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El Cardenal Comastri durante la recitación del Regina Coeli en la Basílica Vaticana. El Cardenal Comastri durante la recitación del Regina Coeli en la Basílica Vaticana.  

Comastri concluye el rezo del Regina Coeli: con María no hay que tener miedo

Desde la Basílica de San Pedro, el cardenal Angelo Comastri, vicario del Papa para la Ciudad del Vaticano, ha recitado hoy el Regina Coeli y el Rosario por última vez a las 12.00: una cita que, en tiempos de crisis de salud y en el mes dedicado a María, ha sido seguida diariamente por una multitud de fieles de todo el mundo gracias a la transmisión en directo.

Amedeo Lomonaco – Ciudad del Vaticano

“Por última vez rezamos el Santo Rosario de San Pedro. Fue una experiencia maravillosa que involucró a un número impresionante de personas. Nuestra Señora realmente hace milagros: lo he visto con mis propios ojos". Con estas palabras, el cardenal Angelo Comastri, vicario del Papa para la Ciudad del Vaticano, recordó que hoy se da por concluida la experiencia de recitar el Regina Caeli y el Rosario desde la Basílica de San Pedro en tiempos de pandemia. Una cita, transmitida en vivo gracias a Vatican Media y seguida por fieles de todo el mundo, para invocar la intercesión de María en un momento tan difícil. Al concluir la oración mariana, el cardenal Comastri pronunció estas palabras:

“Oh María Immacolata, a Ti como hijos consagramos nuestra vida, nuestra familia, nuestra Italia y el mundo entero. Oh María, siempre dispón de acuerdo a tu corazón. Y en el último día, danos la bienvenida en tus brazos, preséntanos a Jesús diciendo de nosotros: son mis hijos. Entonces nuestra alma se regocijará y nuestro paraíso comenzará. Y será un Magnificat para Dios, contigo, o María Madre Nuestra Inmaculada.”

Glorifica al Señor con la vida

El cardenal Comastri instó a glorificar al Señor con una vida que "huele a Evangelio". Con María, concluyó el cardenal, no hay que tener miedo:

“Invocamos la bendición del Señor para entrar en cada uno de sus corazones, en los corazones de aquellos que nos escuchan y nos siguen y oran. Y nos acompañe siempre en el camino de nuestra vida. Y que vuestros corazones sean fuentes de serenidad y paz incluso en medio de las pruebas. Siempre apegados a Dios, bajo la mirada de María, no hay que tener miedo. Por la intercesión de María Inmaculada, les bendiga, proteja y les libere de todo mal Dios Todopoderoso, Padre e Hijo y Espíritu Santo. Glorificad al Señor con vuestra vida que huele a Evangelio.”

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29 mayo 2020, 17:15