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Myanmar: El obispo de Loikaw describe la dramática situación

Monseñor Celso Ba Shwe, obispo de Loikaw en Myanmar, pastor de la comunidad entre los refugiados, y en medio de la guerra, afirma: "Como corderos en medio de lobos, nos encomendamos a Jesús, el Buen Pastor"

Vatican News

En medio de las difíciles circunstancias a las que se enfrenta la diócesis de Loikaw en Myanmar, monseñor Celso Ba Shwe, pastor de la comunidad, comparte palabras de esperanza y consuelo con sus fieles con motivo de la Navidad que publica la Agencia Fides. La catedral de Cristo Rey y el Centro pastoral diocesano, que sirven como base militar para el ejército birmano, han dejado a los líderes religiosos y colaboradores sin hogar.

 

Además, desplazados de sus residencias habituales viven entre parroquias, centros de salud y hogares religiosos, mientras algunos están alojados en tiendas de campaña improvisadas. Esta Navidad que están a punto de vivir será para ellos una Navidad de refugiados, en la precariedad y la penuria.

Situación dramátia

El obispo describe una situación dramática: "Estamos en medio de un conflicto armado en el que, ante la destrucción y el caos político, todos estamos fuera de nuestras respectivas parroquias”.

“Hemos tenido que abandonar la catedral y dejar prácticamente todo en nuestro centro pastoral diocesano. La situación en el territorio de la diócesis, afectado por los enfrentamientos, es muy peligrosa, la mayoría de las parroquias han sido abandonadas y están vacías. Esto plantea la cuestión de si las iglesias funcionan y si la diócesis de Loikaw sigue existiendo”

En efecto, la ocupación de la catedral, alma y símbolo de la comunidad diocesana, podría provocar desánimo y desesperación en el seno de la comunidad, pero, precisamente en esta coyuntura, con un mensaje dirigido a los fieles en la carta pastoral con ocasión de la Navidad, el obispo pretende animar al Pueblo de Dios y reafirmar la esperanza, fundada en la Providencia de Dios Padre:

"Quiero recordar que una diócesis es una porción del pueblo de Dios confiada a un obispo, con la cooperación del presbiterio. No es sólo una zona geográfica, es una comunidad, en unión con el presbiterio, en torno al obispo. La dinámica principal de la comunidad es el anuncio del Evangelio y la celebración de la Eucaristía”.

“En nuestro caso, incluso en el sufrimiento, la Iglesia fundada por Cristo está viva y presente. Es importante que todos permanezcamos unidos, viviendo en comunión espiritual y solidaria en la comunidad que, acurrucada en torno al Evangelio y a la Eucaristía, atraviesa este desierto. Sabemos que Cristo, el Buen Pastor, cuida de su rebaño, por el que dio su vida”

Valentía en medio de la tribulación

Sacerdotes, religiosos, religiosas, catequistas muestran fe y valentía en medio de la tribulación: "Les doy las gracias a ustedes, sacerdotes, por su cercanía al pastor y al pueblo, por su generosa colaboración pastoral.

“Gracias a ustedes, religiosos y religiosas, y a todos los fieles, auténticos discípulos de Cristo, por su adhesión al Evangelio y su constante celebración de la Eucaristía”

Monseñor Celso Ba Shwe invita a todos los fieles a aceptar la voluntad de Dios en el "aquí y ahora", confiando en Su guía y plan para ellos. A pesar de la angustia experimentada, el obispo asegura que este es el camino designado por Dios y la mejor manera de proclamar y dar testimonio de Su poder.

La carta concluye encomendando a la comunidad diocesana en manos de la Santísima Virgen María y de San José que, "en la noche oscura de Belén, adoraron con todo amor y cuidaron de proteger al Niño Dios, que es el Dios hecho hombre y el Príncipe de la paz”:

“Que la Madre María y San José los protejan de todos los peligros del mal y de la guerra; que encuentren la paz que el Señor da el día de Navidad”

Datos estadísticos de la Iglesia

En el estado de Kayah, el más pequeño de Myanmar, con predominio de colinas y montañas y habitado principalmente por la etnia karenni, la población total es de unos 300.000 habitantes, y en él se encuentra la diócesis de Loikaw, con unos 93.000 católicos. En la diócesis, 21 de las 41 parroquias se han visto afectadas, y muchas más lo están por el conflicto.

Muchos sacerdotes y religiosos han seguido a la población de fieles, que han huido de las ciudades al campo o a las montañas, y viven junto a ellos como desplazados, compartiendo su suerte y continuando la celebración de los sacramentos en lugares improvisados.

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20 diciembre 2023, 15:48