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Benedicto XVI: Fieles en oración ante su tumba en las Grutas vaticanas

La cripta donde está enterrado Benedicto XVI, entre las tumbas de otros Papas, se abrió al público esta mañana. Una larga fila de peregrinos hizo cola desde temprano para visitar su tumba, situada en el mismo lugar donde inicialmente habían sido sepultados los restos de san Juan Pablo II

Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano

Una larga fila de fieles esperaba esta mañana en la Basílica Vaticana la apertura de las Grutas vaticanas, a las 9, para visitar la tumba de Benedicto XVI. Hombres y mujeres, familias con niños, monjas y sacerdotes, muchos de los cuales ya habían presentado sus respetos del 2 al 4 de enero al cuerpo del Papa Ratzinger expuesto en la Basílica, hicieron cola junto al Altar de la Confesión para descender a la gran cripta donde reposan los restos mortales de los Papas.

 

En oración

Tres chicas italianas de Apulia fueron las primeras en entrar y, casi corriendo, se pusieron de rodillas a rezar ante la lápida de mármol con el epígrafe en negro "Benedictus PP XVI", flanqueada por dos jarrones de flores. "Era un Papa importante, sentíamos la necesidad de estar hoy aquí", dijeron al pequeño grupo de periodistas presentes en las Grutas vaticanas. "¡Nada de fotos, sólo rezar!", recomendaban mientras tanto los encargados, a medida que aumentaba el flujo de visitantes.

 

Todos, como ya había sucedido ante el cadáver, permanecieron en silencio, haciéndose la señal de la cruz o inclinando la cabeza, rezando por el que fue Pontífice durante ocho años y Papa emérito durante casi diez. Entre ellos, un hombre procedente de Varsovia que calificó a Benedicto XVI como "uno de los Papas más importantes de la historia". Detrás de él, un grupo de mujeres de la provincia de Venecia, que querían expresar su "cercanía": "Benedicto nos da esperanza".

En el mismo lugar de Karol Wojtyła

Joseph Ratzinger, como era su deseo, fue enterrado donde estuvo anteriormente la tumba de san Juan Pablo II. Los restos de Wojtyła fueron trasladados en el 2011, inmediatamente después de su beatificación, a la capilla de San Sebastián, junto a la Piedad de Miguel Ángel.

La inhumación de la tumba de Benedicto tuvo lugar al término del funeral celebrado por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro. El ataúd de ciprés, en cuyo interior se conservan el Rogito, las monedas y medallas de su pontificado y el palio, se colocó dentro de un féretro de zinc, que a su vez se guardó en otro ataúd de roble que luego fue enterrado.

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08 enero 2023, 14:35