Justicia y Paz: alerta aumento de trata de personas en Venezuela
Ciudad del vaticano
La justicia debe proceder sin demora
El documento está firmado por Mons. Roberto Lückert, Arzobispo Emérito de Coro,Presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana y por Don Saúl Ron Braasch, Vicario General de la misma Comisión.
En particular, en la nota, los organismos episcopales subrayan la necesidad de "garantizar a las familias de las víctimas el acceso directo, sin obstáculos, a los cuerpos de seguridad del Estado y a los órganos judiciales, para que expongan sus casos y reciban justicia sin demora, de conformidad con lo dispuesto en la Constitución y en los diversos instrumentos internacionales para la protección de los derechos humanos, firmados y ratificados por la República Bolivariana de Venezuela".
Las mujeres entre las víctimas más afectadas
El documento se refiere específicamente a un encuentro entre los responsables de Justicia y Paz y los familiares de las 28 personas desaparecidas en Güiria, en el Estado Sucre, mientras navegaban en un barco hacia la isla de Trinidad y Tobago, que partió el 23 de abril. De este encuentro se desprende que "la mayoría de las personas desaparecidas en esta ocasión eran mujeres, contactadas por personas que les habían ofrecido trabajo y mejores condiciones de vida". En mayo, otro barco desapareció, de nuevo con un grupo considerable de personas a bordo.
Alarma para niños abandonados
Los familiares también se quejaron de que, aunque se les informó de que sus familiares, en su mayoría mujeres jóvenes, habían muerto en el naufragio, todavía no se habían encontrado los cadáveres y los encargados de la investigación no respondían con prontitud.
"La Comisión -continúa la nota- observa con preocupación el aumento de este tipo de hechos no sólo en la parte oriental del país, sino también en las zonas fronterizas de Falcón, Brasil y Colombia, donde operan estos grupos de delincuentes que ponen en peligro la vida, la integridad física y la dignidad de las mujeres, especialmente los jóvenes y los menores, creando gran ansiedad y desesperación en sus familias y especialmente en los niños abandonados.
La Comisión y Cáritas continuarán haciendo seguimiento a estos casos y acompañará a los familiares dentro de sus posibilidades para la obtención de justicia, la información oportuna y el esclarecimiento de los casos.
El mensaje termina con un llamado: ¡Donde están mis hijas (os)! Luchemos contra la venta de niños, mujeres y hombres como esclavos para dedicarse a la mendicidad, la prostitución o trabajos forzados.
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