Ayuda a la Iglesia Necesitada: el Papa nos acompañó en el Jubileo
Isabella H. de Carvalho – Ciudad del Vaticano
Cuando la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) planeó la peregrinación jubilar a Roma del 7 al 10 de mayo, los organizadores no imaginaron que coincidiría con la elección del nuevo Papa. En las primeras palabras de paz y esperanza de León XIV sintieron una cercanía con su misión, que es ayudar a los cristianos perseguidos en todo el mundo y recordar a los mártires.
Durante estos días, los participantes en la peregrinación pudieron atravesar la Puerta Santa, escuchar testimonios de personas que viven en zonas afectadas por la persecución religiosa y vivir momentos de oración y recogimiento. Participaron más de mil bienhechores y colaboradores de veintitrés países. Ante los micrófonos de los medios de comunicación vaticanos, Marco Mencaglia, director de proyectos de ACN Internacional, cuenta cómo las palabras de León XIV animaron a los miembros y benefactores, acompañándolos en la peregrinación romana.
¿Cómo han vivido estos días?
Fue una peregrinación extraordinaria en el verdadero sentido de la palabra. Tuvimos la oportunidad, justo al final de la misa de apertura de la peregrinación, el jueves por la tarde, de escuchar el anuncio del “Habemus Papam”.
Sentimos muy cercanas a nuestra misión las primeras palabras que pronunció León XIV en su homilía de ayer por la mañana con los cardenales. Esta peregrinación nuestra se construyó en torno a la fecha prevista para el Jubileo de la Conmemoración de los Nuevos Mártires Testigos de la Fe, el 9 de mayo.
Un tema, éste, abordado por el nuevo Pontífice en su primera homilía durante la Misa «Pro Ecclesia» celebrada en la Capilla Sixtina...
Así es, cuando hablaba de «desaparecer» para dejar sitio a la imagen de Cristo. Es lo que percibimos también al escuchar los testimonios sobre los mártires del siglo XXI. También los recordamos durante una celebración que tuvo lugar ayer por la tarde en la basílica romana de Sant'Andrea della Valle. Recorrimos este particular Vía Crucis, en memoria de los nuevos mártires, que, sin embargo, terminó con una estación dedicada a la resurrección.
Ayuda a la Iglesia Necesitada es una fundación dedicada tanto a la memoria de los mártires como a apoyar a la Iglesia que sufre en el mundo, pero siempre con una visión de esperanza. Con sus palabras, el Papa nos ha acompañado durante estos dos días. El hecho de que rezara el Ave María en su primer discurso al pueblo, inmediatamente después de su elección, también nos impactó mucho y lo sentimos muy cercano. Hoy estamos en Santa María la Mayor, donde participaremos en la misa en la que renovaremos nuestra consagración a la Virgen María.
¿Cómo los anima en su misión el tema de este Año Santo, centrado en la esperanza?
Nuestra peregrinación se titula «Testigos de la esperanza», combinando el tema del Jubileo con el de los mártires. A través de nuestro trabajo, nos damos cuenta de que son precisamente estas personas que sufren, que están en primera línea en situaciones en las que la Iglesia es perseguida, las que dan esperanza a tantos bienhechores y a tantas personas que les apoyan en Europa y en todo el mundo, en una red de comunión que va en una doble dirección. Hay una comunión de la Iglesia en la que los que dan al mismo tiempo reciben mucho de estos testigos de esperanza en el mundo.
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