El beato Ceferino Giménez Malla El beato Ceferino Giménez Malla 

Ceferino y el Padre Riboldi, modelos de la evangelización de los nómadas

Vivieron en épocas y países diferentes, pero compartieron una fe profunda, un fuerte espíritu de fraternidad y la atención al mundo nómada: el beato Ceferino Giménez Malla, cuya memoria litúrgica cayó ayer, 2 de agosto, y el padre Marco Riboldi, fallecido el 8 de junio. El prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral recuerda a estas dos importantes figuras en un mensaje enviado al padre Claude Dumas, presidente del Comité Católico Internacional para los Gitanos.

Isabella Piro-Ciudad del Vaticano

El Beato Ceferino, que fue fusilado en España en 1936, durante la guerra civil, por intentar salvar a un sacerdote, fue el primer gitano en ser beatificado, el 4 de mayo de 1997, bajo el pontificado de San Juan Pablo II. Y padre Riboldi, por su parte, dirigió la Pastoral de los nómadas para la archidiócesis de Milán durante 47 años, de 1971 a 2018, y también contribuyó a la beatificación de Ceferino. El cardenal Peter Appiah Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, recuerda a estas dos importantes figuras en un mensaje enviado al padre Claude Dumas, presidente del Comité Católico Internacional para los Gitanos.

En su mensaje, el cardenal Turkson destaca no sólo la "profunda fe religiosa" de Ceferino, sino también su atención a los "valores tradicionales de la cultura gitana, como la promoción de la vida, la centralidad de la familia, la aceptación incondicional y la alegría de vivir". Además, el cardenal Turkson recuerda dos aspectos relevantes del beato: su amor por los animales, "similar al de San Francisco de Asís", y su "espíritu de fraternidad", que le llevó a "mediar en las disputas y conflictos que surgían tanto entre las familias de las comunidades gitanas como entre gitanos y no gitanos". La etnia y el estatus social no tenían importancia para él", explica el cardenal, "lo importante era el reconocimiento fundamental del valor de cada ser humano, siempre, en todas las circunstancias".

Además, el prefecto del dicasterio vaticano reitera que "Pelé nació en una cultura que cuida de los jóvenes y de los mayores". Recordar al Beato Ceferino, por tanto, es también una oportunidad para "descubrir la riqueza que cada uno tiene, valorando lo que une y viendo las diferencias como una oportunidad de crecimiento". Al mismo tiempo, el cardenal subrayó que "los gitanos son expertos en fraternidad", porque "las dificultades que han tenido que afrontar colectivamente a lo largo de los siglos han creado en ellos un fuerte sentido de pertenencia y solidaridad de grupo". A este respecto, el prefecto cita las numerosas "familias gitanas ampliadas" que, en tiempos de la pandemia de Covid-19, han permitido establecer "mecanismos de ayuda mutua, mitigando el impacto de la crisis sanitaria en las personas más vulnerables".

La "actitud misionera de Mario Riboldi, la de una Iglesia en salida, encarnada en la realidad gitana". "Supo inculturar el Evangelio y la liturgia, y ayudar a las familias gitanas en las periferias del mundo urbano y humano, compartiendo su vida cotidiana con sus alegrías y penas. Viviendo hasta 2020 en una ruleta-capilla que era también su parroquia, el padre Riboldi viajó por toda Europa para llevar la Palabra de Dios al pueblo gitano. Su labor de traducción de la Biblia, los textos litúrgicos y los cantos a las distintas lenguas romaníes es inestimable. Riboldi fue también el responsable de la propuesta original de crear un programa de atención pastoral específico para los gitanos, propuesta que más tarde aplicó San Pablo VI.

Don Riboldi fue 'el cura de los gitanos' a través de la inculturación, el acompañamiento, la dedicación y la humildad", dijo el cardenal Turkson, "fue capaz de difundir los valores gitanos entre los no gitanos, mientras daba a los nómadas lo que necesitaban: el Evangelio y su propia persona". El mensaje del cardenal concluye con una oración a Dios para que, siguiendo el ejemplo del padre Riboldi y por intercesión del beato Ceferino, se multipliquen "las vocaciones al servicio de los más necesitados" y "las culturas descubran el don de la amistad social", como indica el papa Francisco en su última encíclica "Fratelli tutti".

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03 agosto 2021, 15:24