Pueblo, que aunque aún no está terminada, fue inaugurada en 2018 con motivo del centenario de la formación de la llamada "Gran Rumania". En la lista de donantes está también Juan Pablo II, que hizo una donación durante su viaje apostólico. Aquí habrá un saludo del Papa y la oración del Padre Nuestro. Mons. Ioan Robu, arzobispo metropolita de la arquidiócesis latina de Bucarest, destaca el ambiente de alegría y de espera que se respira en el país:
R. - Si pienso en nuestras comunidades católicas y no sólo, diría que se respira un ambiente de alegría. Tener entre nosotros al Santo Padre, el Papa Francisco, es un gran privilegio. Sabemos que el Santo Padre goza de gran estima en nuestro país y no sólo por parte de los católicos. Por eso todos lo esperamos con los brazos abiertos: el Estado, con el actual presidente, la Iglesia Ortodoxa, las diócesis a las que irá el Santo Padre; todos se preparan para que la visita del Santo Padre sea una gran fiesta para nosotros.
La visita di Papa Francesco cade a vent’anni da quella di Giovanni Paolo II di cui lei è stato testimone, perché già allora era alla guida dell’arcidiocesi di Bucarest. Come è cambiata la Romania in questi vent’anni, specialmente dal punto di vista religioso?
R. - Dal punto di vista religioso, la Romania non è cambiata in questi vent’anni. Papa Francesco troverà una Romania più divisa dal punto di vista sociale, economico. Perciò il motto della visita “Camminiamo insieme”, speriamo trovi un largo eco in tutti noi per la nostra unità.
La visita del Papa Francisco cae veinte años después de la de Juan Pablo II, de la que usted fue testigo, porque ya entonces guiaba la archidiócesis de Bucarest. ¿Cómo ha cambiado Rumanía en estos veinte años, especialmente desde el punto de vista religioso?
R. - Desde el punto de vista religioso, Rumanía no ha cambiado en estos veinte años. El Papa Francisco encontrará a Rumania más dividida desde el punto de vista social y económico. Por lo tanto, esperamos que el lema de la visita "Caminemos juntos", encuentre en todos nosotros un amplio eco para nuestra unidad.
Están todavía vivas en la memoria las imágenes de la visita de Juan Pablo II y el grito "¡Unitate! - unidad - que se elevó de los fieles ortodoxos y católicos. Según usted, Rumania necesita un camino de unidad...
R. - En la vida cotidiana las relaciones entre católicos y ortodoxos son muy buenas. En mi archidiócesis, alrededor de la mitad de las familias son mixtas; se vive y se trabaja juntos, nos respetamos unos a otros sin problemas. Estoy convencido de que ese grito "¡Unitate!, ¡Unitate! de entonces nunca será olvidado por nosotros los católicos o los ortodoxos, llamándonos a todos a la Palabra de Jesús, que todos seamos uno.
¿Qué país encontrará el Papa Francisco? También desde el punto de vista social, Rumania vive, sobre todo en algunas regiones, un grave problema: muchas personas se desplazan a otros países para poder trabajar...
R. - Esta es la gran dificultad de Rumania y de la Iglesia de hoy, porque son ya millones los rumanos que trabajan afuera, en Italia, en España, en toda Europa y no sólo. Esto trae mucho sufrimiento a nuestras familias, porque hay padres que han dejado a sus hijos en casa y que, por lo tanto, se quedan sin mamá y papá. Hay casos en los que faltan ambos padres, muchos casos en los que uno de ellos está fuera durante mucho tiempo. Las familias, los jóvenes se van por un salario mejor, por un nivel de vida más alto del que Rumania puede ofrecer.
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