Buscar

1a6e1293-b856-418d-8556-22dcd935b857aem.jpg

Vaticano: 7000 participantes en el “concierto para y con los pobres"

El Maestro Nicola Piovani y Monseñor Marco Frisina, en el podio de el Aula Pablo VI, dirigieron la noche del sábado 9 de noviembre, a la Orquesta de Cine Italiano y al Coro de la Diócesis de Roma para dar un momento de música, reflexión y esperanza a una audiencia de hermanos pobres y necesitados acompañados por voluntarios de diferentes asociaciones y organizaciones de caridad. La iniciativa prepara la tercera Jornada Mundial de los Pobres del próximo 17 de noviembre.

Gabriella Ceraso y Marco Di Battista - Ciudad del Vaticano

“Será un concierto para sembrar la alegría, no una alegría que divierte por un momento, no: esta semilla se quedará ahí, en las almas de cada uno, y hará mucho bien a todos”.  Con estas palabras, el Papa Francisco, saludó a los organizadores de la primera edición del “Concierto para y con los pobres”, organizado en mayo de 2015.

El relevo ha pasado a manos de otros invitados, artistas y cantantes, asociaciones voluntarias y organizaciones de caridad. Una gran organización respaldó esta velada especial, llevada a cabo por el Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización. Este evento se renovó por tercera vez, una semana antes de la III Jornada Mundial de los Pobres del próximo 17 de noviembre, que estará bajo el tema “La esperanza de los pobres nunca se frustrará”.

Hacer hermandad con la música

Con esta iniciativa, el Papa deseó que exista “la alegría de poder hacer hermandad con todos” y hacerlo a través del poder de la música que “tiene la capacidad de unir almas y unirse con el Señor” llevándonos “alto” y “liberándonos de las angustias".

Con este espíritu, con la mirada puesta en el próximo 17 de noviembre y con la intención de recaudar fondos para las obras de caridad del Papa, la noche del sábado el Aula Pablo VI estuvo llena de personas ancianas, personas sin hogar, familias en dificultades y muchas personas en situación de fragilidad y precariedad que normalmente no podrían vivir la experiencia de un concierto.

Participaron asociaciones y organizaciones caritativas, incluida la Caritas diocesana que acompañaba a unas cien personas al concierto. Entre ellos, diez personas mayores de entre 75 y 90 años, algunas de las cuales ya han participado en eventos similares.

Luca Murdocca, responsable del servicio diocesano de Caritas y de la atención domiciliaria solo para los ancianos, explicó las reacciones y participación de los asistentes: "La simplicidad con la que se los propusimos causo gran entusiasmo como respuesta".

Su "pobreza", explica, es "existencial" y "tremenda", por lo que incluso pasar una tarde al aire libre, en un clima de alegría, con otras personas y en un contexto diferente es "un regalo increíble". Esta es “la gran belleza de los eventos sísmicos", con la certeza "de que la alegría que experimentarán no será efímera y fugaz, sino que se asentará en el corazón y el alma como un recuerdo imborrable", afirmó.

El arte del podio

También este año, artistas sensibles al proyecto, han puesto a disposición su arte de forma totalmente gratuita, para hacer de este evento una "meditación en la música". En el 2015 el Maestro Daniele Oren y en el 2016 el premio Oscar Ennio Morricone subieron al podio en el Aula Pablo VI. Este año, dos autores del cine subieron al podio: Nicola Piovani, ganador del Oscar en 1999, con un conjunto de extractos de las bandas sonoras de “La vida es bella” y de “Pinocchio”, dirigió la Orquesta del cine italiano; por otro lado, el Coro de la Diócesis de Roma estuvo dirigido por Monseñor Marco Frisina, quien propuso temas tomados de la música cinematográfica escrita para televisión e inspirados en grandes figuras de los Papas, como Pablo VI y Juan XXXIII, y de los Santos, desde los Santos Clara y Francisco de Asís hasta San Felipe Neri y San Juan Bosco.

En música la narración de la existencia humana

Piovani, contando sus recuerdos personales, confesó que "regresar al Salón Pablo VI como director de orquesta, es un regalo del cielo". Explicó que la música elegida para la noche fue, por un lado, el vehículo de un cuento de hadas, por otro lado, de una aventura humana sufrida como el holocausto. "Como dice el Papa Francisco, la música no quiere entretener por un momento, lleva consigo un mensaje profundo, es una narración de la existencia misma del hombre" comentó. A la pregunta ¿Qué "mensaje" quieres dejar? Piovani respondió que no es un mensaje preciso: cualquiera debe hacer bien lo que está llamado a hacer, a su manera, contribuyendo así a una mejora colectiva.

Dar alegría y elevación espiritual

Monseñor Marco Frisina explicó a Vatican News que en esta tercera edición del concierto el deseo era acoger y compartir con los hermanos más necesitados, quienes se sentaron en la primera fila, siendo una noche de reflexión y elevación espiritual gracias al poder de la música. Respecto al conjunto de piezas elegidas por él, dijo ser un tributo musical para “la Cátedra de Pedro, porque estamos en la casa del Papa, y a los muchos santos amigos y participantes de viaje de la humanidad".

La noche terminó con un gesto concreto de solidaridad, donde los voluntarios distribuyeron comida a todos los pobres presentes esa noche.

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

Photogallery

Piovani y Frisina en el "Concierto para y con los pobres"
11 noviembre 2019, 13:19