Comunidad y solidaridad, armas de los movimientos populares

Era el día de Pascua de este año, cuando el Papa escribió una carta a los movimientos populares "Ustedes, trabajadores informales, independientes o de la economía popular, no tienen un salario estable para resistir este momento", escribe Francisco en su carta y los define "un verdadero ejército invisible que pelea en las más peligrosas trincheras". Dice que son "un ejército sin más arma que la solidaridad, la esperanza y el sentido de la comunidad que reverdece en estos días en los que nadie se salva solo". . Mañana sábado esta carta del Papa será uno de los temas de reflexión, en el encuentro de los movimientos populares, que se llevará a cabo en el Vaticano en forma virtual.

Ciudad del Vaticano

Mientras el mundo sigue experimentando la emergencia de la pandemia causada por el Covid-19 y crece la preocupación por las consecuencias que tendrá especialmente para los más pobres, el Papa Francisco envío esa carta a los “movimientos y organizaciones populares" con los que ha mantenido un diálogo desde el comienzo de su pontificado. Un ejército sin más arma que la solidaridad, la esperanza y el sentido de comunidad que reverdece en estos días en los que nadie se salva solo.

Es cierto que el virus afecta a todos, sin diferencia de nacionalidad o de afiliaciones religiosas o sociales, pero, observa Francisco, son los pobres y los descartados los que pagan el precio más alto en estos días y que pagarán el precio más alto en el futuro. Y pensando en la dificultad que están teniendo para resistir en este momento, dice que tal vez ha llegado el momento de pensar en un salario universal para los excluidos.

Encuentros mundiales de los movimientos populares

Desde el 2014 se han realizado encuentros mundiales de los movimientos populares, comenzando el primero en Roma, en donde el Papa Francisco al recibirlos en audiencia, les dijo que “este encuentro es un signo, es un gran signo: vinieron a poner en presencia de Dios, de la Iglesia, de los pueblos, una realidad muchas veces silenciada. ¡Los pobres no sólo padecen la injusticia, sino que también luchan contra ella!”. Es en este encuentro el Pontífice dijo que es necesario seguir luchando para alcanzar la tierra, el techo y el trabajo.

Las tres T, que les volvió a recordar en el segundo encuentro, que se llevó a cabo en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, con ellos colaboró en la organización el entonces Pontificio Consejo «Justicia y Paz», y el Gobierno de Bolivia. Y allí estuvo presente el Papa, en lo que fue su viaje Apostólico a ese país. “Dios permite que hoy nos veamos otra vez. La Biblia nos recuerda que Dios escucha el clamor de su pueblo y quisiera yo también volver a unir mi voz a la de ustedes: las famosas “tres T”: tierra, techo y trabajo, para todos nuestros hermanos y hermanas. Lo dije y lo repito: son derechos sagrados. Vale la pena, vale la pena luchar por ellos. Que el clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en toda la tierra.

En Roma, en el 2016, Francisco les recordó a los participantes en el tercer encuentro mundial sobre la “la necesidad de un cambio para que la vida sea digna, un cambio de estructuras; donde los movimientos populares, como sembradores de cambio, pueden seguir de cerca las tareas imprescindibles para marchar hacia una alternativa humana frente a la globalización de la indiferencia: 1. poner la economía al servicio de los pueblos; 2. construir la paz y la justicia; 3. defender la Madre Tierra.

En California, Estados Unidos se llevó a cabo el cuarto encuentro y hasta allá el Papa les envió su discurso a los participantes: “En la sociedad globalizada, existe un estilo elegante de mirar para otro lado que se practica recurrentemente: bajo el ropaje de lo políticamente correcto o las modas ideológicas, se mira al que sufre sin tocarlo, se lo televisa en directo, incluso se adopta un discurso en apariencia tolerante y repleto de eufemismos, pero no se hace nada sistemático para sanar las heridas sociales ni enfrentar las estructuras que dejan a tantos hermanos tirados en el camino”. En el 2018 en Temuco, Chile.

Carta al Papa con motivo del evento: Economía de Francisco

En el encuentro de mañana, el programa prevé tambien reflexiones sobre la pospandemia en función de la tierra, el techo y el trabajo, y la última encíclica de Francisco, Fratelli tutti.

Otro de los temas que se abordarán mañana es el documento Carta al Papa con motivo del encuentro “La Economía de Francisco". Intervendrán, Andrés Cappa, economista, miembro del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas OCEPP, Argentina; Marina Oliveira, coordinadora de proyectos de la Arquidiócesis de Belo Horizonte (Brasil); Jean Jores, economista (Haití); y Julianne Furno, doctora en Desarrollo Económico (Brasil).

El evento la Economía del Papa, se está preparando gracias al comité formado entre otros, por la Diócesis de Asís, y de parte de la Santa Sede, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que patrocina la iniciativa.

El evento, la Economía de Francisco se llevará a cabo del 19 al 21 de noviembre desde Asís, será un evento digital innovador, desde la ciudad de San Francisco, se coordinarán conexiones en directo con lugares históricos franciscanos: San Damián, Rivotorto, la Basílica de Santa Clara, el Santuario del Despojo, el Palacio Monte Frumentario, entre otros.

Presentación de la Universidad Latinoamericana de las Periferias

Para hablar de las periferias, de Buenos Aires, intervendrá el Padre Charly Olivero, cura villero, que trabaja arduamente en la Villa 21, ubicada al sureste de la capital argentina, y es una de las muchas realidades desfavorecidas de la periferia de la capital, donde miles de personas viven en una pobreza que parece una condición inmutable de sus vidas, rodeadas de discriminación e indiferencia.

El Padre Charly Olivero, junto con el Padre Pepe Di Paola, son parte de una iniciativa, la fundación del Hogar de Cristo, un centro para jóvenes en dificultades inaugurado en 2008 por el entonces Arzobispo de Buenos Aires, Mario Bergoglio.

Enfrentar la pandemia desde las condiciones reales en la periferia

Esto se debe a que, en las villas, dice el sacerdote, vive mucha gente, obligada a compartir pequeños espacios. Su existencia, más que una vida es una supervivencia, normalmente garantizada por lo que ganan cada día, por lo que necesariamente deben salir de la casa con tantos peligros que esto conlleva. "La vivienda que todos ocupan no tiene ningún derecho de propiedad. Pertenece a la persona que vive en ella; si la dejas, otra persona puede ocuparla. Por lo tanto, cualquier intento de impedir la propagación del covid-19 debe partir de estas situaciones concretas, para no ser totalmente inadecuado e ineficaz". Todo ello con el uso de máscaras hechas a mano, que se siguen produciendo y distribuyendo gracias a la ayuda de las organizaciones de beneficencia italianas, con videotutoriales preparados para esta ocasión.

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Encuentros Mundiales movimientos populares. En Roma
23 octubre 2020, 11:54